EL TRÁGICO Y FALSO FINAL DE LA INQUISICIÓN (1).


EL TRÁGICO Y FALSO FINAL DE LA INQUISICIÓN (1).

Al finalizar las historias secretas de la Inquisición cartagenera explicaré el trágico final de esta en Cartagena de Indias, y España, y haré un balance de sus detestables gestiones en esta ciudad. dando, de paso los nombres de las últimas víctimas en ambos espacios geográficos. Estas historias finales las narraré en dos entregas, siendo esta la primera.

  1. EL SIGLO XVII: AUGE Y CRISIS ESTRUCTURAL.

El siglo XVII, en el cual la Inquisición se establece en Cartagena de Indias, fue una época muy fecunda para el Tribunal por el número de casos que atendió, y la calidad de ellos centrados principalmente en las “herejías” de protestantes y judíos y las prácticas de brujería, de manera especial por las mujeres afrodescendientes. Así mismo, preocupó al Santo Oficio la llegada al puerto de “negros bozales”(recién capturados en África) quienes con sus prácticas y creencias “contaminaban” a los esclavizados ya catequizados, e incluso a los hijos de los españoles con quienes vivían todos los días.

Pero también, ahora al finalizar el siglo XVII, el número de casos disminuye y la lucha se centra, ya no en las herejías que cuestionaban el poder del papa y de los reyes, sino en las prácticas de hechicería y brujería, y en aquellas costumbres domésticas (como la bigamia) que de acuerdo con el dogma cristiano e inquisitorial atentaban contra la moral y “la santa fe católica”.

De acuerdo con el relato precedente y siguiente de Toribio Medina ((1953) La trayectoria de la Inquisición en Cartagena de Indias, en el final de este siglo, fue aún más trágico:

A raíz del ataque de los franceses, comandados por el barón de Pointís y la consiguiente toma de la ciudad, los reos ubicados en la “Santa Casa” debieron ser evacuados hacia Mahates y los nueve que estaban en el fuerte de Bocachica, condenados por bigamia se pasaron al enemigo, y ocho de ellos se marcharon con él.

La “Santa Casa” fue saqueada, las imágenes blasfemadas, y los Auto de Fe fueron parodiados y objeto de burlas en la Plaza de la Inquisición. Tras el bombardeo que destrozó la edificación sede, todos los funcionarios debieron huir, y después regresar uno a uno, una vez se marcharon piratas y corsarios franceses.

Sin embargo, gracias a donativos de los ciudadanos, poco tiempo después, todo volvió a la normalidad, y a la mejor organización del Tribunal.

  1. LA CRISIS SE PROFUNDIZA EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX:ES SUPRIMIDA LA INQUISICIÓN.

La crisis económica que vive España en el siglo XVIII y la irrupción de la Ilustración profundizan el malestar en las colonias y al interior del “Santo Oficio”.

En todo el largo período de esta centuria son contados los procesos de fe que se tramitaron, y entre todos, alguno que otro reviste mediana importancia.

La otrora arrogancia mostrada por los inquisidores al intervenir en caso de herejía o blasfemia se quedó atrás cuando se trató de personajes notables de su jurisdicción.

En 1741, cuando la Flota naval de Inglaterra, en el marco de la “Guerra del Caribe,” comandada por Sir Edward Vernon atacó e invadió de manera infructuosa a Cartagena, una bomba cayó sobre la “Santa Casa” y hubo que derribarla. No obstante, la profunda crisis que vivió el Tribunal, y la ruina de sus arcas no fue obstáculo para que 29 años después, en 1770, quedara terminada la majestuosa sede que aún pervive, aunque cercenada, en la plaza de su nombre. 

*EL 11 de noviembre de 1811: Un golpe de gracia.

El golpe de gracia final(temporal) es dado a la Inquisición el 11 de noviembre de 1811; los líderes de la revolución de independencia, portavoces del movimiento ilustrado que se daba en la actual América Latina, a la par de las masas populares declaran a Cartagena, libre de toda clase de sumisión y vasallaje frente a España y cualquier otra potencia del mundo.

Finalizando su juicio sobre esta época Medina explica que:

 “Como se comprenderá, el cargo de inquisidor de Cartagena distaba de ser deseado”.

Ese histórico día, las masas populares con armas en las manos, exigieron a la nueva junta revolucionaria de gobierno, presidida por Ignacio Cavero, la supresión del “Santo Oficio”, consiguiendo que este solicitara a los inquisidores emigrar hacia la península, a lo cual respondieron con la natural negativa.

Entonces los agentes del gobierno pasaron a la confiscación de los bienes del Tribunal, documentos y demás elementos de valor, a lo cual el obispo de la ciudad respondió con improperios; entonces Cavero contestó con juicio certero:

“Al Tribunal, la historia de todos los tiempos y países lo presenta cubierto de horrores y de injusticias. El fanatismo religioso abortó este monstruo en el siglo XIII de la iglesia, el cual, en expresión de un autor célebre, tiene los pies en el infierno y alcanza con los brazos el cielo.

Las tablas que se hallan fijadas en el atrio de la catedral, delante del sagrario, son un oprobio de ese santo templo, y que debían quemarse por el verdugo en la plaza pública, dan testimonio del proceder de dicho Tribunal de la Inquisición en esta ciudad.

Ellas contienen una parte de la historia de penados y reconciliados por lo que se llama Santo Oficio. Allí verá condenados a las llamas a muchos fatuos o infelices, por brujos, porque volaron, otros, por hechiceros, por duendes, etc. y reconciliados a otros, porque ante la alternativa de ir a las llamas o retractarse, prefirieron este último partido”. 

  1. LA PARTIDA DE LOS INQUISIDORES HACIA SANTA MARTA.

Entre alegatos, los inquisidores se las ingeniaron para permanecer varios días más, hasta cuando partieron el 1 de enero de 1812 hacia Santa Marta, ciudad que permanecía en poder de los españoles, urbe en   la cual establecieron de nuevo el Tribunal.

Pero al cabo de un año, el Ejército Popular Libertador de la Nueva Granada recobró la plaza samaria, obligando a los inquisidores a emigrar a la ciudad de Portobelo en Panamá, donde permanecieron hasta 1815, cuando el ejército de la reconquista española, retomó el puerto samario.

4.LA INQUISICIÓN DURANTE LA RECONQUISTA ESPAÑOLA.

Durante 105 días entre agosto y el cinco de diciembre de 1815, Cartagena de Indias sufrió el más sangriento sitio de su historia perpetrada por el ejército español de la reconquista, dirigido por el criminal, general Pablo Morillo, bajo el gobierno del “Deseado” Fernando VII.

De inmediato, se estableció el llamado Régimen del Terror, que acabó con la vida de centenares de dirigentes criollos y de miles de luchadores populares, en todo el territorio del Virreinato de la Nueva Granada, del cual Cartagena de Indias, era una de las ciudades principales, plaza fuerte y Llave de las Indias.

La Inquisición, por su parte, instaló el Tribunal, sólo a mediados de mayo de 1816, (casi seis meses después) y así, el “Juicio de Purificación” que se siguió a sus secretarios que no abandonaron a la ciudad en 1811, determinó el reinicio regular de sus funciones, el 21 de enero de 1817.

5.LA CRISIS DEFINITIVA Y LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA INQUISICIÓN EN CARTAGENA DE INDIAS.

Para estos años ya la inquisición afrontó su crisis definitiva:

A). Las causas heréticas, prácticamente habían desaparecido, y el inquisidor Odériz se dedicaba a combatir “las conductas escandalosas, irreligiosas y sacrílegas” de los cartageneros, en las calles y plazas de la ciudad, los días de fiesta católicos, en las cuales el bunde (hoy mapalé) era el ritmo que alegraba las reuniones de esclavizados y libertos, sin que en estas faltaran los libres pobres y uno que “otro señor”.

B). En 1819 el Tribunal vivió su peor crisis económica, al ritmo de la crisis definitiva del imperio español en la Nueva Granada:

Sin ingresos económicos de ninguna clase, los inquisidores recurrieron a la caridad pública para alimentarse.

Después del siete de agosto de ese año, cuando el ejército Popular Libertador al mando de Simón Bolívar, tomó a Santa fe, la capital del Virreinato, los agentes del mal, vieron como los miembros de la Real Audiencia, ministros y otros funcionarios fugitivos entraban a la ciudad, con el vestido que tenían, hechos objeto de lágrimas y compasión, de acuerdo con los relatos de Medina (1953).

C). En sus últimos días la Inquisición se dedicó a combatir un nuevo delito: el de la francmasonería. Por este delito, acorde con las normas inquisitoriales fueron sindicados: en Cuba el obispo Juan José Díaz de la Espada, Fray José Bonilla en Puerto Rico y varios militares en Caracas.

Ubaldo Elles Quintana en su libro referenciado de la Inquisición explica:

Así, en medio de los estertores de la crisis, la Inquisición española cayó definitivamente en Cartagena de Indias en octubre de 1821:

Las fuerzas combinadas del ejército popular libertador de tierra y mar, encabezadas de manera respectiva por el venezolano Mariano Montilla y el Guajiro, José Prudencio Padilla lograron la rendición definitiva del imperio español. La división al mando de José María de Córdoba, después de liberar las actuales sabanas de Bolívar, Córdoba y Sucre, entraron triunfantes a Cartagena y en el castillo de San Felipe izaron la bandera libertaria.  

La dependencia colonial llegó a su fin.

El último rey fue Fernando Séptimo.

El último Virrey Juan Sámano.

El último gobernador Gabriel Torres y Velasco.

El último inquisidor Prudencio López de Castro y Serralde,

nombrado en 1809.

CONTINUARÁ…Balance de la diabólica gestión de la Inquisición en Cartagena y las últimas víctimas del Tribunal en esta ciudad y España.

Con los afectos de siempre, reforzados con el final de la “Santa Casa”:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

 

 

 


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