Que el atentado sufrido, le cambie la forma de pensar


Sufrir en carne propia la violencia, debe ser motivo suficiente para reflexionar y actuar de manera diferente. El hombre más poderoso del país, y, en consecuencia, el más custodiado, fue víctima de un atentado mientras se desplazaba vía aérea por la zona fronteriza con Venezuela. El helicóptero en que viajaba el señor presidente, acompañado por algunos de sus ministros, recibió el impacto de varios disparos desde tierra con armamentos de largo alcance. Esta situación, deja ver la inseguridad y el peligro que debemos afrontar los colombianos.

El presidente es objetivo de la delincuencia, como lo somos todos, desde el más humilde, hasta quien ocupa el más alto cargo del gobierno. Por fortuna, el Dr. Iván Duque y los miembros de su gabinete, salieron ilesos, pero muchas son las personas que han perdido su vida en manos de los criminales acostumbrados a disparar sus balas de manera indiscriminada.  

Colombia retrocede a la época del terrorismo y el narcotráfico. Estamos a merced de la delincuencia común, que se ha incrementado sin mesura y sin clemencia. No es un secreto que en las calles portar un celular, un reloj y prendas de oro, nos convierten en blanco para los delincuentes que arrebatan la vida de inocentes sin medir las consecuencias.

La angustia y temor que debe sentir Iván Duque por el atentado sufrido, es la misma que sentimos los colombianos en nuestra cotidianidad. Cada día antes de salir de casa, encomiendo mi vida y la de mi familia al creador; para que su protección nos permita regresar a salvo. El miedo al salir a las calles es grande, no nos sentimos protegidos por el Estado, si la Policía Nacional no tiene la suficiente capacidad para combatir el crimen organizado, mucho menos la tiene para acabar con la delincuencia común; siendo esto, razón suficiente para que los casos de hurto y homicidio incrementen sin que medie control alguno.

Que el atentado que vivió el señor presidente haya resultado fallido, es un motivo para agradecer a Dios por su vida. Ahora tiene una nueva oportunidad para que ponga todos sus esfuerzos al servicio del pueblo y trabaje de verdad para garantizarnos el derecho a la vida y la seguridad que nos merecemos todos los Colombianos, ojalá señor presidente que el atentado sufrido, le cambie la forma de pensar.

 


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