COLOMBIANOS EN EL EXTERIOR, EN DUELO POR LA PATRIA.


 

 

COLOMBIANOS EN EL EXTERIOR, EN DUELO POR LA PATRIA.

POR: ANAMARÍA VÁSQUEZ CARO

 

 

 

 

 VEN CON PREOCUPACIÓN, LA INHERENCIA DE VENEZUELA EN EL CAOS DE COLOMBIA!

 

Colombia se debate en estos momentos en el inicio de una guerra civil, en donde solamente una mano dura, pueda contrarrestar la anarquía y el caos.

La destrucción de establecimientos bancarios, saqueos a supermercado, incendios a estaciones del Transmilenio, la información malintencionada de los canales de comunicación acerca de la verdad de lo que está sucediendo, obligó al Comandante en jefe de las fuerzas militares, el presidente de  Colombia Iván Duque Márquez, elegido por más de 12 millones de colombianos, a enviar a la calle, a la Policía Nacional, al Esmad, el escuadrón móvil antidisturbios de Colombia, con sus tanquetas, que disparan gases lacrimógenos, que aturden , causan pánico, pero disuelven las manifestaciones violentas.

Todo esto fotografiado y difundido por los canales de televisión, la radio, la prensa, ha causado que los colombianos en el exterior se pronuncien sobre sus sentimientos hacia la tierra que los vió nacer.

 

El gobierno del presidente Duque, tardíamente, ha querido dialogar con los incitadores del paro, pero estos no quieren conciliar, hasta cuando el jefe de estado no saque a la fuerza militar de la calle, y al Ejército de las plantaciones de coca y marihuana.

 Porque, a fin de cuentas, estos narcoguerrilleros lo que quieren es tumbar al primer mandatario de la nación, para que no haya fumigación con glifosato y los militares salgan de sus terrenos.

¿Qué le queda a nuestro presidente? Primero que lo rodeemos y segundo que se “ponga los pantalones” y no dude en desintegrar está guarida de narcotraficantes, que son los enemigos de la democracia y de la paz. Así garantizará la supervivencia de la Patria y , la salud de las instituciones.

 

COLOMBIA NO ESTÁ EN VENTA

 

Ya no nos preguntemos más, ¿qué puede hacer el país por nosotros, más bien por qué no nos preguntamos qué podemos hacer nosotros por Colombia?

Colombia nos necesita, pero no con más odios, ni venganzas, ni destrucción, ni “Ojo por Ojo”, ni grupos de primera línea.

La patria está urgida de un combate, de ideas, de propuestas claras y proyectos, con la razón y la conciliación. Pero la fuerza legítima del Estado debe prevalecer, para evitar que corra sangre, y no haya más incendios.

 Queremos incendios, pero de claridad, de fraternidad y entendimiento. Con ganas de salir a la calle no sólo a trabajar, también a saludarnos, con la distancia requerida por el virus, mirarnos a los ojos y que en ellos no haya odios, sino amor, con el entendimiento tácito, que siempre habrá un desbalance, porque unos serán los patrones y los otros los empleados, pero que los que, detentan el poder , sean conscientes que el pueblo necesita además de empleo, y ser bien pagos, sueldos mínimos de un millón doscientos mil pesos, más garantía de salud para ellos y sus familias.

 

Es así, que le enviamos a varios de nuestros amigos y conocidos que viven en el exterior, y que sabemos están preocupados por el acontecer de Colombia, una sola pregunta:

 

¿QUÉ PIENSA DE LO QUE SUCEDE EN COLOMBIA?

Estas fueron sus respuestas:

 

Luisa Johnson.

 Graduada en Idiomas y Traducción Simultánea de la Universidad de Lawrence en Kansas, luego de trabajar varios años con la Morrison Knudsen en Cerro Matoso, Colombia, regresó hace 22 años a San Diego, California, contratada por una subsidiaria de la ONU, en esta ciudad de los Estados Unidos. Se casó con Steve Johnson, un americano, descendiente de indios Cheroqui franceses por parte de su madre. Durante muchos años, fue la directora del Pantry de la Mesa, California y ganó varios reconocimientos a raíz de su labor en esta ONG. Es una mujer abanderada de los más necesitados y ve con verdadera tristeza la problemática colombiana.

"Yo veo con mucha preocupación lo que está sucediendo en Colombia y a mi parecer, la izquierda con Petro quiere simplemente tomarse el poder y para lograrlo hacen lo que sea. Yo leí una vez a Salud Hernández Mora, en julio del 2018, a pocas horas de ser nombrado presidente a Iván Duque Márquez, que, desde ese momento, el y toda su turba estarían en la calle, haciendo marchas y paros, y, no lo iban a dejar gobernar. ¡Diría, basta ya de destruir!

 Ahora el pretexto es la Reforma Tributaria.  que el presidente Duque ya retiró y dijo que la van a cambiar o sea si es así,¿ porque siguen las protestas?

 

 

 

 

 

Me da tristeza que haya tantos colombianos que aun sabiendo lo que pasó y sigue pasando en Venezuela, quieran un gobierno comunista o un socialismo mal entendido.

 El presidente Duque y su gobierno deben crear más fuentes de trabajo y ofrecer buenas oportunidades a los colombianos para que todos tengan acceso a buenos programas de salud, viviendas más económicas y en fin un mejor nivel de vida.

 Duque en lo que le queda de gobierno debe construir una Colombia más segura, escogiendo a su gabinete por meritocracia, no porque tiene que pagar favores.

 Petro y la izquierda quieren destruir a Colombia. Pero los colombianos deben rodear al presidente, así piensen que es un mal gobernante.

Dios y su Espíritu Santo iluminen al presidente Duque”

 

 

 

 

 

 

DALDO ROMANO, salió de Colombia hacía los Estados Unidos, hace más de 60 años. Vivió muchos años, entre Nueva York, Los Ángeles e Italia, en donde se desempeñó como cantante lírico, con gran éxito a nivel internacional. Luego trabajó con la CBS. Allí, proyectó la carrera de varios cantantes, como El puma, Chayanne, y, otros. Actualmente vive en la Florida.

 

 “Qué te puedo decir de lo que está pasando en Colombia si todo ya se ha dicho?  es causa y efecto. La corrupción, la pobreza, la búsqueda de poder del más fuerte, aquellos que viven por encima de la ley haciendo la trampa, que no acatan las leyes porque son para los de ruana.

La mentalidad de los colombianos debe tener un cambio total de paradigma donde tanto los políticos como las religiones organizadas cumplan con su deber de servir y no de usar el poder para su propio beneficio.

 La política es una maldición, un desastre donde el pez grande se come al pez chico hasta que el pez chico asfixiado se subleva y recurre a romper con las tiranías, y sobreviene la anarquía.

 Los políticos no pueden seguir engañando a la gente, con sus mentiras.  Sus promesas quedan al descubierto en un mundo digitalizado como el de hoy.

 Muchos de los problemas de hoy son causados por los políticos, pues, mientras más problemas tenga el país, más poder acumulan.

El deseo de poder y dominio es una enfermedad un complejo de inferioridad que se refleja en la ambición de tener más que el vecino.

 Cuando el individuo asume poder, se vuelve tan egoísta que no puede acercarse   al más simple y humilde con la empatía y compasión necesaria para ayudar al más desprotegido.

 Pero no puedes decir la verdad y quejarte por que arriesgas tu vida y la de tu familia.

Se que siempre ha habido un grupo que trata de elevar la conciencia y el amor al prójimo, pero son pocos los que se meten a redentores y cansados de tratar, buscan refugiarse en un país más consciente de los derechos humanos. En donde se respeta la autoridad porque sus dirigentes dan buen ejemplo.

 Eso me sacó a mí de Colombia, la falta de garantías y la Justicia corrupta”

 La violencia de estos días está organizada por los grupos FARC, ELN, y la izquierda

  La reforma tributaria es necesaria dado que, los problemas del COVID y el cierre de tantos negocios y empresas se han ido a bancarrotas y no hay empleo.

El último que se vaya del país que se traiga la bandera.

 

 Hannia Picoth-Aiguier.

 

 Es una mujer líder en el fascinante mundo de la moda y las artes. Se fue a vivir a Francia, hace más de 30 años a estudiar diseño de modas en el Art Ecole de Designe Paris. Hoy vive en Sídney, Australia, cerca de dos de sus tres hijos. Ve con verdadera angustia el desmoronamiento de un país que como Colombia es vital en el continente suramericano.

 

 

 

Lo que estamos viendo a través del cable, del internet y de las redes sociales, antes ya había sucedido en mi país, pero nunca la violencia y el odio que vemos en los rostros encapuchados de los manifestantes, que, aprovechando la pandemia y el uso del tapabocas, salen a las calles a sembrar terror, angustia y desasosiego en la población de uno de los países más generosos de la tierra. Lleno de recursos naturales, de una admirable geografía de su suelo, en la bendición de los ríos y los mares.

 

Son terroristas así ONU, Bachelet y Human Rights, digan que son marchas pacíficas. No lo son, están orquestadas por fuerzas oscuras y demoníacas de la Izquierda radical, y el narcotráfico.  ¿Por qué de dónde puede provenir todo este dinero derrochado en alcohol, drogas, armas y municiones decomisadas a los vándalos? Del Narcotráfico.

Son los únicos que tienen el dinero, y por eso quieren desestabilizar las instituciones y hacerle creer a la población inerme que es por culpa del presidente.

Detrás de la violencia en Colombia hay un esfuerzo orquestado para desestabilizar la democracia, por parte de los grupos narcoguerrilleros de izquierda y sus aliados marxistas internacionales.

¿Cuál igualdad social? Es una gran mentira, jamás puede suceder en ningún país del mundo. Sólo los imbéciles se tragan “ese cuento”, con el cual han engañado a los colombianos, y han caído en la trampa. Es como la historia del queso que le ponen a los ratones.

 Es doloroso ver a Colombia desmoronarse, las grandes empresas multinacionales y los bancos que son los generadores de empleos y los industriales de pequeñas y grandes empresas, llorar por la destrucción y el incendio a sus propiedades”. Y a muchos de los grandes inversores, retirarse del mercado colombiano

 

ROSARIO CARO DE VELILLA

Se caso con Oscar Velilla, un paraguayo, que vino a Barranquilla, a montar una empresa de equipos de acero inoxidable. Se fue a vivir a Asunción Paraguay, en donde es una influyente mujer en la Colonia colombiana en esta ciudad.  Tiene cuatro hijos y tres nietas. Laboró hombro a hombro en la empresa metalmecánica, que fundó su esposo hace casi 30 años, y la cual dirigen hoy día sus 4 hijos.

 Mujer católica, muy cercana a la embajada de Colombia en Asunción, ve con gran preocupación los problemas de su país de nacimiento, Colombia, que sufre una gran división entre sus habitantes.

 

¿Qué se puede hacer?

 Es un caos total en nuestra amada Colombia. Si el presidente Duque, no le hace frente a este duro momento, ¿en manos de quién va a quedar nuestro país? ¿De la guerrilla? ¿De los terroristas, del narcotráfico o de todos ellos?

 

 Estamos viendo correr sangre. No puedo creer que hayamos llegado a este estado de inconsciencia. Estos disturbios, que se han metido en los supermercados, en los bancos, que no respetan este pico de la pandemia, que tantas personas tiene contagiadas, me preocupan demasiado y más cuando tienes familiares que viven en ese hermoso país.

Tienen que estar alucinando las personas que están sembrando el terror. Mi nieta mayor de 17 años me dice, Tita, es que “ellos no tienen nada que perder, por eso destruyen, porque saben que van a morir jóvenes y no les interesan ni la vida, ni las cosas.”

Es el país consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de Chiquinquirá, y debemos orarles con verdadera devoción, para que estos manifestantes se cansen y se vayan a dormir. Pero, ¿ tendrán en dónde dormir?

 

 


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR