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Acoso en el Centro Histórico de Cartagena, ¿quién controla el descontrol?

En la Plaza de los Coches los problemas ya no se quedan en las bancas ni en los rincones. Sexo público, peleas, prostitución, atracos y, ahora, otro atropello.

“Es una ciudad con una grandeza adictiva de la que resulta difícil escapar; es el lugar ideal para pasear por sus callejuelas adoquinadas, bajo enormes balcones cubiertos de buganvillas, junto a enormes iglesias que proyectan su sombra en las plazas”, así describe a Cartagena una reconocida agencia turística chilena.

(Lea: Así buscan frenar la explotación sexual infantil en Cartagena)

Acoso en el Centro Histórico de Cartagena, ¿quién controla el descontrol?

Del país austral, el sábado pasado, llegaron una escritora* y su familia a Cartagena gracias a las excelentes referencias que tiene la ciudad en el mundo. Ella, su marido, dos hijos adolescentes y una pareja de chilenos que viajan por el mundo.

En menos de 24 horas, el grupo gritaba lo mismo en la recepción de su hotel: “No vamos a volver a Cartagena, fue una de las experiencias más indignantes que nos ha ocurrido”. ¿Por qué?

La obligada caminata por el centro amurallado se hizo hasta el domingo por la noche, calles más, calles menos, llegaron a la Plaza de los Coches, contigua a la Torre del Reloj, y al acercarse a la estatua de Pedro de Heredia, según relatan, fueron abordados por varios travestis, trabajadoras sexuales y “unos hombres con extraña actitud”.

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La indignante escena

La señora llorando expresó a El Universal que una de las trabajadoras sexuales le preguntó la edad a su hijo, mientras este comía un helado, a lo cual él respondió “14 años. De inmediato, miró a la madre del niño y le dijo “¿Cuánto me paga por la primera vez de su hijo?”.

No contentos con eso, los travestis y las prostitutas le ofrecían sexo a ella, a su marido y a la otra pareja de turistas. Hostigaban y acosaban por doquier, estirando sus manos a partes íntimas”

Turista chilena.

También argumentó que quienes los rodeaban intentaban meterle las manos a los bolsillos, bajo la modalidad de “cosquilleo”, una forma de atraco sutil rapaz.

Atemorizados por lo que estaba ocurriendo, deciden aparatarse y buscar un lugar seguro, llegando hasta donde estaban unos policías. “Al solicitar el apoyo de los uniformados, estos lo que les manifestaron es que es poco lo que pueden hacer, pues es complicado para ellos intentar quitar a esas personas del lugar pues ellos siempre comienzan a insultar a los uniformados bajo el argumento de no están haciendo nada malo y que tienen derecho a estar en esa zona como minorías y demás”, aseguró.

La bitácora de la no grandeza adictiva

“Me voy indignada. Llegamos el sábado, por ocho días a Cartagena, pero no aguantamos más y esta misma noche (lunes) hacemos conexión con Bogotá y de allí viajamos a Santiago. Estoy llorando y me voy alterada por lo que sucedió, triste y lamentable que esto le ocurra a personas que vengan a conocer una ciudad tan bella”, reveló.

No vamos a volver a Cartagena, fue una de las experiencias más indignantes que nos ha ocurrido. ¿Es que acá esta ciudad no tiene una zona de tolerancia?.

“¿Como es posible que una prostituta le ofrezca servicio de sexo a mi hijo de 14 años? Además la manera cómo miraban a mi nena de 7 años. No deseamos volver a Cartagena. Los llamo a ustedes como medio, nos dijeron que son el periódico más importante de la ciudad, y queremos que ustedes den a conocer esta lamentable experiencia. No quería hacerlo, pero me veo en la obligación de hacerlo para que no le ocurra a más nadie y que las autoridades tomen los correctivos necesarios. Háganlo saber al alcalde y al gobierno de acá”.

¿Quién controla?

“No volveré nunca a Cartagena” es una tesis que se propagará, mientras sigan estas prácticas de zona de tolerancia en pleno corazón del Centro Histórico. Parejas que tienen sexo en balcones, riñas entre los asiduos a la plaza y este nuevo caso de acoso a los turistas, ponen sobre la mesa la necesidad de controlar de manera integral el problema y el lugar.

El Ministerio de Trabajo lidera un plan de choque contra la explotación sexual, especialmente la infantil, el cual fue lanzado en el lugar, recientemente. “Se hizo en la Plaza de Los Coches porque es un sitio icónico de la explotación sexual, además de otros delitos relacionados con la noche como el microtráfico y los hurtos. Esto se volvió una tradición vergonzosa que debemos erradicar involucrando a las entidades nacionales, regionales y locales para abordar en conjunto la situación”, indicó el ministro de la cartera laboral, Angel Custodio Cabrera.

El Colectivo Somos Centro Histórico, en un comunicado, expuso que la declaratoria de Cartagena como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, por parte de la Unesco, está en riesgo por estos escándalos nocturnos. Para lo que recomendaron se cree una zona de tolerancia en la periferia de la ciudad, lejos de las zonas residenciales y turísticas, como existe en otras ciudades colombianas y países.

William Dau, alcalde de Cartagena, expuso hace unos meses, que la instauración de una zona de tolerancia en otro sector es un proyecto, pero no al corto plazo. Un lugar donde la oferta y demanda de servicios sexuales se realice con garantías sanitarias y lejos del descontrol que actualmente presencian y sufren los turistas.

*La turista pidió reserva de su identidad.

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