Una pequeña historia de los 90´s

Maquina Total 2 o Una pequeña historia de los 90´s


Lo recuerdo bien, era sábado, cualquier sábado de 1995, o 1996 o 1997, para los fines es igual, pero era sábado. Mi mamá había salido temprano a arreglarle las uñas a su distinguida clientela, y mi papá, trabajaba, como es habitual incluso ahora, en algún naciente proyecto de vivienda. Mi mamá, como todos los sábados, me había dejado los mismos tres mil pesos de toda la vida, que yo ya tenía planillados. Lo tenía claro, de esos tres mil pesitos me tenían que quedar por lo menos ochocientos pesos libres de impuestos para comprar lo que toda la semana había anhelado, lo que movía mi sábado, ese sábado en especial, y lo que desde la noche anterior me mantenía ready, por supuesto, estoy hablando de un casete.

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La Mega, la emisora juvenil más escuchada de la época, (y creo que lo sigue siendo), anunció la noche del viernes que al día siguiente haría, en la franja ampliamente reconocida como las tandas de La Mega, el lanzamiento, al menos local, de la segunda parte de, ni más ni menos, que de Maquina Total 2, ¡Jesucristo! Maquina Total 2, eso era como si un diskette durará más de un año, como si transmitieran las finales de la NBA con los Bulls de Chicago a la cabeza por Telecaribe y sin “pisquitas”. Maquina Total 1 había dejado el mejor sabor de boca en la habida juventud cartagenera y el anuncio de que habría una segunda parte nos tenía a todos motivados. Con mis pocos amigos, no hablábamos de otra cosa que no fuera Maquina Total 2, bueno, también se hablaba de Las Juanas, y del Proceso 8000, pero más de Maquina Total 2, el mix más completo de música soye de la época.

Después de que mi mamá se fue a arreglar uñas, me fui, obviamente, para Variedades El Yesid, una miscelánea cerca de donde vivía en el barrio Torices, que para la época era como una especie de un Homecenter local, vendían de todo, incluyendo casetes por supuesto. A mí me encantaba cuando me atendía Sadra, la niña más linda de todo Torices, pero ese día le tocaba a Alirio, el hermano. Pagué los 800 pesos que costaba el casete, lo pedí Sony, porque Sony es Sony o era, no sé, pero en aquellos días era lo mejor. Pero que va, Alirio, el hijo del señor Leal, un pelao más buena gente, y que le ayudaba a atender el negocio me dijo que solo tenía TDK, porque más temprano, alguien más compró todos los Sony que había, supongo que también quería grabar la sesión de música mix mas esperada del año, regrabarla el domingo, y venderla en el colegio el lunes. Negocio redondo, pero así eran los 90`s los benditos 90`s, donde se podía hacer negocio con casi cualquier cosa, yo por ejemplo me rebuscaba vendiendo tatuajes. Negocio simple, los compraba en El Yesid a 50 pesos, los vendía a 100 pesos, sin redes sociales, sin marketing, sin posicionamiento, sin anuncios, ni ninguna de esas mierdas, en los 90`s hacer plata era fácil, y te rendía, la plata alcanzaba para todo.

Me despacharon el TDK, y salí corriendo para la casa. Tenía el tiempo justo para hacer tareas, prepárame algo de comer, limpiar la grabadora, y meter el casete. Y así fue, uno, dos, y tres, todo listo. Solo faltaba que fueran las 5 de la tarde para que La Mega comenzara el especial. Me encerré en el cuarto, no quería que nadie me molestara, además esto ayudaba a que no hubiera ruido en la habitación, porque mi grabadora era de las jopos, te grababa la música, pero también el sonido ambiente. Entonces, tenía que preparar una especie de bunker casero para lograr que el sonido fuera lo más fiel posible, porque esa era otra de las grandes “sacadas de pecho” de los 90´s, tener el sonido mas fiel posible, y cuando lo lograbas, cuando el sonido era lo más limpio, y chis pum posible, entonces “partías pecho”.

Llegaron las 5 de la tarde, yo ya estaba acuartelado, puerta cerrada, ventana cerrada, y el dj de La Mega, no recuerdo su nombre, da la bienvenida a las tandas, ¡Por fin! El momento había llegado, el evento radial más esperado del año, y de salida dice que preparemos el botón Record y Play porque ya iba a poner el megamix con el que abría el álbum de Maquina Total 2 ¡Gracias Dios!

Ahora solo faltaba esperar que la cinta del casete no se enredara, y que La Mega no pusiera propagandas ni cortinillas durante la sesión ni que al dj se le diera por mandar saludos, o hablar, pero que va, los dj de La Mega eran serios, no eran tan ordinarios como los de otras emisoras, eran tipos “plays”, ya sabes, manes que comían en los perros calientes de Crespo, rumbeaban en La Escollera, Kumba o en el peor de los casos en Plastilina, y se vestían en Oswaldo Reyes Radical Xtreme, gente bacana, gente bien, que hablaban todo bien, todo loco, como si estuvieran aguantando las ganas de cagar todo el tiempo, así se hablaba en los 90´s, como dj todo el tiempo. Además, las emisoras, y esto si pasaba en todas, respetaban al oyente, o sea, no te metían una propaganda de pastas Doria en la mitad de una canción y luego la canción continuaba, no eran tan atrevidos como Youtube. Bueno, en los cines si te paraban la película a la mitad para que fueras al baño y comieras en la cafetería, pero esa es otra historia.

Eran las 5 pasadas de la tarde, y el dj explica que Maquina Total era una producción de Max Music, ellos sacaban como un recopilatorio estilo 14 cañonazos, pero mas cool, y abrían el álbum con un mix, o mezcla, y ya luego, seguían todas las canciones por separado, era la vaina más hermosa del mundo. El Dj termina la bienvenida, la obligada, pero no pedida explicación, y yo estoy listo, el dj manda a comerciales, y yo sigo listo. En los 90´s no había tantas probabilidades de que se fuera la luz, y era obvio, no existían los careverga de Electricaribe, así que ese no era problema. Mi temor era que alguien tocara la puerta, eso arruinaría la grabación.

Terminan los comerciales, y el dj suelta Maquina Total 2. Y arrancó, después de todo arrancó, y todavía recuerdo ese sentimiento, esa sensación de escuchar algo sublime, todavía recuerdo el olor de mi cuarto, el tono de la luz entrando por la ventana cuando sonó el Intro hecho por Machito Ponce y enseguida shimmy shake de 740 boyz, el gordito de fulanito, después siguió I Believe de 3ad nation y la vaina mas irreverente, no lo podía creer, la mezcla incluyó a Laura Paussini y su canción Amores Extraños, vaina linda carajo. Pero yo no podía cantarla, no podía alegrarme mucho, porque me tiraba la grabación. Enseguida continuó I knocking de Double Visión, Streamline de Newton, Let me be de taleesa, y Dancing with tears in my eyes de cabballero y la única cortinilla que salía en la grabación era la única que debía salir, la del español diciendo: “Maquina Total 2”. La mezcla la remata ni mas ni menos que Zombie la de The Cranberries pero en la versión dance de Ororo, No more I love yours de renaissance y Piece ofy my heart de she's an rebel. Y termina, justo antes de que mi mamá tocara la puerta, y me preguntara que, si ya había comido, y le dijera que sí, pero que también me había dado un banquete de dance que ni se imaginaba.

El dj, no contento con habernos hecho ir y venir con Maquina Total 2, dijo, después de la grabación, que nos iba a presentar algo llamado Trance, que era un ritmo parecido al dance y que seguramente nos iba a gustar mucho. Y lo puso, yo ya no tenía espacio en el casete, pero la escuché, no sonaba mal, pero me sentí como cuando te comes una bandeja de pescado, con arroz de coco, ensalada y patacones, y te dan de postre una hamburguesa con doble queso, es decir, también me pareció la mondá, pero vamos pana, que ya había comido Maquina Total 2, había que digerir primero, y además esa es otra historia.

Hoy en día, estas canciones ya solo sirven para amenizar rumba terapia o aeróbicos en los gimnasios, de hecho, entre más sencillo y pobre el gimnasio más Maquina Total tiene, lo cual es una pena, pero que le vamos a hacer, ahora solo basta digitar un par de letras en una página o en una aplicación y tienes la canción que te de la gana, sin ruido, sin casetes, sin cortinillas, sin lapiceros para adelantar o retroceder, sin aguja, sin acetato, sin lado A, sin lado B, sin pasión, las canciones de ahora ya no tienen pasión, las hacen como si fueran productos de una fabrica de gaseosas en serie, ya nada las distingue, ya no marcan época, solo marcan views, solo marcan reacciones vacías, ya solo están para determinar qué tan famoso eres por las veces que un robot la reprodujo. Y no es una crítica, es una sana observación.

La mezcla, la escuché una y otra vez ese día, luego al otro día, todo el día, luego le pedí a mi tío Jose, que la pusiera en su equipo de sonido a todo volumen, y aunque la grabación no era de calidad profesional, se oía bien, muy bien, diría yo. El lunes, en Comfenalco, con los mismos de siempre converse sobre el especial de Maquina Total 2, no eran muchos los amantes de la “música dance” la mayoría estaban en la onda Salserín, ya fuera por necesidad de levantar viejas, o porque en verdad les gustaba, la mayoría lo hacían por levantar viejas, pero esa es otra historia.

Cj Torres  

 

      


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