Espacio vacio

La Ley del Espacio Vacío


2 obreros de la construcción conversan durante el almuerzo: - Ricardo, ¿Sabes quién es Miguel de Cervantes? - No Juancho, no se quién es. - Mi compadrito, que tonto eres, deberías hacer como yo e ir a estudiar a la nocturna... Al día siguiente el primero vuelve a preguntar: - Viejo Richard ¿Sabes quién es Albert Einstein? - Pues no, no se quién es ese man... - ¡Que tonto eres! deberías ir a la nocturna... Otra vez al siguiente día, - ¿Sabes quién es Carlos Marx?... - Pues no... - ¡Que tonto eres deberías ir a la nocturna!  Entonces al siguiente día, Ricardo ve venir nuevamente a Juan con cara de burla y, ya aburrido de la “mamadera de gallo” y la ironía de su amigo, se le adelanta y le dice: - Hola viejo Juancho ¿tú sabes quién es Pedro Toro? – Con sorpresa y rabia a Juan no le queda más remedio que confesar su ignorancia: Pues no... no sé quién es Pedro Toro - Ja, ja, ja, ja ¡Que tonto eres!! ¡Es el tipo que se acuesta con tu mujer mientras vas a la nocturna!

En el ejercicio profesional como orientador y consejero de parejas he tenido la triste oportunidad de constatar cómo muchos matrimonios llegan a su fin por el problema de no tener clara la jerarquía de valores. Por ejemplo, en la jerarquía de valores de las personas casadas bajo el sacramento del matrimonio, o que por lo menos se consideran creyentes y desean vivir bajo la luz de su experiencia de fe, el orden se sitúa de la siguiente forma: en primer lugar debe estar Dios, luego deben estar a un mismo nivel el amor que le debemos a nuestra esposa o esposo y el amor que nos debemos a nosotros mismos, luego el amor y el respeto que le debemos a nuestros hijos, luego pasamos a los otros escenarios siendo así que hablamos entonces del amor a nuestros padres, hermanos y parientes, amigos, compañeros de trabajo y así sucesivamente. Aunque este es el “deber ser” que nos plantea la fe cristiana, existe sin embargo la falsa creencia de que una vez casados ya se tiene seguro el amor de la pareja y que se va a mantener así, intacto, por arte de magia por el resto de la existencia. Esto sin lugar a duda es un gravísimo error, el amor como las plantas se debe regar y cuidar todos los días. Tengan mucho cuidado de no anteponer el amor a otras personas o a otras cosas antes que el amor, el respeto y la atención que le debemos a nuestro cónyuge. Se que esto que estoy diciendo tal vez no le guste ni cinco a las suegras (o suegros) posesivas(os) que creen que la nuera o el yerno le van a robar el amor de su hijo o de su hija, en esto la Palabra de Dios no da pie a ninguna discusión, sabemos que es cierto que debemos honrar a Padre y Madre (Ex 20, 12) y que este es el único mandamiento que viene con promesa incluida, pero también es cierto que antes que ese mandato ya Dios había decretado otro “Dejarás a tu padre y a tu madre y los dos serán una sola carne” (Génesis 2, 24), no se trata de una contradicción, se trata de una sana jerarquía de valores, siempre debemos honrar a nuestros padres, pero eso no debe ser excusa para que mandemos a nuestra pareja a un segundo plano, la pareja va primero porque ahora los dos son una misma carne, hablar mal de nuestra pareja, relegarla a un lugar inferior, marginarla, ignorarla o humillarla, es tanto como escupir para arriba, tarde o temprano te caerá a ti mismo. Pero esto tampoco debe servir de pretexto para que la esposa o el esposo trate de enfriar el amor que un hijo o una hija le debe a sus padres, aquí el asunto no es de poner a competir los amores, se trata es de saber ubicar a cada uno en el lugar que le corresponde, el amor tiene su orden (Bert Hellinger, “Los órdenes del amor”. 2001), cuidadito con ese cuento de que primero fue la mamá o el papá que la esposa, para eso mejor no se hubiera casado y se hubiera quedado con su mamita o con su papito para que lo cuide y lo mime (igual vale para la esposa con respecto a su marido) los papás deben fomentar la autonomía, la libertad, el propio desarrollo de sus hijos.

Siguiendo con el asunto de la jerarquía de valores hay que tener mucho cuidado también con no ir a desplazar a la pareja con el celular, el computador, la televisión, el video juego, con el trabajo, o con el perro o con la gata, recuerden que hay una ley de la física que dice que “todo espacio vacío tiende a llenarse” no sea que los vacíos que tu dejas en la relación los termine llenando otra cosa u otra persona, después no te vayas a quejar. Ya nos dice Gary Chapman (“Los cinco lenguajes del amor”), que un automóvil con el tanque vacío no nos lleva a ningún lado, cuidado con los tanques vacíos de amor, recuerda que tú eres el proveedor oficial del combustible adecuado para tu pareja, pero debes averiguar qué tipo de combustible usa (gasolina, ACPM, Gas, alcohol, electricidad, etc.), en nuestro caso los combustibles son cinco: Tiempo de Calidad, Palabras de Afirmación, Toque Físico, Regalos y Actos de Servicio. ¿Qué tiempo calidad le dedico a mi pareja? ¿Qué tipo de palabras empleo para comunicarme con ella (de bendición o de maldición)? ¿Qué tipo de toque físico tenemos? ¿Estoy pendiente de darle buenos regalos? ¿Soy atento, servicial y colaborador con mi pareja? Anota esas preguntas en el espejo que usas para peinarte y cada día trata de no dejar espacios vacíos en el corazón de tu pareja y de colocarla en el lugar que le corresponde en tu jerarquía de valores.

Conclusión:

Ley No. 1. La ley del espacio Vacío. “Todo espacio vacío tiende a llenarse”

 


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