Virgen de la Candelaria: entre el dogma católico y la mística Orisha


Uno de los sincretismos más importantes de nuestra ciudad es celebrado por estos días: Candelaria es también el vestuario que luce la diosa Yemayá, señora de los mares y sus profundidades. Se trata de un ejercicio de escritura poética para conocer otros significados de las Fiestas de la Candelaria, amparado en el artículo 19 de la constitución política de Colombia.

Abrir los ojos y sentir en la boca el sabor de la sal: el mar tan lejos y tanta ropa encima “¿cómo para qué?” se pregunta la piel algunas mañanas lejos de casa. Aquí hay mujeres bellas, es absurdo pretender negarlo y otros versos se anidan en la cabeza. Por suerte el cielo se parece al mar, hoy está despejado y escribo para acompañarme. Mara del Carmen naciste, allá en la orilla del mar en Cartagena, en el hospital, de frente a la isla; el hospital donde nacemos y donde también mueren algunos nuestros

No importa si creciste de espaldas al mar, cuando no está algo en el cuerpo lo pregunta:

Extrañar el mar, su cercanía,

es uno de los rigores más extravagantes del costero

El salitre, la simple proximidad

es otra forma de aire, una bocanada que los pulmones buscan.

Siente el latido la diáspora

no somos de aquí, el agua nos reclama

 

El que nunca ha estado ausente, no ha sufrido guayabo/

Hay cosas que hasta que no se viven no se saben

 

La sabana también es así: pueblerina, querendona y nostálgica como la costa. El Caribe se abraza de muchas maneras y se busca. Hay días en que se le puede perdonar todo a Cartagena, menos no estar para las fiestas de la virgen.

 

 

 

 

Tania del Pilar/ Apilaresluz/Azeta azeta: abogada de la universidad de Cartagena, maestra en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia, poeta de tiempo completo, alevino de mitóloga, educadora popular y pregonera cuando se anima. apilaresluzmanagement@gmail.com


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