Hablar con Juliana Dahl Vélez, Señorita Cartagena resulta muy divertido, pues además de la alegría que le imprime a cada una de sus palabras, siempre está acompañada por María Teresa Vélez, su mamá, una mujer extrovertida al máximo que le inculcó seguridad y hoy es quien más admira la actitud de su hija frente a la vida.
Juliana tiene 20 años y estudia Administración de empresas en el Colegio de Estudios Superiores de Administración CESA, es estudiosa y muy dedicada a sus deberes académicos, los cuales están en receso ante su participación en el Concurso Nacional de Belleza.
Si bien en el colegio le gustaba hacer el “show”, pues era la primera en salir a desfilar o a bailar, nunca pensó que podía estar en una pasarela y menos representando a su ciudad en el certamen más importante de belleza de Colombia. Comenta que veía a las reinas como esas mujeres lindas que al ser elegidas se dedican a ayudar, esa parte social le gustaba, pero jamás contempló ser parte de este concurso.
No tenía idea de glamour, ni de maquillaje profesional y menos de pasarela, por eso cuando el Comité de Belleza le propuso a su mamá que la inscribiera, su primera reacción fue decirle que estaba muy feliz en la universidad y que no tenía preparación. Esta decisión cambió tras el aval de su papá Carlos Dahl, quien le dijo que aplazara los estudios y viviera la bonita experiencia.
Llegó a Cartagena sobre el tiempo y el día de la rueda de prensa no sabía cómo posar ante las cámaras, por lo que intentaba copiar un poco de la preparación previa de algunas de sus compañeras, algo que hoy define como divertido, porque el reinado en su forma de ver, no es para generar estrés.
El cambio
Caminando de un lado al otro en su casa, sobre unos tacones que no dominaba, logró afianzar un poco el equilibrio para la primera presentación, después decidió que su preparación sería en Cartagena y de manos de cartageneros, porque la competencia sería dura.
Para ella el Concurso tiene su gran misión, va más allá de las caras bonitas y los desfiles, cree que estar allí, haber dejado la universidad y meterse en ese mundo, merece que utilice su imagen para ayudar, buscar en esa Cartagena necesitada y demostrar que a través de su reinado puede lograr muchas cosas.
“En este país, una corona y una sonrisa tienen poder, así como los deportistas, son personas que convocan y logran recursos para entidades y fundaciones, entonces este proceso tiene una bella finalidad”, indica la reina de los cartageneros.
La polémica
Resultar elegida Señorita Cartagena representa un “antes y un después” para Juliana, dice que ese día hizo un “clic” en su vida y aunque no fue un instante cómodo, lo agradece, porque a partir de allí, su visión es diferente, entendió el valor y la fortaleza que tiene como persona.
Juliana no se acobardó ante el “ataque” de muchas personas, incluyendo periodistas que llegaron a hacerle preguntas hirientes. Ese mismo día, mientras sus padres sufrían ante las groserías de que fue víctima, ella se hizo más fuerte y entendió que estaba allí por bella, pero también porque podía llegar a esa gente no de la misma manera, sino actuando bien por su ciudad.
Los foros en las redes sociales también han sido muy ofensivos, pero nada detiene a Juliana, quien en este corto tiempo se ha preparado con dedicación, y como dice su mamá, se está disfrutando cada instante y eso la hace más valiosa.
Juliana no tuvo tiempo para inventarse respuestas, no preparó poses ni nada que la prediseñara como reina y al final se alzó con la corona, triunfo que atribuye a la naturalidad que mostró ante los jurados.
El reinado
En medio de su ingenuidad de juventud, Juliana afirma que esta experiencia es maravillosa, siente que en todas partes la tratan como toda una reina y que el proceso ha sido tan divertido, que se siente viviendo unas bellas vacaciones.
Conocer a tanta gente es para aprovechar, advierte, además, los viajes por toda Colombia le han enseñado a entender todas las culturas, pues aunque ha crecido aquí no sabía muchas cosas tan simples que logró vivir durante los eventos programados fuera de Cartagena.
Sabe que de este concurso va a quedar con algunas amigas, pero como es la anfitriona, trabaja para que cada una de las participantes se sienta como en casa, que vean a Cartagena como un destino perfecto para vivir unas buenas vacaciones.
Juliana siente afecto de los cartageneros, pero igualmente quiere ver ese respaldo en los eventos del concurso y sueña con que llegue la noche de la “Reina Madre”, porque ya se imagina las locuras que va a hacer su mamá, ante eso, María Teresa se ríe con picardía y dice que será una sorpresa y que se va a lucir.
Rutina de belleza
Juliana es muy natural en su arreglo diario, para ella el bloqueador solar es fundamental y la base de su maquillaje, ahora aprendió un poco de esto, que no le era ajeno del todo sino que se encaminaba por otro lado, el de la protección.
Estudia Administración de empresas, pero es una apasionada de la estética y el cuidado de la piel, por eso advierte que en un futuro, su trabajo unirá esas dos preferencias y tal vez lo materialice en una clínica estética que pueda administrar correctamente.
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