Cometer errores es algo inherente a nuestra condición de humanos, sin embargo, aprender de ellos y pedir perdón es lo más importante, pues después de todo es eso lo que demuestra la verdadera grandeza.
En estos tiempos de crisis, queda demostrado, con mayor ahínco, que la unión es fundamental para poder afrontar las dificultades que ha traído el COVID-19, el cual no solo ha dejado muertes y enfermedad, sino también discriminaciones, amenazas e intimidaciones a los médicos, enfermeras, fisioterapeutas y demás profesionales sanitarios.
Hace unas semanas, Cartagena repudió la agresión al médico cirujano César Augusto Vergara, por parte de Arnaldo Joaquín Padilla, familiar de una paciente que atendía en la clínica Estrios de Cartagena.
Sin embargo, esta mañana en un acto simbólico precedido por el Padre Rafael Martín Castillo, Vicario de Pastoral en la parroquia Santo Domingo, el agresor y la víctima se reconciliaron, luego de que Padilla reconociera que fue un acto violento que nunca debió suceder. (Lea aqúí: Golpean a médico con casco de moto por aislar a sospechoso de COVID)
“Tanto como yo, como mis familiares nos sentíamos con mucha angustia y preocupación, nosotros no somos personas de eso, por eso decidí pedirle disculpas. Me siento bastante bien. A las personas les digo que tomen conciencia y traten de dialogar, porque los médicos han estado prestando sus servicios, han salvado muchas vidas y siguen salvando vidas”.
“Gracias a Dios y al doctor César Vergara, que reconoció mi palabra de reconciliación, me siento muy contento, él está poniendo su vida para salvar la de muchas personas. Le doy gracias por todo y al padre Rafael Castillo, por habernos traído a la reconciliación”, dijo Padilla a los asistentes y al doctor Vergara, a quien además entregó un detalle.
“Le entrego un detalle para que cuando lo vea se acuerde de mi perdón, y le pido disculpas también a todas las personas que tuvieron que ver ese momento”.
Por su parte, el médico César Vergara dijo sentirse muy satisfecho con las disculpas, la cual considera es un paso para la reivindicación de la labor del personal de la salud.
“Con muchísima satisfacción acojo la disculpa, no tanto para mí, lo hago en nombre de todos los médicos de Colombia, que venimos siendo agredidos y actos como este son un granito de arena para mediar esta situación”.
Vergara, compartió además un discurso, rememorando el discurso de Martin Luther King, en donde le indica a las personas y en especial a los cartageneros, que la violencia nunca será la salida, y exhortó a las autoridades para que dignifiquen las condiciones de los médicos y el personal sanitario.
“La violencia trae consigo mucha más violencia, yo también tengo un sueño, un sueño que en Cartagena, Bolívar y Colombia nos tratemos como hermanos, tengo un sueño que la misión médica sea respetada por todos, tengo un sueño que nuestras autoridades le devuelvan al sector de la salud su dignidad, sus derechos laborales pisoteados.
Tengo un sueño que la salud deje de ser la mercancía para que el médico pueda regresar al lugar que merece, que es dedicar la vida y su esfuerzo por los demás. Tengo un sueño para Arnaldo, a quien solo me resta decirle que de ahora en adelante usted y yo nos tratemos como hermanos”, sentenció Vergara.
La reconciliación se dio gracias al padre Rafael Castillo, quien tras lo sucedido dialogó con las partes y emprendió la lucha por unir lazos de paz y perdón.
Al encuentro, en el cual se siguieron las normas y protocolos de bioseguridad, asistieron los familiares del médico César Vergara, el presidente del colegio Médico de Cartagena, Rubén Sabogal, un representante de la Policía Metropolitana de Cartagena y la Defensoría del Pueblo, la personera distrital, Carmen de Caro, y un miembro de la Cruz Roja.
