Historias Secretas de combates de Amerindios VS.Corsarios y Piratas.Final.


1.AMERINDIOS INVISIBILIZADOS ENFRENTAN A CORSARIOS INGLESES Y FRANCESES.

Invisibilizados por la historia tradicional y oficial, los amerindios de la Provincia Cartagena de Indias, fueron llevados al exterminio, casi total, debido a, la conquista realizada “a sangre y fuego” por España, a la esclavitud y las enfermedades que trajeron conquistadores y colonizadores.

Se calcula que a la llegada de las huestes españoles en 1533 en la aldea Karmairí y sus inmediatas cercanías insulares y litorales existían 10.000 amerindios. La historiadora española, María del Carmen Borrego Plá, citada por Marta Lux en su obra ya mencionada con base en testimonios documentales afirma que:

 en el año 1560, en la población de Cartagena de Indias, había 2.569 amerindios, pero en 1574 la población descendió a 2.000; en 1610 pasó a 729 y en 1675 los nativos se habían reducido solo a 466(P.9) personas de nuestra primitiva etnia.

En consecuencia, por razones de la invisibilización y la casi extinción, las luchas de los amerindios son conocidas sólo por un escaso número de especialistas en la historia local, siendo estos hechos desconocidos por las mayorías cartageneras de docentes, profesionales y estudiantes de la educación básica, media, técnica, tecnológica y universitaria, y mucho más por la gran masa de ciudadanos cartageneros.

Empeñado en mi propósito de desvelar, a continuación, las historias secretas o desconocidas de los cartageneros, hoy presento el último episodio referente a los enfrentamientos bélicos de nuestros amerindios con piratas y corsarios, pero esta vez defendiendo la causa española.

2. LOS AMERINDIOS DEL CACIQUE MARIDALO VS. LOS CORSARIOS FRANCESES DE MARTÍN COTE (1560).  

No existe acuerdo entre los historiadores en torno a la fecha del ataque del corsario francés y sus hombres, pues mientras Urueta y Piñeres lo ubican en abril de 1559, Carmen Borrego Pla lo data en el año 1560, es decir 27 años después de la ocupación de la aldea Karmairí, (hoy nuestra Cartagena), por las huestes invasoras de Pedro de Heredia.

Leamos los testimonios sobre el insuceso y la participación de los amerindios en la defensa de la pequeña urbe, todavía con infraestructura indígena, que en ese tiempo era Cartagena, con una creciente cultura española depredadora, exterminadora y opresora con los sobrevivientes al genocidio

En primera instancia es la historiadora Kris. E Lane quien afirma:

“se dice que Cote llegó con siete navíos después de atacar a Santa Marta. Los 250 vecinos de Cartagena habían sido prevenidos y bajo del liderazgo del gobernador Juan del Busto y Villegas se las arreglaron esta vez para montar una defensa, por lo menos aceptable.

Cartagena no estaba todavía fortificada, ni dotada aún con más de un cañón. Por eso Busto y sus subordinados se vieron obligados a recurrir a una táctica similar a la que se emplearía en 1568 contra el inglés John Hawkins, y luego en 1586 contra su pariente Francis Drake. Una parte de la playa fue reforzada con terraplenes y algunos indígenas tributarios bajo el cacique Marídalo sembraron una parte con dardos envenenados. Ni lo uno, ni lo otro sirvió de mucho, pero por lo menos, nos dicen los cronistas, demoraron a Cote y sus fuerzas” (corsarios…Banrep).

María del Carmen Borrego Pla es más explícita:

“Cartagena, había sido informada de la intentona (de Cote) gracias a un patache (embarcación de vela con dos palos, muy ligera y de poco calado) que había enviado la gobernación vecina…Se construyeron algunas defensas, sobre todo en la Plaza del Mar-la más próxima al puerto-y se cercó la parte de playa más cercana a la ciudad”. Después de preparar las tropas a su cargo…fue reclamado para la defensa el cacique amigo marídalo” (de Carex, hoy tierra bomba).

“La flotilla francesa una vez se calló el único cañón que poseía la ciudad por falta de municiones arrojaba a la playa 1.000 hombres, a los que hacían frente un pequeño conglomerado de españoles e indios inexpertos en artes marciales: de todos ellos los más expertos eran los arcabuceros y caballeros, cuyo número ascendía a 10 y 20 hombres, respectivamente.

Cote empezó el ataque por la playa, pero pronto las púas envenenadas y las flechas del cacique Maridalo (y sus hombres) empezaron a hacer efecto entre los franceses…Pero una vez en Cartagena los franceses hicieron prisioneros a numerosos vecinos e indios que no habían podido huir, debiendo pagar rescate a los familiares.

Pocos días después Martín Cote se hacía de nuevo a la mar, no sin haber incendiado a la ciudad y conseguir un botín rico en mercancías, aunque pobre en oro y plata” (Cartagena de Indias en el siglo XVI. Banrepcultural. PP. 88,-90).

3.AMERINDIOS VS. EL CORSARIO INGLÉS JOHN HAWKINS (1568).

En medio de la guerra de rapiña de las potencias europeas, por apoderarse de Nuestra América, recién ocupada, una de las mayores preocupaciones de Inglaterra fue la de conquistar los mercados de las nacientes colonias, sin olvidar las que pudiera incluir en su dominio político.

Por esta razón, la reina Isabel I hizo del corso, una política de Estado, dando patente a aquellos quienes arriesgaban su capital, con el fin de acrecentarlo con las riquezas obtenidas a través de los ataques a las colonias españolas, fortalecer el tesoro real y por supuesto aumentar su comercio y dominio político sobre las nuevas tierras.

Es así como en 1565(de acuerdo con Urueta y Piñeres), sólo cinco años después del ataque de Martín Cote aparece en el mar Caribe, la flota del esclavista y comerciante inglés John Hawkins, amenazando a la cada vez más próspera, aunque no muy rica colonia, Cartagena de Indias.

En este episodio, las estrategias, tácticas y armas de los amerindios, ya divulgadas desde el ataque anterior, fue factor clave para que los ingleses desistieran de sus pretensiones.

Hawkins, en sus tácticas guerreras acostumbró pedir permiso a las autoridades locales para instalar una feria y vender esclavizados africanos; después, en diversas ocasiones, una vez realizada la feria mostraba su verdadera esencia de asaltante, tal como sucedió en algunas islas del Caribe.

Kris. E Lane, tomando otra fecha, (1568) explica sobre la trayectoria del inglés y su presencia en Cartagena:

“El auge de la piratería (corso, de acuerdo con mi concepto) comenzó en Plymouth con un traficante de esclavos de nombre John Hawkins. Él y su primo Francis Drake habían realizado una serie de expediciones entre 1564 y 1568 llevando esclavizados africanos, muchos de ellos capturados directamente en sus pueblos en Guinea o robados de los “tumbeiros” portugueses a las islas y costas del Caribe español. El viaje de 1568, un desastre total, que tuvo entre sus muchos accionistas a la reina Isabel I, incluyó una breve escala en Cartagena, pero sin resultado.

La vieja defensa de las flechas o de los pequeños palos envenenados (estrategia amerindia) fue utilizada de nuevo, según Simón(fraile) además de compañías de “indios amigos” y varias decenas de caballeros españoles.

La ciudad aún carecía de artillería. El objetivo de los ingleses en esta ocasión no era tomarse la ciudad sino negociar unos esclavos por medio de “una lengua” o traductor portugués. No obstante, les fue negado el compromiso para entrar a la ciudad y, al no disponer de fuerza suficiente para imponerse alzaron velas con rumbo a México”.

Por su parte, Urueta y Piñeres (2011) en su célebre Cartagena y Sus Cercanías, explica que “400 indios de las cercanías de la ciudad se aprestaron a su defensa, y que esta se preparó, también con las tácticas y armas amerindias, sin descontar los aportes de 200 españoles” (Tomo II. P.433).

4. LOS AMERINDIOS CONTRA EL ASALTO DEL CORSARIO INGLÉS FRANCIS DRAKE, EL DRAKE (1586).

La participación activa de los amerindios en la defensa de Cartagena al finalizar el siglo XVI, al igual como en las ocasiones anteriores, fue clave para detener de manera, muy temporal, el embate de las fuerzas del corsario Francis Drake, reconocido en Europa y el Caribe por su crueldad, acompañada de una supuesta cortesía, a la mejor usanza de los caballeros de la corte de su majestad la reina.

De acuerdo con el historiador Groot, citado por Urueta y Piñeres, sir Francis Drake y sus hombres llegaron frente a las playas de Cartagena, el nueve de febrero de 1586, coincidencialmente un miércoles santo.

En el curso de la toma de la ciudad -narra Groot-el enemigo apresó a dos negros pescadores en la boca del puerto, los cuales descubrieron el plan de defensa que se tenía en la ciudad y le advirtieron de las entradas de ellas y de que los caminos estaban sembrados de púas  envenenadas, a usanza de los indios…Los de Cartagena tenían dos goletas armadas en guerra y toda la tropa en diversas posiciones, mandada por varios jefes y oficiales.

En los manglares   habían puesto 500 indios flecheros y los negros estaban encargados de la defensa del puente.

El enemigo introdujo mil hombres en  la llamada Punta del Judío, con orden de marchar hacia la ciudad, en entrando la noche…Trabose el combate  que se generalizó con el día.  Habían muerto ya como 200 ingleses con el fuego de las galeras y las flechas que disparaban los indios desde los manglares, mientras que, de los cartageneros, no eran más cadáveres que siete…

La victoria se habría declarado por los de Cartagena, sino hubiera sido porque los indios que estaban en los manglares huyeron, y un capitán  que hizo lo mismo, acabó de desconcertar la gente que empezó a retirarse en desorden hacia diversos puntos…Sin embargo, hubo otros focos de resistencia que también fue vencido, quedando  la ciudad en poder del corsario, produciéndose  un importante saqueo de la ciudad.

En síntesis, son tres los grandes momentos de participación de los amerindios  en la defensa de Cartagena contra corsarios invasores franceses e ingleses; esto es una gran paradoja  secreta de nuestra historia , la historia  de un proceso llamado colonialismo  ,años en los cuales los pueblos originarios, bien por amistad u obligación debieron tomar partido por aquellos quienes habían invadido , conquistado, y robado su propia tierra, mujeres e hijos y destruido , de manera casi total  su etnia y cultura .

5. ALGUNAS ENSEÑANZAS CONCLUYENTES DE LOS ATAQUES DE CORSARIOS A CARTAGENA DE INDIAS EN EL SIGLO XVI.

Son diversas las enseñanzas que quedan al interior de este breve ensayo, pero muchas son las otras fuera de su margen; por ello he invitado a la historiadora ya citada Kris E. Lane (2007 quien usa de manera indistinta los términos corsario y pirata a lo largo y ancho de su trabajo y en las conclusiones del ensayo: “Corsarios y piratas y la defensa de Cartagena de Indias”.

Importantes, pero controvertibles son algunas de las siguientes conclusiones de la historiadora:

I.La piratería fue con seguridad una influencia en el desarrollo de Cartagena en el siglo XVI, Al menos en tres ocasiones-1544, 1568,1586- la ciudad fue víctima de gran destrucción y pérdidas financieras como producto de incursiones piráticas, dos veces a manos de franceses y una de ingleses; con razón los habitantes temían por sus bienes y vidas.

II.No obstante, vale la pena recordar que a Cartagena nunca le fue hurtado aquello que más codiciaban los piratas: el tesoro que cada año era despachado a España, el cual normalmente, en esa época ascendía a cientos de miles de pesos en oro, esmeraldas y perlas provenientes sólo de la Nueva Granada.

III.Los ataques de corsarios y piratas fueron devastadores para los moradores de Cartagena de Indias; sin embargo esto obligó a la corona a fortificar la población y enviar a la caja real local importantes sumas, provenientes de Perú y de la Nueva Granada que posibilitasen la defensa contra los enemigos de España; vale decir: este situado fiscal que recibía Cartagena para sus fortificaciones el mantenimiento  de estas y del aparato político administrativo dinamizó la vida económica y social, no sólo de la ciudad , sino también de una gran parte de la provincia.

Por otra parte, ante el riesgo y la incertidumbre permanente de un ataque enemigo, los sectores económicos se vieron fortalecidos con continúas concesiones económicas y tributarias.

IV. Los piratas que acosaron a Cartagena en el siglo XVI, fueron, por lo tanto, muy poco exitosos como ladrones. Tanto ellos como sus víctimas buscaban honores y en los encuentros armados ambos bandos actuaron motivados por el odio religioso. Podría decirse que, en esta cruzada de corte medieval, los corsarios de este siglo fueron más exitosos en lograr sus fines.

V. Otro elemento medieval de la piratería del siglo XVI tiene que ver con la religión y más con lo que podría llamarse una nueva cruzada. La mayoría de los piratas del siglo XVI se consideraban así mismos guerreros de su propia fe, sin importar que tan hipócritas fueran en el cumplimiento de los preceptos religiosos en sus vidas cotidianas.

VI.  Para el Santo oficio de la Inquisición -que por supuesto no constituyó para ellos ningún peligro hasta 1610-era mucho peor la herejía que su codicia, que era un pecado mortal común. Un gran temor manifestado en innumerables documentos era que corsarios como Drake y Jackes de Sores, podían “infectar”, ciertamente las mentes dóciles de indígena, cimarrones y esclavos negros.

VII. Por su parte, los corsarios del siglo XVI, hicieron que los curas y frailes católicos víctimas especiales de sus peores instintos asesinos. Esta práctica de perseguir figuras religiosas, continuó vigente entre piratas y bucaneros del Caribe hasta el siglo XVIIi.

VIII. Desde los inicios del siglo XVI, el miedo y el terror, fueron la constante en   la psique de los cartageneros …Aunque se recibieran noticias de un ataque inminente no se podía estar seguro de su veracidad. Las falsas alarmas eran un hecho de la vida colonial y mantenían vivo el temor sin que necesariamente hubiese maleantes en su alrededor. En consecuencia, nunca fue fácil responder de manera racional a la amenaza pirática, mucho menos calcularla más allá de cierta probabilidad según la época del año.

 El único recurso, además de unos resistentes baluartes defensivos era rezar. La oración barroca, tenía también sus monumentos en esta ciudad de modo que sus iglesias y conventos son otro vestigio del temor colectivo al pirata hereje pues formaban parte de la defensa de la ciudad tanto como sus sólidas   murallas de piedra coralina”.

Si bien es cierto que el trabajo de Lane supera las versiones narrativas de la historia oficial sobre el tema que nos ocupó, también es valiosa su valiosa documentación de textos aquí desconocidos y de material de archivo.

Lo de Lane es una mirada desde la perspectiva de la Nueva Historia, la visión vigente en nuestro mundo occidental y eso es también digno de reconocerse…Sin embargo, la historiadora extrapola los procesos de fortificación; hasta 1595 Cartagena era todavía en su infraestructura la aldea Karmairí, con una que otra construcción española, una población casi indefensa, como lo hace notar la autora.

Solo es partir de 1595, cuando el ingeniero Bautista Antonelli elabora el plan más completo de fortificación que será ejecutado por importantes ingenieros de la época colonial, proyecto que culminará en 1808 con la construcción de las bóvedas, a las puertas de la independencia.

Por otra parte, la masiva presencia de iglesias y conventos católicos, en el hoy centro histórico, a mi juicio, obedece a razones políticas y económicas, y a la necesidad de la jerarquía católica de afianzar su dominio ideológico sobre los colonos, visitantes y viajeros.

Con los afectos de siempre,

reforzados con la acogida que ustedes amigos y amigas

 lectores y lectoras le brindan

a esta serie de historias secretas.

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

 

 

 

 

 

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