La incertidumbre política de Colombia, se agudiza ante la ausencia de líderes que tengan credibilidad y experiencia. Repetir lo ocurrido con la elección de Iván Duque, no es una opción que estemos dispuestos a aceptar. La inexperiencia y falta de planeación de un programa de gobierno ejecutable y cumplible, debe ser lo tenido en cuenta al momento de decir quién debe ocupar el primer cargo del país.
No es suficiente votar por el candidato de derecha por miedo a que la izquierda llegue al poder y la retórica amenaza de abrir camino a un gobierno castrochavista, con extinciones de dominio, privatizaciones y fuga de capitales. Argumentos que terminan entregando el mando a un inexperto petardo que atrasará el progreso, convirtiéndose más nocivo el remedio que la enfermedad.
Colombia necesita de un mandatario emprendedor, preparado y que brinde soluciones. La incultura e ignorancia del elector, no pueden ser la oportunidad para seguir bajo el yugo de gobiernos clientelistas, patrocinadores de la corrupción, de la impunidad, de la manipulación y de la pobreza del pueblo que los eligió.
Con buenos ojos recibo, la postulación de Alejandro Char Chaljub, como candidato a la presidencia de la Republica. Su paso por la política en el Atlántico, ha traído progreso al departamento y a su capital Barranquilla. Char es un hombre de emprendimiento, de proyectos y obras que generan crecimiento. Su desempeño en la administración le ha dado gran popularidad; ha quedado demostrado, que el liderazgo y el emprendimiento siempre lo acompañan.
La familia Char, le imprime pasión a cada proyecto que promueve, el éxito de sus empresas, ha logrado mantenerse durante décadas. Colombia requiere con urgencia un gobernante exitoso, que tenga en su cabeza la creación de empresas y el liderazgo necesario para desarrollar proyectos, que permitan evolucionar y recuperar el tiempo perdido por la incapacidad y corrupción del Estado.
Llegó el momento de apartarnos del URIBISMO y el PETRISMO, que tanto odio y división ha causado. Debemos apoyar la candidatura de exitosos empresarios y profesionales, para poder progresar. Considero que llegó la hora de decir ¡no más! No más Uribe, no más Petro; llegó la hora de aprove-Char.
