Por: Karoll Pineda - Especial para El Universal
Si hay expectativa desde el final del confinamiento nacional es frente a dónde y cuándo se presentaría el rebrote por casos positivos COVID-19 en Colombia. Como ha sido habitual, el comportamiento de la pandemia cambia según la región donde se mire y, en este caso, Cartagena tiene dos indicadores que encienden las primeras alarmas: casos nuevos y proporción de casos relacionados. (Le puede interesar: Fallecidos por COVID-19: 52% diagnosticados tras morir)
Desde agosto, no se reportan casos relacionados
Desde inicios de agosto, Cartagena no reporta casos nuevos relacionados cada semana. El sistema de rastreo de contagios ha perdido fuerza en la ciudad y ha dejado de funcionar en las últimas 6 semanas de pandemia, según datos abiertos de pandemia que ofrece el Instituto Nacional de Salud. Dejar de ser constantes en el rastreo y aislamiento de casos podría desencadenar en un fallo del control del comportamiento de la pandemia.
Aumento de casos con inicio de síntomas a final de agosto
Existen dos estadísticas para analizar cómo sube o baja el número de casos: según fecha de inicio de síntomas y según fecha de reporte. La más confiable es fecha de inicio de síntomas porque se acerca más al día en que el paciente empezó a manifestar la enfermedad, y el otro dato tiene un rezago de más de 10 días. Por ello, mirando la curva según inicio de sintomatología, hay un aumento sostenido entre el 22 y el 26 de agosto en Cartagena. (Lea también: Así arranca Cartagena su “nueva normalidad”)
Ese aumento corresponde a personas que en ese momento empezaron a manifestar la enfermedad. Teniendo en cuenta el rezago de 15 a 20 días previos a la fecha de corte (15 de septiembre), puede ser muy pronto para encender alarmas de un rebrote pero sí es necesario hacer seguimiento a la curva y la tendencia que tome en las siguientes dos semanas.
Qué ha cambiado y en qué lugares
Tras dos semanas de reapertura, según datos ofrecidos por geolocalización anonimizada de Google, desde inicios de agosto y hasta mitad de septiembre, la movilidad de personas en las calles ha aumentado en promedio 9 puntos porcentuales. Los lugares más concurridos, según dicho reporte, son los supermercados y farmacias y los lugares de trabajo. Asimismo, la presencia y movilidad de personas en zonas residenciales se redujo un 4%.
Según el reporte de Google, Cartagena no tuvo una cuarentena tan profunda. Incluso, el porcentaje de movilidad en lugares de trabajo (con relación a enero y febrero) tuvo un máximo de reducción del 73% mientras que la concurrencia de personas en los comercios minoristas se redujo hasta un 83%. Sin embargo, desde finales de julio, la movilidad en estos comercios al por menor creció un 19%.
También es vital revisar cómo ha sido el comportamiento en el sistema hospitalario en donde, a pesar de la reducción de casos COVID-19 (confirmados y sospechosos), el aumento de los pacientes con enfermedades crónicas que requieran atención ha hecho que la carga de ocupación en hospitalización general aumente más del 5%. Los cuidados intermedios y las UCI se mantienen a la baja.
Es muy pronto para hablar de rebrote pero sí es momento de rastrear más casos y aislar los contagios a tiempo. La posibilidad de reducción de un posible aumento de casos para una segunda ola se reduciría en la medida en que el aislamiento y el rastreo serán prioritarios.
Según Zulma Cucunubá, epidemióloga e investigadora colombiana del Imperial College de Londres, “el aislamiento del caso sospechoso debe ocurrir desde el primer día de inicio de síntomas. El rastreo y aislamiento de sus contactos estrechos y no estrechos debe hacerse en las siguientes 48 horas”.
Habrá que esperar cómo avanza la tendencia en las próximas dos semanas, pero la estrategia de monitoreo local de la pandemia debe aumentar de manera directamente proporcional a la reapertura de sectores económicos de la ciudad, sobre todo con el camino trazado para la reapertura de playas y la llegada de vuelos internacionales a Cartagena.
