La semana pasada, 18 viviendas ubicadas en un asentamiento informal entre los barrios Henequén y Jaime Pardo Leal, sufrieron los estragos de un deslizamiento de tierra que dejó profundas afectaciones a las familias que allí habitaban.
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Según la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo de Desastres (OAGRD), el deslizamiento se dio debido a un evento de remoción de masa por el peso que las viviendas ejercían sobre el lugar, en el cual, por ser de alto riesgo, está prohibido construir. Por cuenta de la tragedia 11 viviendas desaparecieron y otras 7 quedaron en peligro.
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Pero este no es el único asentamiento informal que existe en Cartagena. Muchas veces la necesidad de un techo pesa más que la seguridad y es por eso que otras zonas de alto riesgo como el cerro de La Popa o los cerros de Albornoz se han ido llenando de familias que también están expuestas a ser víctimas de alguna emergencia.
Más de mil asentamientos
Cartagena Cómo Vamos con base en datos de Corvivienda registró en su más reciente Informe de Calidad de Vida que en la ciudad hay 1.077 predios con viviendas informales. El 85% de ellos están ubicados en la Localidad Industrial y de la Bahía, el 12% en la Localidad de La Virgen y Turística, y el 3% en la Localidad Histórica y del Caribe Norte.
“Son zonas de la ciudad que han sido ocupadas para dar solución a las necesidades de vivienda de la población más vulnerable. En su mayoría los predios son del Distrito, pero también hay predios privados. Lo cierto es que la información no es suficiente. No conocemos, por ejemplo, cuánta población y viviendas hay hoy en estos predios para lograr dimensionar la problemática de forma más certera”, explicó Eliana Salas, directora de Cartagena Cómo Vamos.
De acuerdo con Salas, esto confirma que la ciudad no ha logrado garantizar las condiciones mínimas de vida a la población y no ha podido planificar el crecimiento urbano al ritmo que necesita la dinámica poblacional de Cartagena.
“La población ha tenido que crear soluciones autónomas para, en este caso, suplir la necesidad de refugiarse bajo un techo, pero estas soluciones no les garantizan seguridad, teniendo en cuenta la fuerte relación entre los asentamientos informales y las zonas de riesgo”, añadió la directora.
Salas resaltó que muchas de estas familias viven sin servicios públicos, principalmente sin agua y alcantarillado, lo que también afecta las condiciones de salubridad de la población y presiona los ecosistemas invadidos.
El déficit habitacional
El déficit habitacional es el indicador que mide las condiciones de habitabilidad de las personas. De acuerdo con el último censo del Dane (2018), este déficit en Cartagena es de 100.789 hogares, es decir, las viviendas de este número de familias están en precarias condiciones.
Este déficit habitacional, a su vez, se divide en dos: déficit cuantitativo y déficit cualitativo. El cuantitativo corresponde a las viviendas con deficiencias estructurales y de espacio, que no son superables con mejoramientos. Esto quiere decir, que la única solución para mejorar las condiciones de vida de estas personas es que cambien de vivienda. En Cartagena el número de hogares con déficit cuantitativo es de 26.804.
Por otro lado, el déficit cualitativo corresponde a las viviendas con deficiencias no estructurales, tales como hacinamiento mitigable, material de pisos y acceso a servicios públicos. Estas deficiencias pueden resolverse con ajustes que les permitan a los residentes seguir habitando en esa misma vivienda pero con mejores condiciones. En Cartagena este déficit es de 73.985 hogares.
Las acciones
Con base en estas estadísticas fue que Corvivienda fijó sus metas en el Plan de Desarrollo, las cuales están encaminadas a disminuir el déficit habitacional en la ciudad en un 12,7%.
“Esto representa gestionar la construcción de 4 mil viviendas iniciadas nuevas, adjudicar 5 mil subsidios de vivienda nueva, mejorar 4.500 viviendas y legalizar y/o titularizar 4.500 predios, para un total de 13 mil soluciones habitacionales en el cuatrienio 2020 – 2023”, expresó la entidad.
De acuerdo con el último informe de rendición de cuentas de Corvivienda, correspondiente al primer semestre del 2022, la meta de construir 4 mil viviendas nuevas va en un 66%, pues hasta entonces se habían construido 2.645 viviendas.
Por el lado de los subsidios, hasta el momento se han entregado 2.571, es decir el 51% de la meta; y en cuanto a la legalización y/o titulación apenas 736 viviendas han sido beneficiadas, para un total del 16% en el cumplimiento de la meta.
Por último, en lo que tiene que ver con mejoramientos, se han realizado un total de 1.580, de los cuales 1.539 han sido en zona urbana y 41 en zona rural. Con estas cifras el avance de la meta está en un 35%.
