Tomado de La Soga

Historias secretas:PALENQUES DEL OLVIDO y san Basilio. 1.


Historias Secretas: PALENQUES DEL OLVIDO Y San Basilio. Primera parte.

1.Evocando los palenques del olvido.

Es indudable que el palenque más simbólico y de mayores reconocimientos, en la historia nacional, es el de San Basilio, junto con su inspirador fundador, Benkos Biohó; sin embargo, antes de San Basilio,  y después  del  indiscutido y legendario líder, tienen presencia diversos focos de rebelión de los esclavizados, tal como se escribió en páginas anteriores, y varios líderes, de  cuya existencia sólo tienen noticias los expertos en el tema, por una parte y por otra,  un gran desconocimiento las masas populares, las verdaderas constructoras de nuestro “mundo historial”, lo cual nos conduce a develar las historias secretas de estos sitios y personajes 

De esta manera, rescatando la existencia de los palenques del olvido y la gesta de cimarrones y palenqueros, acompañado de los documentos que transcribió Roberto Arrazola de los archivos españoles y la eximia historiadora María Cristina Navarrete y diversas páginas web, haré una brevísima memoria de lo que fueron los palenques de:

Betancurt,

Matudere o tabacal o Matubre,

como escribió Sancho Ximeno, en la sierra de Luruaco.  De igual manera, procederé con los palenques de los montes de María, en el siglo XVII, como fueron:

Limón.

Duanga.

Joyanca.

San Miguel Arcángel.

Zaragocilla.

Zanaguare.

María Angola,

Y Manuel Embuyla o Manuel Mula.

Así continuaré hasta arribar al reconocimiento de libertad que hicieron los españoles del palenque de San Basilio en el siglo XVIII (1713), que surgió, cual ave fénix de las hazañas de los sobrevivientes del palenque principal de la sierra de María:  san Miguel Arcángel.

2.LOS PALENQUES DE MATUDERE Y BETANCURT DE LA SIERRA DE LURUACO.

El “palenque de Matudere o Matubre, ubicado en la sierra de Luruaco (hoy en el Depto. del Atlántico), formado con los cimarrones que escaparon después que los españoles atacaron al palenque de Tabacal, fue uno de los tantos debelados por la represión española al finalizar el siglo XVII; algunas de sus vivencias las presenta María Cristina   Navarrete en las conclusiones de su ensayo abajo referenciado,  

El palenque de Matudere tenía características propias que lo hicieron singular frente a otros. Su localización, período de existencia, duración, composición étnica, sus relaciones con la sociedad mayor y las circunstancias históricas de esta, determinaron su peculiaridad.

Los cimarrones y sus lugares de refugio, los palenques, pusieron en jaque la sociedad colonial; sin embargo, no es posible afirmar que su forma de resistencia contra la esclavitud, tuviera como propósito abolirla.

El proceso de lucha cimarrona que antecedió la existencia del palenque de Matudere se   inició con los palenques de La Matuna, el situado en el distrito de Usiacurí y el de Limón. Tuvo su continuidad con los poblados de cimarrones de los montes de María y los de la banda derecha del río grande de la Magdalena. El siglo XVII fue una larga centuria de tensiones y confrontaciones para destruir los palenques.

Un hecho histórico sucedido en 1693 determinó el comportamiento de los cimarrones de Matudere en relación con las autoridades y los miembros del cabildo de Cartagena. Fue la llegada de una cédula real traída por el presbítero Baltasar de La Fuente Robredo prometiendo el indulto y la libertad para los cimarrones de los montes de María.

Los habitantes de Matudere creyeron que les era extensiva “por haber todos concebido ser general la libertad para los de su color”. Estos al darse cuenta de las negativas del cabildo,  decidieron atacar sus estancias, causando muertes, incendios y robos. Lo propio hicieron con algunos pueblos de indios a los que creían sus enemigos. La violencia acometida por los cimarrones de Matudere fue respondida por las autoridades con una declaratoria de guerra. El palenque fue destruido y los caudillos brutalmente castigados,

Matudere había sido un palenque relativamente joven, de no más de veinte años de existencia. Ubicado en la sierra de Luruaco, estaba rodeado de estancias, hatos y pueblos de indios. Esta ubicación lo hizo vulnerable. A pesar que tenía relaciones con el medio circundante, los temores que suscitaba despertaron la sensibilidad de los vecinos, para quienes la mejor solución era destruir el palenque.

La composición étnica del palenque era heterogénea. Había africanos de distintas etnias procedentes de diversas áreas culturales, criollos, procedentes del área rural y urbana de la provincia de Cartagena, mulatos, mujeres indias, cuarteronas de mulato, tomadas en las incursiones a estancias y pueblos.

Esto hizo de Matudere una comunidad multiétnica donde circulaban algunas lenguas africanas entre coterráneos. La vida de Matudere fue relativamente corta. A diferencia de San Miguel Arcángel no pudo trascender en el tiempo ni trascender hasta el presente. Sus residentes fueron aprehendidos por las fuerzas del orden y castigados por la justicia. Unos pocos quedarían desparramados por los montes. (“Por haber todos concebido ser general la libertad para los de su color”. Investigaciones unisatlántico.edu.co).

3. LA HISTORIA DE MATUDERE CONTINÚA…

Complementando las conclusiones de la historiadora referenciada es preciso afirmar que la ubicación de los palenques, en aquellos viejos tiempos era en una zona montuosa, una serranía, es decir elevaciones de mediana altura prolongadas a lo largo de decenas de kilómetros, a cuyos pies reposaban, al igual que en nuestros días, las extensas ciénagas de Luruaco y El Guájaro.

Fueron territorios impenetrables para la época colonial, estratégicos, tal vez, pero vulnerables al estar rodeada por haciendas y estancias de los blancos, al igual que por pueblos de amerindios, y entre ellos Piojón, el actual Piojó del Departamento del Atlántico.

Desde otra óptica, se afirma también que Matudere  fue un palenque de corta duración, cuya existencia se dio entre los años 1673 y 1693, cuando el gobernador  de la Provincia  de Cartagena Martín  Ceballos de la Cerda y sus hombres, bajo la presión de los habitantes de Cartagena y el Cabildo de Justicia y Regimiento, decidieron acabar con los cimarrones que habían asaltado a Piojón, robado amerindias y esclavizados de ambos sexos, al igual que bienes y alimentos de los amos, cuyas construcciones fueron también incendiadas.

La enemistad entre los cimarrones africanos y criollos(nacidos en estas tierras) es de vieja data; los cimarrones por cuenta propia, y los esclavizados africanos bajo el mandato de sus amos atacaron los poblados indígenas causando daños irreparables; después a través de alianzas o dominación política, los españoles utilizaron a los amerindios como punta de lanza contra los cimarrones, mención especial merecen los llamados “indios pintados”, vale escribir los chimilas , reconocidos por su belicosidad y experticia en el arte de la guerra con el arco y la flecha.

Ante los rumores de una inminente sublevación de los palenqueros de la Provincia y su capital Cartagena de Indias, los españoles decidieron atacar a los palenques más vulnerables de la época, como eran, los que nos ocupan. En 1688 el rey de España autorizó acabar con los palenquea sangre y fuego; pero en 1693, el cura de Turbaco y tesorero de la catedral de Cartagena, obtuvo la llamada “cédula del perdón”, mediante la cual se concedía indulto a los palenques de la sierra de María.

Los cimarrones de la serranía de Luruaco la hicieron extensiva a su causa y ante la negativa de las autoridades de la provincia decidieron atacar a blancos y amerindios, ya referenciados.

4.LA INFAME DERROTA DE MATUDERE.

La guerra declarada por las autoridades fue mortal para los palenqueros; unos documentos de la época transcritos por Roberto Arrázola (“Palenque primer pueblo libre de América”) nos remite a los hechos y actores de la época:

El gobernador Martín Ceballos de La Cerda, recibe el 2 de mayo de 1693 una carta del capitán Juan de la Rada en la que participa “haber avanzado al palenque donde se habían puesto en armas los negros, matándoles cinco se le remitía las cabezas y que quedaba (pendiente)para prender fuego para seguir los rastros de los negros” El gobernador mandó traer a esta ciudad … para que se pusiesen y fijasen en la plaza las cabezas de los cinco infortunados fue de sumo gusto para la ciudad, que la regocijó con aplausos descubriéndose en la iglesia el Santísimo Sacramento y cantando el tedeum laudamus

En este interregno, el gobernador emite autos de autoridad en los cuales condena a muerte a un cimarrón llamado Paulo, uno de los primeros fundadores de palenque, y a su vez se le entrase a la ciudad dentro de la cola de una mula arrastrado para poder llevarlos cómodamente, y al mismo tiempo se le fuesen dando doscientos azotes a un negro llamado Antonio Nolu, que tenía comunicación con los negros del palenque, y a él le fuesen siguiendo 40 piezas de esclavos traídos por el gobernador.

5. MUERTE DE DOMINGO ANGOLA O PADILLA LIDER DEL PALENQUE “PASADO POR LAS ARMAS”.

Avanzando en su memorial el gobernador Ceballos de La Cerda manifiesta al rey, el 10 de mayo de 1693:

Sucedió que a tiempo que entraba por la puerta de la ciudad(Media Luna)… le fue traído el capitán de dicho Palenque Domingo Padilla, a quien después de tomarle declaraciones  en que dijo que era capitán de dicho palenque , mandó sin más estropicio de justicia, pasarle por las armas,  por cuanto no había verdugo diestro para poderle ahorcar y que después fuese colgado de la horca donde estuviese dos horas colgando y al cabo de ellas se le hiciese cuartos(descuartizarlo) llevándosele antes por las calles acostumbradas”.

Arrázola continúa y escribe que la función no había terminado… porque a un mismo tiempo el gobernador mandaba que se fuesen dando doscientos azotes a tres negros que eran los que constaba habían maltratado y azotado al alférez Manuel Díaz.

El 13 de mayo se entiende del 93, el gobernador proveyó auto en que dice que “las negras del palenque que se habían cogido fuesen devueltas a sus dueños pagando 70 pesos, que son 50 ducados y diez reales para pagar la cuenta de la cogida y los demás para ayuda de gastos y que se le notificase a sus dueños les echasen fuera de la provincia dentro de dos meses, porque era ley  se extrañasen todos los cimarrones por el mal ejemplo y para evitar la reincidencia.

“Los cuatro diputados que había nombrado el Cabildo Justicia y Regimiento, para estos efectos presentan al gobernador la enormidad de los delitos que habían cometido dichos negros” pues habían tomado las armas contra las de su majestad y muerto al capitán don Juan de Artajona y veinte de sus hombres de los que llevaba, siendo com eran raptores incendiarios, estupradores, violadores de mujeres casadas y doncellas, reos de lesa majestad.”

“Según el gobernador, después de hacer el cálculo de mención de los negros, negras y chusma (niños, niñas, mujeres, ancianos y minusválidos) que se habían cogido faltaban muy pocos negros que coger o matar, en cuya atención que se entraban las aguas…cesaron las hostilidades”.

De esta forma fueron exterminados los palenques de Matudere y Betancurt, los más belicosos de ese año…Los pocos sobrevivientes quedaron desperdigados por los montes …Tal vez, después de varias lunas se unirían a cualquier palenque de los montes de María. CONTINUARÁ…

Con los afectos de siempre:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.


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