PLAZA SAN PEDRO CLAVER: HISTORIAS SECRETAS FINAL.


PLAZA SAN PEDRO CLAVER: HISTORIAS SECRETAS.FINAL.

A continuación se narra la parte final de las historias secretas de la plaza san Pedro Claver de Cartagena de Indias, explicando su evolución histórica, el entorno mágico de la plaza y los usos actuales del emblemático lugar.

4.EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y USOS ACTUALES DE LA PLAZA Y SU ENTORNO, A MANERA DE EPÍLOGO.

4. 1. Evolución a través del tiempo.

Acorde con el titular anterior, escribo que la actual plaza san Pedro Claver tiene sus antecedentes en la llegada de los jesuitas a nuestra a tierra en 1604; un año después construyen en una modesta casa el Colegio y una muy modesta capilla.

El aumento del número de estudiantes y la benevolencia del Cabildo de la ciudad, les favoreció con la entrega de un espacioso terreno en la plaza del Muelle, (el nombre original de la plaza) donde se construyó un nuevo plantel (1627-1638) y una iglesia, nada parecidos a las edificaciones iniciales.

En el proceso de ampliación del Colegio, por más de 30 años, los jesuitas protagonizaron un extenso conflicto con las autoridades al construir el edificio sobre la cortina de muralla que une los baluartes san Ignacio y san Francisco Javier. En una pírrica victoria los jesuitas consiguen conservar el Colegio sobre la muralla, pero son obligados a construir una nueva cortina, dando nacimiento a la emblemática calle de La Ronda desde 1656 y hasta años después cuando concluye la construcción de la nueva defensa.

La nueva iglesia, la cual perdura hasta nuestros días, fue construida entre los años 1698 y 1761 y durante el paso del tiempo colonial, hasta el siglo XX) fue objeto de transformaciones estructurales, de la cúpula, entre otras instalaciones y, saqueo de sus ornamentos en el siglo XIX, cuando pasó a manos del Estado colombiano.

Esta iglesia no fue conocida por Pedro Claver, el santo de la iglesia católica, quien ejerció su apostolado desde, el confesionario de la primera modesta edificación, la plaza del Muelle, las demás plazas de su época, y las calles del actual centro histórico llenas de historias, leyendas y mentiras aceptadas como verdades; el declarado santo por la iglesia católica falleció en 1654, dejando un gran vacío en la gestión de la caridad cristiana en las Indias de la época colonial.

En 1767, los jesuitas son expulsados de los territorios gobernados por el rey de España; entonces, la iglesia y el convento son entregados a la Orden Hospitalaria de los Hermanos de san Juan de Dios, los “juaninos”, quienes trasladan su hospital de la actual calle del Coliseo, al Colegio de la Compañía. Nace así la calle de Nuestra Señora de la Salud llamada después Nuestra Señora de la Salceda (1808) y definitivamente, hasta Nuestros días calle san Juan de Dios.

En 1861, el dictador Tomás Cipriano de Mosquera suprime el hospital san Juan de Dios y convierte el edificio del antiguo colegio en cuartel del ejército nacional (Aristizábal Retazos…P.12) con nefastas consecuencias para la estructura del templo, sus ornamentos y ritos religiosos.

La plaza, otrora centro de encuentros de los habitantes del entorno, de las prédicas y otras prácticas de los jesuitas, y entre ellos los insignes curas Alonso de Sandoval y Pedro Claver, fue frecuentada entonces por recios soldados, caballos y cañones, tirando por la borda, el trabajo de los religiosos. Aristizábal es más explícito:

“Esta es la razón por la que, en lugar de hermanos hospitalarios, por el antiguo colegio de los jesuitas se están paseando ahora (con la toma del ejército) coroneles y sargentos…ellos… Abrieron tumbas en busca de ilusorios tesoros de sus antiguos dueños. Echaron abajo muros, abrieron puertas y ventanas a su antojo. Todo quedó transformado, mejor deformado. El templo no escapó al desastre…porque quedó convertido en pesebrera y depósito de cosas viejas. Respetaron tan sólo (¿por superstición o por reverencia?) el sepulcro del apóstol de los negros”. (El templo…P.47).

“En 1885, el presidente Rafael Núñez, devuelve al obispo de Cartagena, Monseñor Eugenio Biffi la iglesia y parte del edificio del Colegio. El obispo emprende su restauración y establece allí su residencia. En 1896 el 3 de abril llegan de Panamá seis jesuitas a quienes el obispo hace entrega de la iglesia y la residencia”. (Aristizábal. Retazos…P.12).

Finalmente, 14 años antes de finalizar el siglo XX, (1986) sobre un sector del antiguo Colegio se ubica el actual Museo Naval, otro de los grandes logros para conservar la historia general de Cartagena (en especial la historia naval), el Caribe y su patrimonio material e inmaterial.

La placa conmemorativa del museo reza lo siguiente:

“Museo Naval-Antiguo Hospital de San Juan de Dios”.

“Fue inaugurado el 8 de julio de 1986 y ocupa dos edificios en uno: el que da sobre la calle es de estilo republicano (albergó el colegio de los jesuitas, el Hospital Militar de San Carlos y el cuartel de la Infantería de Marina) y el que está sobre muralla es de estilo colonial (albergó el hospital y convento San Juan de Dios. El museo fue creado con el objetivo de mejorar el conocimiento de la historia naval del Caribe”. (Consultado en persona el viernes 13 de enero 2023).

4. 2. EL MÁGICO ENTORNO DE LA PLAZA: UN PERIPLO IMPRESCINDIBLE.

A pesar de las serias dificultades, deterioros y amenazas que encierra el actual centro histórico de Cartagena, debido al abandono, apatía e incompetencia histórica de las autoridades y de las actuales, y las actitudes negativas de miles habitantes y visitantes para conservar el patrimonio cultural material e inmaterial de la ciudad, cada plaza central tiene su propia magia y “personalidad “histórica.

La antigua plaza del Muelle, hoy san Pedro Claver, no escapa a esta magnífica distinción y así el entorno mágico del espacio nos inspira escribir esta descripción:

*El baluarte san Ignacio luce eterno, aunque su cortina de muralla que lo unía con el san Francisco Javier fue derribada el año 1910 para dar mayor espacio al entrenamiento de los militares que ocupaban el antiguo colegio.

La web cartagena gráfica.com amplía de la siguiente manera: “El monumento a la bandera diseñado por los arquitectos Luis Felipe Jaspe y Pedro Malabet se levantó sobre el baluarte san Ignacio, impulsado por el general Francisco Burgos Rubio. Un año antes el mismo general, comandante militar del Batallón Sucre lideró la demolición del trecho de muralla que iba desde el baluarte de san Ignacio hasta san Francisco Javier. Parte de los escombros se utilizaron para erguir el monumento a la bandera, lo cual generó mucha polémica porque algunos sostenían que desfiguraba el entorno de la plaza san Pedro Claver”. (Consultado enero 15.2023).

*Así, después de construida la nueva muralla entre esta y el antiguo colegio de los jesuitas, surge la legendaria calle de la Ronda, fruto del pleito de las autoridades coloniales y los religiosos; allí está la imponente mole del hoy santuario san Pedro Claver, con el balcón colonial más extenso de la colonia en Suramérica.

Hoy, me es imposible dejar de registrar, mi presencia en este inmediato lugar durante el año 1965, de manera aproximada, cuando entre palmeras y árboles frutales caminaba hacia el templo, directo al altar mayor donde acompañé varias veces la misa de las siete de la mañana, en mi efímera condición de sacristán(acólito) principiante.

Después, del año 1968 es inolvidable, aquella mañana de febrero, cuando el grupo de muchachos de la Normal Piloto de Bolívar acudimos al Hospital Naval empotrado en el baluarte san Francisco Javier, para un examen de sangre y así acreditar la salud, e ingresar a la infantería de marina y prestar el servicio militar que a los bachilleres y normalistas nos impuso el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo, durante los años 1968-1969.

De la experiencia quedaron vivencias negativas y positivas, tales como el maltrato verbal de algunos suboficiales y el buen trato de los oficiales, y el duro entrenamiento físico impuesto, también, que a la larga resultó benéfico para nuestra salud.

El estrecho y viejo hospital fue cerrado, y hasta nuestros días en el barrio Bocagrande se levanta su monumental nueva sede; desde su inauguración en 1980, por sus servicios, es motivo de orgullo para la sanidad naval de las fuerzas militares de Colombia.

*Una vez agotada la calle de La Ronda, emerge la escultura de san Pedro Claver y un esclavizado, caminando por la plaza; es de la autoría del escultor, pintor y artista integral cartagenero Enrique Grau (1920-2004) y fue inaugurada el año 1998.

*La calle san Juan de Dios continúa siendo el extenso callejón colonial, ahora adoquinado, y demarcado por las altas paredes del templo y del Museo Naval; todavía conserva algunas viejas casas coloniales y otras construcciones modificadas con estilo republicano; aparece también una vivienda arruinada, algunos locales comerciales y la edificación sede de la Logia Masónica de Cartagena.

En una de estas viejas casas coloniales funcionó durante largos años el periódico El Universal, hasta cuando fue trasladado a su moderna construcción en el actual barrio del Pie del Cerro, a un costado del Castillo san Felipe de Barajas, cuyo frente principal durante la época colonial estuvo orientado hacia el cerro de la Popa y el actual barrio Pie de la Popa.

Allí, en ese histórico lugar, (en la década de los años 70, aprox.) tuve la oportunidad de entregar mis primeros escritos al eminente periodista Libardo Muñoz Quintana, mis primeros escritos sobre la historia de Cartagena, para que aparecieran publicados en el periódico El Universal, o en el noticiero radial que también ofició con éxito durante largos años.

La calle, a pesar de la presencia de la “modernidad” conserva su antiguo ambiente de la colonia y el encanto del aire fresco permanente que le da su ubicación y las infaltables brisas del mar Caribe.

*Continuando el periplo hacia adelante, al frente del templo se levanta un extenso edificio con diversos servicios para el turismo, y viviendas de estilo republicano y una que otra casa de estilo colonial; diagonal a la puerta principal de aquel, figura la plaza de Armas adornada con las magníficas esculturas en hojalata del muy destacado artista: pintor y escultor cartagenero Edgardo Carmona.

*En la parte posterior de la iglesia está ubicado el Museo Naval, tal como se explicó con anterioridad, cuya fachada , junto  con  el baluarte San Francisco Javier  da origen a la plazuela san Juan de Dios o del Museo Naval , si lo prefiere; es un lugar fantástico también con  dos o tres árboles y dos esculturas , entre las cuales sobresale  la de la india Catalina , símbolo del Festival Internacional de Cine de Cartagena, cuyas oficinas están ubicadas en una de las bóvedas del baluarte mencionado.

*A continuación aparece  la plazoleta de “Los Almirantes”, con la escultura del almirante José Prudencio Padilla y cuatro héroes navales más de América Latina; el sendero que conduce al parque de La Marina presenta  un entorno arborizado; el otro bajo un sol inclemente, aún en las horas de la tarde   conduce a la calle de  La Ronda, poniendo fin a nuestro periplo, matizado de magia, historia y patrimonio material, pero carente de la arborización necesaria, para fortalecer los lazos de unión entre el patrimonio cultural y natural.

5. LOS USOS ACTUALES DE LA PLAZA SAN PEDRO CLAVER Y SU ENTORNO.

Sin duda alguna, el uso más simbólico de la plaza en nuestros días de enero del año 2023 es el religioso, cuyos rituales en el templo atraen a millares de fieles y visitantes, al igual que el santuario, el cual conserva la historia de san Pedro Claver y numerosa piezas de museo representativas de algunas culturas africanas, rememorando el indigno pasado de muchos pueblos de África pero trayendo, también, a la memoria las tempranas luchas libertarias de miles de cimarrones y palenqueros liderados por Domingo Criollo, Domingo Padilla y el legendario e histórico a la vez Benkos Biohó y otros valientes , quienes desde el siglo XVI, ofrendaron su vida por los derechos inalienables del ser humano.

No obstante lo anterior, el uso más representativo de la plaza y su entorno es el de la economía informal, representada por vendedores de maíz para las palomas que habitan la plaza, frutas, refrescos, artesanías, en grandes cantidades, gafas para el sol, vestidos, fritangas y demás.

Las ventas, a cuyo frente están decenas de hombres y mujeres, nativos de la región y venidos del interior del país, sus magros producidos sirven de sostén a miles de familiares de los estratos más bajos de la región Caribe y otras zonas, confirmando así la precariedad de la vida económica y social de la ciudad contemporánea, cuyo índice de informalidad es del 60.1% y se clasifica  como uno de los entes urbanos  de mayor pobreza en Colombia.

Sin embargo, a la par de estas difíciles vivencias, hace presencia la economía formal con sus restaurantes de lujo, para las clases medias y pudientes, almacenes de vestidos de moda(boutiques)gastrobares y demás locales comerciales, que dejan pingues ganancias a sus propietarios y accionistas, y un mínimo salario, a la mayoría de sus trabajadores.

Es esta Cartagena, “La fantástica”, con sus enormes brechas sociales y con un patrimonio cultural invaluable, digno de conservar hasta a eternidad de los siglos.

Con los afectos de siempre,

deseando que la especulación y la carestía,

no deteriore aún más nuestra precaria calidad de vida:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

Ambientalista. Patrimonialista.

 


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