100 Discos de Pura Salsa (16). Guayacán Orquesta: Sentimental de Punta a Punta


100 Discos de Oro de Pura Salsa (16). Guayacán Orquesta: Sentimental de Punta a Punta.

Recordar es vivir, cuando son buenos los recuerdos; lo contrario es volver a morir en el ayer; por esta razón siempre me quedo con los buenos recuerdos de la vida, de manera especial si se trata de canciones que traen al alma y la mente gratas evocaciones  de un pasado inolvidable, pletórico de situaciones positivas, de bellos amores que la vida y el viento se llevaron para otros brazos, para otros lares, para otras vidas extrañas, que jamás hubiésemos deseado conocer.

Lo anterior para evocar los momentos gratos vividos al lado de la Orquesta Guayacán , bailando  y cantando a la par con  sus vocalistas, con su director Alexis Lozano y su compositor estrella Nino Caicedo.

Ahora cuando escribo estas notas recuerdo que Guayacán nació en 1983, cuando Alexis se retira del Grupo Niche, el cual había creado junto con el talento del Maestro Jairo Varela.

Sin embargo, hubo de pasar  varios años para que Guayacán Orquesta llegara a mi vida de melómano, y  lo inesperado surgió en 1991  cuando la Orquesta editó el álbum: “Sentimental de Punta a Punta”, la primera de sus cuatro versiones, tres en acetato de larga duración y una en  disco compacto.

Con ocho canciones y siete de estas para bailar suave y apretadito con la pareja que amas, Guayacán grabó, tal vez su álbum más exitoso y uno de los que más hace honor a su título.

Hoy, después de muchos años de dejar de escuchar sus canciones, casi que a diario durante largo tiempo, evoco dos que quedaron grabadas con profundidad extrema en mi psique; me refiero por supuesto a Oiga, Mire, Vea, otra de las canciones más simbólicas de “Cali, la sucursal del cielo”, la cual  escuchó  Colombia entera y gran parte del mundo occidental.

En realidad se trata de una descripción optimista de Cali, una descripción rumbera, que refleja los afectos del compositor, la maestría de los músicos, una buena voz líder y un sentido de identidad y pertenencia, con un terruño que se lleva en el alma y que es sinónimo de alegría, goce y de un paraíso, aunque en la crónica roja y en el mundo imparcial de la sociología y la historia, haya más de tres infiernos.

Delicioso es este coro:

Oiga, mire vea,

véngase a Cali

 para que vea…

No obstante, más interesantes es este soneo:

 Si las mujeres son: lindas y

 Hermosas …

aquí no hay feas para que vea.

 Esto es toda una verdad a puño; si bien es cierto que un viejo refrán dice que “no hay mujeres feas, sino mal arregladas”.

Sin embargo, en esta materia de las lindas y hermosas, nuestra Cartagena no se queda atrás:

Deténgase durante cinco minutos  debajo de un palito de caucho del centro, observe y, entonces verá decenas de bellas, de todos los matices y colores de piel, simbolizando nuestro mestizaje, muy especial.

Más si Oiga, Mire, Vea es para rumbear a lo bien, para enamorar oiga: “Cada día que Pasa”:

Cada día que pasa,

te veo más bonita,

le doy gracias al cielo,

por haberme dado tu querer…

Tus caricias, tus besos,

poder descansar en tu regazo,

dormir a tu lado,

 pensando que sueñas justo en mí.

Esto es exactamente lo que pasa en la vida real, es una narración de experiencias vividas.

A la mujer que amas, cada día que pasa la ves más bonita, de manera especial, cuando se maquilla y se pinta los labios; entonces los saboreas impregnados de labial, y sientes, además que subes a la gloria en el bálsamo de sus aromas y se entrega a ti, y tú también a ella en cuerpo, alma, vida y corazón; entonces te acuerdas de esta canción y veloz corres a tu equipo de sonido, donde siempre tienes  a la mano este álbum de Guayacán Orquesta.

Empero hay más allá de los momentos de frivolidad y de hacer el amor:

Cuando ella  está embarazada, después de los tres primeros meses, pasados los malestares y antojos (en aquellas quienes los sienten) notarás que cada día se pone más bonita por la magia del embarazo, se ensancharán sus caderas, sus senos se vuelven más pronunciados y en  su abdomen prominente tiene su lecho otra criatura tan bella como su madre: un niño o una niña; así es el amor, nacerá un nuevo ser que también sabrá amar, quizás mejor que quienes lo engendran y crían.

Con los afectos de siempre,

 reforzados en este noviembre festivo y libertario:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

 


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