Con nuestro silencio


En ejercicio de la ignorancia popular, el poder soberano, se convirtió en tirano otorgando al corrupto, la facultad de abusar de los derechos de un pueblo deshecho, sumergido en la pobreza, en la miseria y en la tristeza, sin futuro, ni esperanza de cambio.

De República unitaria y descentralizada se convirtió en un narco Estado, corrupto, desorganizado, sin autoridad y sin credibilidad. Las ramas del poder judicial, legislativo y ejecutivo, están prostituidas y a la deriva, irrumpidas por la delincuencia política, la ley en mano, el peculado, la corrupción y el crimen.  Lamentablemente, la impunidad a muchos ha salvado.

Elegimos gobernantes para que nos maltraten, nos roben y nos hundan en la miseria. No hay cifra que alcance, cuando quien ordena el gasto no para de robar. No hay control fiscal, porque todos toman lo que es del pueblo, mismo que en su debilidad e indefensión se mantiene en la ignorancia.  

Los niños mueren a causa del hambre y el dengue; los líderes sociales son masacrados y las balas de la delincuencia cobran vidas de quien a pie anda; mientras que, en los altos cargos públicos, los perros del fiscal tienen escoltas para salir a pasear y en los pabellones de las cárceles de máxima seguridad se dan francachelas, con artistas y licor.  

Enfermos sin medicina, ancianos sin pensión, escuelas sin maestros, no hay seguridad en las calles; la informalidad es general, el desorden, el caos, la insuficiencia en la prestación de servicios públicos esenciales, está presente y a la orden del día.  

De ser un pueblo en libertad hemos pasado a la esclavitud, somos esclavos de nuestra propia ignorancia, de la indiferencia, de la corrupción, del narcotráfico, de todo lo que hemos permitido, con nuestro silencio.        

 

    

 


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR