Las 5 o 6 toneladas de arroz que tenía sembradas se perdieron. El agua me llega al pecho y para poder agacharme y sacar una ramita de arroz, me toca hundirme, pero ya eso así no sirve. Todo el trabajo de estos 4 meses se perdieron por el invierno”, dice con tristeza Eusebio, un campesino de la vereda El Zapatero en Puerto Rey.
Esta misma situación la viven campesinos de Tierrabaja, donde el agua también hizo estragos con las cosechas de este alimento que las familias de la región venían cultivando y las cuales, según le contaron a El Universal, debían recogerse en los próximos 15 o 20 días para arrancar con la venta. En esta zona, son más de 15 familias las que se han visto afectadas, tenían más de 150 hectáreas sembradas.
Pedro Flórez es campesino de El Zapatero y dice que “ya no hay nada que hacer allá, el agua sube y baja, pero no se seca completamente, esto no nos había pasado antes, ni siquiera con el huracán Joan”.
Flórez cuenta que cuando vieron como la tormenta de Iota llegó a la ciudad, confiaban en que sus cultivos se salvaran, pero lastimosamente ocurrió todo lo contrario.
“Ese agua que pasa por nuestras fincas baja de dos partes, una por Santa Rosa y la otra por Bayunca, por el arroyo Hormiga, y como ha seguido lloviendo no permite que el agua baje totalmente”, explicó, agregando que “de todas mis toneladas, solo puedo rescatar 2, que están sembradas en una zona alta, donde el agua no alcanzó, pues subió el metro veinte, ahogando totalmente la mata del arroz y los cultivos de patilla y melón”.
Estos campesinos invierten por hectárea sembrada unos 2 millones de pesos, los cuales se utilizan para arar la tierra, sembrar las semillas y mantener los cuidados para que la cosecha salga en perfecto estado.
“Pero ahora, con esta situación no tenemos prácticamente nada, por eso pedimos ayuda de la Alcaldía, Gestión de Riesgo y el Ministerio de Agricultura, pues queremos volver a tener nuestra cosecha, ahora por como están las cosas nos tocaría esperar en enero”, finalizó.