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Incremento de animales callejeros en El Laguito

Los perros y gatos se han multiplicado en esta zona turística, ocasionando problemas de contaminación y olores fétidos.

Los residentes del barrio El Laguito, resguardados en sus lugares de residencia en medio del aislamiento obligatorio por el COVID-19, no solo están preocupados por los seis casos confirmados como positivos según las autoridades de salud, sino porque ahora tienen otra intranquilidad: han aparecido muchos animales callejeros. (Lea: Dos nuevos muertos por coronavirus en Cartagena, ya van 34).

Según los moradores de este exclusivo barrio, los perros y gatos que empezaron a deambular por las calles internas y en cercanías a la playa, son el resultado de actitudes reprochables de algunos individuos que no viven en la zona, sino que provienen de sectores aledaños e incluso de islas vecinas, quienes presuntamente los han llevado a El Laguito y los han abandonado a su suerte.

La presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio, Patricia Zablatzky, le aseguró a El Universal que son más de 15 perros callejeros y más de 20 gatos los que transitan constantemente la zona en busca de comida, generando a su paso desórdenes y regueros de bolsas de basura en las vías. Eso, a su vez, ha conllevado a la aparición de cucarachas, ratas y ratones.

Fuertes olores

Así mismo, la dirigente comunal expresó que los olores percibidos por la gente son nauseabundos, pues los orines y los excrementos de estos animales en las calles son numerosos y pestilentes.

“Que traigan animales hasta aquí y los dejen abandonados no es algo nuevo, es un problema de hace muchos años, ha pasado más de una vez. Supongo que ahora los trajeron por la difícil situación que atraviesan muchas familias en las zonas vulnerables, pero eso se ha convertido en un problema de salud pública para El Laguito. Le hago un llamado a las autoridades y a las entidades protectoras de animales para que tomen cartas en el asunto”, sostuvo la mujer, agregando que en días pasados un perro estuvo a punto de atacarla cuando ella hacía una caminata, pero por suerte un policía que iba pasando la salvó.

“Nadie quiere un mal para esos animales, todo lo contrario, hay gente que les da comida y agua, pero lo ideal es que ellos no anden por ahí pasando tantas necesidades, ojalá los vengan a recoger y los lleven a un albergue donde los atiendan mejor”, puntualizó Zablatzky.

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