La Independencia,el 20 de julio y otras Farsas de la Historia Nacional y Local..


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El debate  al interior del conjunto de los historiadores del Caribe colombiano en torno a  la celebración del 20 de julio, como día de la independencia de Colombia, data de muchos años atrás, siempre poniendo en entredicho la realidad y validez del hecho histórico en sí y de manera especial la celebración de la referenciada fecha.

Hombres como Tomás Cipriano de Mosquera  y Miguel Antonio Caro se opusieron a tal celebración  en el siglo XIX, argumentando la no ocurrencia de los  supuestos hechos que sirven de base a la celebración mencionada.

En nuestros días cuando los avances  de la ciencia histórica  son innegables, gracias a los aportes  de las corrientes del Materialismo Histórico, la Historia Total  y de la Historia Social y Económica, los defensores a ultranza de  la teoría de la declaración de independencia  nacional empiezan a ceder terreno en su falsa pretensión, y la verdad histórica se abre pasa en medio de una serie de farsas y mentiras.

 Sin embargo, el Estado  fallido de Colombia se mantiene aferrado a sus celebraciones inválidas, centradas en   desfiles militares-como eje esencial de la festividad cívica-  y como un mecanismo-que no funciona –para incentivar el sentimiento patrio, sentimiento que los representantes del gobierno, a través de la historia han eliminado del alma  popular, con sus políticas  que lesionan los intereses  del pueblo raso y de las clases medias, niegan el bienestar de la población y solo conducen  a fortalecer los intereses de las clases dominantes.

Estas,  desde la época colonial son las dueñas del poder económico, político, social y cultural del país; hoy, son dueñas de todo, menos de la conciencia de más de 8 millones de colombianos quienes en el 2018 expresamos nuestros deseos de tener una nueva nación comprometida con la construcción de una patria democrática, justa, pacífica e independiente, es decir, con un modelo, totalmente diferente  al que se vive en la actual coyuntura. 

Así, al interior de esta propuesta renovadora, en su contenido cultural figura, en uno de sus planos principales, el propósito de neutralizar  la explicación falseada de los hechos históricos, de manera especial los relacionados  con la independencia,  y los hechos relativos  a la figura y presencia de falsos héroes en nuestra Historia.

Referente a La declaración de Independencia el 20 de julio de 1810 he de afirmar que se trata de una más de las grandes mentiras de la historia de Colombia, pues la élite criolla de Santa fe de Bogotá, capital del virreinato de la Nueva Granada, influida, desde entonces por las ideas del federalismo, una vez se constituyó la Junta de Gobierno  que apoyaría al destronado rey Fernando VII por los  franceses, ese 20 de julio de hace 209 años  dejó consignado en el acta  de ese día Lo siguiente:

“Que estas (las Provincias Unidas), deberán formarse  sobre las bases de libertad e independencia respectiva de ellas, ligadas únicamente  por un sistema federativo, para que vele por la seguridad de la Nueva Granada que protesta:

No abdicar los derechos imprescriptibles de la soberanía del pueblo a otra persona, que a la de su augusto monarca Fernando VII, siempre que venga a reinar entre nosotros, quedando por ahora sujeto este nuevo gobierno a la Suprema Junta de Regencia , ínterin exista en la península y sobre la constitución que le dé el pueblo”.

Develado así el mito de la independencia, el paso a seguir es explicar que los hechos políticos significativos del 20 de julio de 1810, son sólo una insurrección muy importante de la aristocracia criolla  que convocó a las masas populares, y que se tornó más trascendente por tratarse de su ocurrencia en la capital del virreinato.

Incluso si se desea ahondar más en este tortuoso camino de la Independencia nacional, hay que tener presente los hechos más radicales de la aristocracia criolla cartagenera y del pueblo cartagenero quienes en junio de ese mismo 1810, destituyeron al gobernador español  de la provincia y lo desterraron de la urbe indiana.

Sin embargo, si    “declaraciones de independencia” se desea celebrar, debe tenerse presente la declaración de independencia absoluta de la Villa de Mompox, frente a España y la capital de la Provincia: Cartagena de Indias.

Es correcto, entonces explicar, que la primera población que declaró la independencia absoluta en la Nueva Granada fue la Villa de Mompox y no Cartagena de Indias; pero si nos atenemos a la realidad histórica, para dilucidar la controversia entre las dos poblaciones ha de afirmarse que Mompox, si fue la primera villa que declaró su independencia absoluta y que Cartagena de Indias, fue la primera ciudad que lo hizo; esto teniendo presente las diferencias cualitativas, político administrativas sustanciales, existentes entre una villa y una ciudad, en la época colonial.

Referente al otro eje temático de la independencia, que en el tiempo histórico le sigue al anterior “Movimiento Juntista” y de declaraciones de libertad absoluta  frente a España, como es el de las campañas liberadoras, hemos de afirmar que

1. La Batalla del Pantano de Vargas, (corregimiento del municipio de Paipa) realizada el 25 de julio de 1819, fue más radical y sangrienta que la de  Boyacá   protagonizada el 7 de agosto del mismo año.

2. Que la primera debilitó el grueso del ejército chapetón, el cual pretendió fortalecerse en la capital Santa Fe; sin embargo el ejército popular libertador, lo derrotó de manera definitiva, en gran parte de lo que hoy es nuestro país, el 7 de agosto de 1819 en la mencionada  batalla.

3. No obstante, los triunfos anteriores del ejército Popular Libertador  los realistas se atrincheraron e hicieron fuertes en Pasto y en nuestra región del Caribe colombiano en las Provincias de Cartagena  y Santa Marta, prolongando, de esta manera, la detestable presencia del colonialismo español, hasta el año 1821.

4. En el lapso de dos años, los supremos comandantes de los ejércitos enfrentados, el nuestro y el de España: Simón Bolívar Palacios y Pablo Morillo firmaron un armisticio en 1820, pacto que fue roto por los reconquistadores asesinando a decenas de patriotas en Turbaco, donde estaba acantonado, parte del ejército Popular libertador de la  en ese entonces   Gran Colombia.

5.Sin embargo este mismo cuerpo de patriotas: “soldados sin coraza”, de la más humilde condición social: esclavos libertos, vendedores y vendedoras de la calle, campesinos, arrieros, bogas, carpinteros, canteros, saleros, tejeros, pescadores, desempleados, indios, mestizos afrocolombianos y otros , liderado por destacados representantes de la aristocracia criolla , como José María de Córdoba y Mariano Montilla, puso fin , de una vez por todas a la opresión española el 10 de octubre de 1821, sin olvidar la victoria del mismo ejército en la noche de San Juan, liderada por el general José Prudencio Padilla, de pura estirpe popular,y el papel de las mujeres que en cada  episodio de la historia asumieron la bandera de la libertad.

6. En consecuencia,  atenidos a la realidad histórica hay que afirmar que la fecha verdadera de la independencia nacional es el 10 de octubre de 1821, sellada por la victoria del pueblo colombiano, cuando el último soldado español abandonó el puerto cartagenero y cuando el ejército patriota, izó de nuevo, la bandera de Colombia, en el Castillo San Felipe de Barajas, en Cartagena de Indias.

Vista así la realidad histórica, cabe preguntar: ¿Cuál es la intencionalidad de los gobernantes al mantener  unas celebraciones patrias  en  fechas, cuyos acontecimientos, muy importantes, por cierto, pero que no corresponden a la verdad?

¿Por qué mantener en el engaño a la niñez y a la juventud,on las mencionadas celebraciones  y poner a desfilar a miles de hombres y mujeres honestos de la fuerza pública a celebrar sucesos  que en realidad no tienen la significación que se les atribuye?

¿Por qué mantener la farsa de las fechas de la independencia?  y  la farsa de los héroes “libertadores”? Y la farsa de  los conquistadores “fundadores” de nuestras ciudades, que arrasaron a las poblaciones amerindias?

¿Por qué mantener en la Plaza de los Coches de Cartagena (antes de La Hierba y de los Esclavos) la estatua  de pedro de Heredia: un delincuente prófugo de la justicia española que masacró a nuestras comunidades indígenas  y que incluso negó los alimentos  a sus paisanos españoles para entregarla a los esclavos, siempre y cuando garantizaran  la profanación de las tumbas de los indios Zenúes, donde se encontraba el codiciado oro?

¿Por qué tanta farsa y tanto servilismo?

Ya  es hora de escribir la historia real de nuestras comunidades y lo estamos haciendo con un puñado de hombres y mujeres jóvenes y adultos que se forman en nuestras universidades y colegios, que son autodidactas, que son emprendedores e investigadores contra el viento y la marea de las viejas clases dominantes y de  aquellas clases nuevas que están consolidándose en nuestra sociedad a través de la politiquería y la corrupción, al haber capturado el poder del Estado en diferentes niveles.

Con los afectos de siempre.

Hoy indignado frente a las farsas  de la historia:

UBALDO JOSÉ ELLES QUNTANA.

 

 

 


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