Premisa teosófica de Dios sobre la guerra en Ucrania


Premisa teosófica de Dios sobre la guerra en Ucrania

Por René Arrieta Pérez y José Vicente Arias Rincón.

 

Toda guerra es un ataque a la estabilidad, a la paz, al orden, y sobre todo, a la esencia del cosmos, que desde sus inicios, Dios proyectó como fundamento de lo que es y debe ser.

En efecto, la inquietud o el propósito de la guerra nacen con la aparición misma del mal en el cosmos. La rebelión de los ángeles en el cielo o la rebelión de Lilith ante Dios y su determinación de dañar al hombre como especie por ser considerada por el Omnipotente como creación amada, por los que esos actos de arrogancia, irrespeto y rebeldía constituyen una declaración de guerra contra el Creador.

No obstante a tener en sí la simiente del mal –las guerras–, por los planteamientos inherentes y por contextos determinados, Dios en su suma sabiduría e inteligencia las toma y les asigna, cuando inevitablemente han sido desatadas, propósitos benignos que deben impactar de forma positiva el destino de los hombres. Y así lo establece el contexto del Bhagavad Gita, en el que Arjuna debe luchar en batalla, aunque en el ejército contrario esté un gran número de su familia y esas personas deban morir. Es el deber de Arjuna y así se lo hace saber Krisna (pues, bien, el hilo de los acontecimientos ha inducido a esos seres a tomar decisiones erradas, y deben asumir las consecuencias con la muerte y daños colaterales para su progenie). De otro lado, en la historia de la humanidad, las guerras dejan destrucción y muerte; pero, igualmente, el espíritu, el ingenio, la investigación para obtener instrumentos y plantear estrategias para ganarlas han dejado, asimismo, progreso al hombre, por su aporte en ciencia y tecnología militar, que luego se implementa en la vida civil. Similarmente, después de sus azotes, las pestes han traído cambio de mentalidad e imposición de nuevos paradigmas.

Sin embargo, no siempre la bondad de Dios de darle una vuelta al envés de lo dañino es lección y provecho para el ser humano. Esta especie por su banalidad e inconsciencia siempre está dejando de lado la vida trascendente y le infunde un interés enfermizo a lo que la pone en el ineludible despeñadero.

 

La guerra de Ucrania, elemento perturbador en los planes de Dios

Aunque en los acontecimientos apocalípticos están previstas distintas guerras regionales que serán producto de la irracionalidad y el deterioro de la raza humana, ninguna iba a interferir en los planes de Dios del fin de los tiempos. Esta, la guerra que Moscú desata en Ucrania, sí perturba los planes de Dios, porque adquiere dimensión planetaria por el estatus de Rusia como potencia nuclear y por las consabidas amenazas al orden mundial que ya ha proferido su líder. Dios necesita paz mundial para que la humanidad solo preste atención a sus señales, que Él le iría mostrando al mundo con la naturaleza (que manifestará al hombre que la vida en el planeta está en riesgo de desaparecer, por los cambios climáticos), por consiguiente, no quiere que la raza humana desvíe su mirada a otros asuntos distintos, y Putin ha resquebrajados esos planes. A renglones seguidos sabrán el misterio de tales acontecimientos, que les permitirán entender, apreciados lectores, el inmenso amor, piedad y misericordia que prodiga Dios a pesar de las faltas de pecadores y de los seres arrogantes e insurrectos. Pese a todo, finalmente, demuestran que no son dignos de nada. Y menos de la atención y el amor de Dios.

 

La rebelión de los ángeles en el cielo, su caída, el castigo recibido, la piedad de Dios, y la nueva rebelión en la tierra, entre los hombres

Cuando fueron castigados Lucifer y sus legiones por su arrogancia, deslealtad, desobediencia y rebelión contra Dios en el cielo, ellos fueron vencidos, desde luego, por un regimiento de tronos del Todopoderoso –ángeles fuertes y aguerridos que son la guardia de Dios–, entonces, los rebeldes se avergonzaron por la conciencia misma de su insignificancia y por el desconocimiento de que quien todo lo puede, desde todos los tiempos guardaba inefables misterios que rodean su magnánimo poder y soberanía, que salvaguardan su imperio y su creación. De igual forma, el insurrecto arrastró a otras legiones, distintas a las que tenía asignadas, que logró persuadir y adherir a su rebelión.

 

La caída

Los ángeles caídos perdieron su luz y esplendor, y ya convertidos en pobres diablos, fueron confinados en las mazmorras del Infierno. Luego de haber transcurrido cierto tiempo de su castigo, cuando ya el Padre Creador había concebido otra parte de su creación, la especie humana, a quienes confirió su imagen y semejanza, sucede otra rebelión, esta vez, la de Lilith, que la lleva a destruir la nueva creación de la Divinidad, la humanidad, y a la que Dios expulsa del paraíso –una inefable condición de felicidad, morada en la que vivían– y de la que son arrojados precisamente por su desobediencia y por dejarse persuadir por los engaños de esta mujer, una semidiosa.

Dios, entonces, decide conmutar la penalidad de los ángeles caídos, quienes al final de su castigo debían ser destruidos por el fuego purificador. Su infinito amor y misericordia los saca de las mazmorras del Infierno y los incorpora, ya, sin la condición de ángeles, convertidos en simples hombres, en medio de la raza humana, para ese momento castigada y expulsada del Edén.

De otro lado, a Lilith, artífice de la caída de los hombres, la saca de las mazmorras del Infierno y la emplaza, solitaria, en la luna Encélado, en Saturno.

Desde ese entonces, las mazmorras del Infierno serían el lugar de penitencia y castigo de los seres de la especie humana que trasgredieran las leyes de Dios con la perpetración de actos crueles, ignominiosos, atroces.

 

La reincidencia de Lucifer, ahora como simple hombre

Adivinan ustedes, amigos lectores, ¿quién es Lucifer entre los hombres?

En nuestra investigación para los sellos del apocalipsis (tratados que versan sobre el plan de Dios para el fin de los tiempos, y cuya divulgación de ese plan Él encargó a sus dos testigos, información que es una conjunción de conocimiento y sabiduría inherente a nosotros, que por nuestro trabajo y misión se refuerza con datos acerca de los acontecimientos históricos de la vida de la raza humana y sus distintas civilizaciones), en esa indagación pertinente, encontramos que el autor de la obra en lengua inglesa, El paraíso perdido, John Milton, es el mismísimo Lucifer en una de sus reencarnaciones, quien iluminado por un ángel de los ejércitos de Dios es inspirado, y, caso curioso, él mismo narra la historia de la rebelión en el cielo, su propia historia, su propia rebelión contra el Monarca absoluto del cielo y de la tierra.

En un momento determinado, en el que yo, René Arrieta Pérez, estoy revisando el libro de Milton, y miro su retrato, empiezo a penetrar en la historia de vida del autor y veo en los archivos akásicos su película en mi mente, y extasiado exclamo, ¡pero si es el ángel caído!, y me quedé fascinado. Más tarde, en nuestra sesión de trabajo, en la que con mi hermano, José Vicente Arias Rincón, a quien expongo mi hallazgo, él, igualmente, vive otro momento de fascinación. Cuando lo pongo al tanto de la identidad del ángel caído encarnado como hombre, con la identidad de John Milton, Dios, nuestro Padre, quien siempre está ahí, vigilante de nuestro avance, le pregunta a José Vicente, ¿sabes quién es Milton, ahora? Y sin darle espacio para nada le dice: es Putin. José inmediatamente me lo pregunta a mí, ¿tú sabes quién es Milton?, pero en ese fugaz momento, mi mente extática no hace el viaje a los archivos akásicos, para ver ese otro capítulo de su libro de vida o episodio de la película de su vida, ni viro mi atención para percatarme de la escena en la que el Padre le comunica esa información, porque estoy todavía merodeando el entorno de la vida de nuestro ángel en mención, encarnado como Milton; entonces, igualmente, rápido me lo dice: “nuestro padre me acaba de decir que es Putin”. Y, nuevamente, sobreviene una fascinación para él y una nueva fascinación para mí.

Ahora ya, nuestra atención se ocupa en un hecho alarmante, y le digo a José Vicente: ¡como hombre también se ha vuelto a rebelar! E interfiere en los planes de Dios y causa daño, tragedia y dolor entre los hombres.

Lucifer, quien encarnado como hombre, antes reencarnado como Milton y ahora como Putin, es un ser, una esencia, que ni como ángel caído, ni como entidad angélica transformada en hombre ha aprendido la lección. Sigue siendo igual, soberbio, revoltoso, malo y desestabilizador del orden que Dios le imprime a las cosas y los hechos.

Esta vez será castigado ejemplarmente y luego será desintegrado como espíritu y ¡no será nunca más en el universo!

 

Premisa teosófica sobre la guerra en Ucrania

Ese país (Ucrania) será destruido, pero el país del agresor (Rusia) también lo será. A destruye a B, por lo tanto, luego A también será destruido.

Así aplicará, en el terreno teosófico. Se plantea una solución supralógica en una cuestión que opera en la lógica humana, con un referente lógico que aboca la paralógica –lógica teosófica– (que incluso, puede ser considerado razonamiento falso o incorrecto), como premisa ajena a la operatividad lógica humana (empero designio y discrecionalidad de Dios). No obstante, su razón y fuerza de ser serán validadas por su sencillo acontecer. No se olvide que lo espiritual escapa a la razón del hombre. El misterio o enigma celestial y la ciencia infusa no son del resorte de la humanidad.

Siendo así, mírese bien. Desde la perspectiva y lógica humanas, Rusia es una potencia muy poderosa, militar y económicamente, capaz de infligir destrucción; por ende, se supone que no les va a pasar nada, ni nadie se atreverá a hacerles nada. Esa es la lógica humana, la lógica del poder; la lógica de Putin, y conclusión de ajenos y externos, del resto de naciones, quienes se muestran cautelosos al actuar. La historia de la humanidad siempre ha mostrado lo contrario: ‘tú destruyes y tú mismo te autodestruirás’. Así lo ha escenificado el acontecer de los tiempos. Así ha sido, porque es ley. Y en el mundo oculto aplica la ley, que se refleja en el mundo físico.

Las leyes de Dios aplican en el universo, así igual, en la Tierra. Una de esas leyes explica que todo es causa y efecto. Una acción tiene una reacción. El hombre activa esa ley, y, en consecuencia, debe atenerse al efecto de las consabidas reacciones.

Habíamos dicho que el fin de los tiempos son los planes de Dios, en el que el santo Hacedor solo estableció un periodo determinado para la evolución que debía lograr la raza humana, y el colofón de ese periodo llegó, y los hechos y acontecimientos son un cernidor en el que la raza se diversificará en arena fina o cascajo, producto acendrado o desecho.

El hombre agrede al hombre y a la naturaleza. El hombre agredido o la naturaleza violada responden. El mal se ha vuelto arrasador, y en medida extrema. El hombre agredido no tiene capacidad de respuesta, empero, la naturaleza sí.

Dios ha dejado que ese juego establezca su misma dinámica (en el caso de las guerras regionales) y ya no interviene para nada en ellas, desde que se alejó de los hombres, o, más bien, desde el momento en que los hombres alejaron a Dios de su corazón.

El caso de la guerra en Ucrania es distinto. Es una dinámica que trastoca los planes que el Creador ha focalizado y ha determinado para la escenificación del fin de los tiempos, en los que a cuentagotas la naturaleza debe ir entregando al hombre reacciones producto de la violación de esas leyes por parte de la humanidad, y que Dios, en los momentos últimos de ese periodo prevé que toda la especie mire, reflexione, despierte y tome conciencia, y con ello se manifieste la conexión y la comunicación entre el hombre y el mundo superior, y este así pueda hacerse digno y acreedor de su salvación y del nuevo paraíso.

Pero ¡rayos!, ese ser que otrora, como ángel de alta jerarquía se rebeló y ofendió profundamente a su Creador, ahora, luego de que el Altísimo jerarca, por amor y misericordia, le concediera la oportunidad de evolucionar como hombre (como líder mundial), vuelve a eclosionar de lo más profundo de su ser: su asqueroso y perturbador comportamiento.

Sí, ese ángel caído, ahora como hombre vuelve a ser infiel, traidor y desleal. Arriba lo fue para con Dios. En la tierra lo es con una comarca que es matriz de su tierra madre, la Rus de Kiev, madre de Rusia.

En el cielo agredió las leyes y el orden del universo de Dios. En el planeta en el que ahora vive, agrede, cual criminal matricida a la Mater Terrae de su natal Rusia, y a sus hijos, los habitantes de Ucrania, sus hermanos, pero también, de alguna manera, vuelve a confrontar a Dios por la sencilla razón de incidir negativamente en su plan del fin de esta raza en la Tierra.

Asimismo, nuestra indagación nos muestra que las facciones de ángeles rebeldes se encuentran reencarnados como hombres, igual oportunidad que se le dio a su jefe, el ángel jerarca rebelde, ahora Putin, y que por cierto, lo acompañan en puestos de mando en Rusia.

 

La soberbia de Putin se parece a la de Creso. Algunos paralelismos

Ya dijimos que Putin corresponde a la encarnación de Lucifer.

Heródoto, en Los nueve libros de la historia, exactamente en el primero, que titula con el nombre de Clío, la musa de la historia y la poesía épica, nos narra la vida de Creso, antiguo rey de Lidia, quien perdió su imperio por declararle la guerra a Persia y fue derrotado por Ciro.

Entre numerosos apartes de su vida nos relata su encuentro con Solón, uno de los siete sabios de Grecia, y las soberbias posturas de este rey ante el sabio, que revelan y retratan las características de su ser: egocéntrico, narciso, entre otros muchos defectos.

Ciertos paralelismos, que no ‘Vidas paralelas’, con las que hilaba sus relatos Plutarco. Este Creso, antiguo rey de Lidia –hoy, provincias turcas de Esmirna y Manisa–. Por lo que de él nos informa Heródoto podemos establecer un interesante paralelismo con Putin o Lucifer, que son lo mismo.

–Creso era tan rico que dio origen a una expresión famosamente histórica “tan rico como Creso”. Algunos objetos de la riqueza de Creso fueron encontrados y catalogados como ‘tesoro lidio’ o tesoro de Creso. Tan rico como Creso, fue en el cielo Lucifer. Pues, allí Dios lo había regalado con todo lo que caracteriza la opulencia y el esplendor. Valga la comparación, pero, por supuesto que Lucifer tuvo más riqueza, y celestial, además.

–En el cielo, Lucifer, ejercía mando y poder, tanto, que le hacía venia toda la corte celestial, y luego todo se esfumó por su caída. En su tiempo, Creso era uno de los reyes más poderosos y ejercía gobierno sobre muchos pueblos, hasta que Ciro acabó con su gran imperio.

–Creso era tan soberbio, que invitó a Solón, uno de los siete sabios de Grecia, para que admirara su riqueza, y siempre ufano alardeaba de ella. Solón con sabiduría y humildad le dijo: “Nadie debe tenerse por dichoso antes de que haya sonado su hora postrera”. Tan soberbio como Creso era Lucifer en el cielo que alardeaba de su majestad ante las cortes celestiales. Y así como Solón le advirtió a Creso sobre su dicha que no se sabía si en verdad era duradera hasta que llegara la hora final, de igual manera, a Lucifer le duró su dicha, cuando por su rebelión probó la hiel de la caída del cielo.

–Creso se obnubiló con su riqueza y poder, tanto que su soberbia y narcisismo lo condujeron a la autodestrucción, que la verdad y sabiduría con la que le hablaba Solón no le eran tan claras, y menos las predicciones de videntes y adivinos como Loxias, que lo previno, anunciándole que perdería un gran imperio, tal como lo hizo la sentencia de la pitia en Delfos. Así igualmente se obnubiló Lucifer con su narcisismo, soberbia y orgullo, que ya la verdad de que Dios era el verdadero monarca no le era tan clara, que acometió rebelarse contra su Señor, en consecuencia lo perdió todo y fue arrojado del cielo.

 

En medio de todos estos paralelismos hay una gran diferencia, que se erige como una línea perpendicular: Creso, ya derrotado y a poco de que lo quemara Ciro, aprendió que la soberbia conduce a la autodestrucción, y que la dicha solo depende del hado y su tiempo. Por su arrepentimiento sincero, su inteligencia y reflexiones el rey persa lo nombra su alto consejero. Contrariamente, Lucifer no ha aprendido ninguna lección, y su soberbia, narcisismo y aberrante condición de ser siguen iguales, características que ahora encarna como Putin, ‘el intocable amo’.

Si perdió arriba todo (en el cielo), igual, todo lo perderá abajo (en la tierra).

 

 

 

Opción sagaz y positiva

Una opción sagaz de dirigente, hubiera sido la de convocar a sus vecinos, ya países autónomos, y persuadirlos inteligentemente, plantearles una estrategia de unión, de grandeza, e iniciar deliberaciones en donde se expusieran los puntos fuertes y débiles, qué aportaría cada uno para esa unión y esa grandeza, y así, con respeto a identidades, nacionalidades y autonomías hubiese surgido una liga fuerte de naciones hermanas, con un nuevo paradigma para afrontar los nuevos tiempos y sus nuevos retos. Así lo hicieron los países que integran la Unión Europea.

 

El juicio sumario a Putin y condena a las mazmorras del Infierno

Después de su muerte, su juicio será sumarial, es decir, no irá al Tribunal de Justicia Divina y tres tronos de Dios bajarán al lugar donde yazga y lo conducirán al umbral de las mazmorras del infierno. Antes, lo proveerá de las alas que representan su condición angélica (de la jerarquía que tenía en el cielo como todopoderoso serafín), y no las podrá abrir para volar, y, entonces, por un portal, lo arrojarán a las mazmorras del Infierno, se precipitará en caída libre e infinita, porque nunca llegará a tocar el piso de las mazmorras, y aun sin que lo toque sentirá el fuego abrazador y absoluto. Sentirá quemarse. Tendrá plena conciencia de lo que le espera. Además, tendrá la sensación de que de lo profundo de su garganta querrá pedir perdón a Dios por saber lo que le aguarda. Un terrible nudo le impedirá proferir palabra alguna. Luego, en un doloroso proceso, cuando logre al fin articular palabras: lo único que se esbozará es un: ¡te odio! contra Dios. Grito que será representación y síntesis de su indigna existencia, que inició como ángel, condición que autodestruyó su soberbia, y terminó como hombre, redimido de la culpa por su Creador, pero hizo de esta nueva condición un vil y deplorable ser.

El fuego purificador, por más de mil años (que en tiempo espiritual es una eternidad), lo irá achicando hasta desintegrarlo y hacerlo desaparecer.

Todos sus cómplices como ángeles, son ahora, acá en la Tierra, sus compinches, ya como hombres. Ellos serán espectadores de su castigo, e igualmente, situados en torno a él, ese mismo será el castigo para ellos.

 

Reducción teosófica de la fecha de nacimiento de Putin y reseña judicial

Sobre el lenguaje cabalístico de los números

Los números son la significación y la progresión de los actos de Dios, por eso, en su forma más metafísica, los números son del orden teosófico y la creación se sustenta sobre ese orden. Igualmente, por tal razón, a través de una fórmula matemática se hace la reducción teosófica (síntesis) de todo lo que existe, de todo lo proyectado, de toda simetría. Así todo se pesa, se mide y se representa en formas y se erigen patrones y leyes de lo existente. Por eso, en el universo que deviene de Dios todo está cuantificado, y el verbo, la imagen y el número son sus lenguajes.

 

Número cabalístico y reseña judicial

El número de la reducción teosófica de su fecha de nacimiento es mismo que debe figurar en su reseña judicial y el que deberá lucir en una tablilla.

Putin nace el 7 de octubre de 1952. Hacemos la reducción teosófica de la fecha de su nacimiento, que cabalísticamente lo representa. Para obtener la reducción teosófica se suma el día más el mes más el año, así (día 7, mes 10, que se reduce a 1, año 1952, que se reduce a 8, entonces la sumatoria de 7+1+8, que es igual a 16 se reduce a 7, luego, su reducción teosófica o número cabalístico que lo representa es el 7). Por su propensión al mal, en él no aplica la virtud de los números de Dios, por el contrario, él invierte su significación por su pensamiento y actitudes negativas.

El Número 7 en teosofía representa fuerza, triunfo, victoria, eficiencia, integridad, clemencia, concentración, deseo de ascenso, magia, misterio, poder.

Y su aspecto negativo: instinto irracional, sed de dañar y matar, soledad y muerte.

Como el 7 es su número teosófico, por la cercanía que tuvo con Dios cuando fue Lucifer, antes de su caída, ahora, igual, lo representa ese número, pero invertido, el que debe llevar rotulado en una tablilla a la altura del pecho, tal como sucede con los procesados por la justicia, a los que se les reseña y se les toma una foto cuando se oficializa su captura.

 

Sobre el pintor iluminado de ‘El ángel caído’ y la obra

El artista francés Alexandre Cabanel (1847) recibe la iluminación divina para que registre y documente acá en la Tierra la imagen del ángel caído, ¡y logró captarla fielmente!

El título original de la obra: L’ Ange déchu, instalada en el museo Embajada francesa de Londres. Técnica: Óleo. Dimensiones: 120.5 x 196.5 cm. Es un estudio anatómico de Lucifer: su belleza, su actitud, la ira hacia Dios. La obra se alza como portento artístico a través de la composición, el manejo de la luz difusa, el color. Un importante referente del estilo romántico.

Exactamente la imagen de la obra ‘El ángel caído’ es la que tomamos para ilustrar este artículo, conjuntamente con la fotografía de Putin. Si cotejan, verán que preservan la misma mirada.

 

Referencias bibliográficas y webgrafía

-El Bhagavad Gita. (2011). Editorial Gayatri. Quito.

-Heródoto. (1973). Los nueve libros de la historia. México D.F. Ediciones Jackson.

-Hita Jiménez, José Antonio. (2000). Sobre los orígenes de Rusia y la crónica de Néstor. Stud. hist., H.° Mediev., 18,19, 2000-2001, pp. 165-186. Ediciones Universidad de Salamanca.

-Iborio, Esteban (2018). El ángel caído. Recuperado de: https://historia-arte.com/obras/el-angel-caido

-La crónica de Néstor. Recuperado de: http://pvl.obdurodon.org/translation/spanish.pdf

-Milton, John. (2008). El Paraíso perdido. Bogotá. Editorial Panamericana.

-Silva, Paloma. (2020). Comentario histórico artístico de El ángel caído. Recuperado de: https://www.lacamaradelarte.com/2020/11/el-angel-caido.html

 

Crédito fotografía: El Español.

Crédito mosaico de foto e imagen de 'El ángel caído': José David Arias y Camila Carbal Carvajal. 

Nota de advertencia

Todos nuestros artículos en el que Dios Padre envíe mensajes a la humanidad a través de sus dos testigos, tendrán esta advertencia, y el costo personal y familiar por violarla puede ser muy alto.

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios sea blanco de su ira.

Y tal como dice Borges, en un pasaje del Aleph, “Claro está que si no lo ves, tu incapacidad no invalida mi testimonio”.

Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que los lectores consideren la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos.

Una persona, por desatender la advertencia y por desatarse en improperios contra nosotros y el mensaje de Dios ya fue castigada.


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