La cárcel, ubicada a unos 150 kilómetros de la ciudad de São Paulo, fue inaugurada en 1955 y desde principios de los 2000 recibe a presos “especiales”.
Marco Freire Gomes, que a fines de 2022 era comandante del Ejército de Brasil, aseguró que en tres reuniones con la cúpula militar el ultraderechista planteó la posibilidad.