La vida de Carolina García Grau ha transcurrido en medio de experiencias positivas, todo ha llegado del cielo, como afirma y ha sabido disfrutar cada instante. Fue reina, odontóloga, modelo, presentadora y hasta actriz, de todo esto habrá cosas que no repetirá, pero su mejor desempeño lo cumple en la actualidad, como esposa y madre.
La ex señorita Bolívar luce radiante, feliz y con su mayor sueño hecho realidad, ser la mamá de Moris Jr. y Juan Diego, sus mellizos, quienes en pocos días cumplirán un año y en este tiempo han multiplicado el amor en el hogar que formó junto al cantante ibaguereño Moris Rodríguez.
Es ama de casa en tiempo completo, se ha dedicado a la crianza de sus pequeños, pues aunque siempre estuvo involucrada en el mundo de las cámaras, su esencia es la de una mujer hogareña y espiritual. Carolina es devota de la Virgen de Guadalupe y en ella confía su familia.
La bendición de una familia
Conoció a Moris Rodríguez mientras presentaba una sección de entretenimiento en Canal Cartagena, pero no pasó de ser la entrevista al músico, más adelante durante su estancia en Bogotá lo vio nuevamente y tras una bella relación, decidieron unir sus vidas para siempre.
Los mellizos son un regalo de Dios y la Virgen de Guadalupe, afirma Carolina, quien rezaba diariamente el Santo Rosario pidiendo un hijo, sano, niño si era posible, si no se podía, entonces una niña y la mayor sorpresa que recibieron ella y su esposo, es que se trataba de dos niños los que llegarían a llenar de más felicidad sus días.
La noticia de los niños los dejó en shock, la asimilaron sólo cuando Moris comentó que en su familia eran varios los mellizos, haciendo probable más embarazos múltiples en su descendencia.
El embarazo fue tranquilo y feliz para Carolina, fueron pocos los viajes de Moris por cuestiones de trabajo y aunque los malestares del embarazo se multiplicaron en tiempo, siempre estuvo calmada, al punto que sin proponérselo esperó a sus hijos en Miami, a donde había llegado a colaborarle a su esposo en el montaje de un nuevo bar.
Moris Jr. y Juan Diego nacieron con siete meses de gestación, por cesárea lo que obligó a los niños a permanecer en incubadora. Carolina debió entonces visitarlos cada día en el hospital, hasta cuando todos pudieron estar juntos y regresar a Cartagena como una familia de cuatro integrantes.
Dos personitas distintas
Aún no se cumple el primer año de vida de los bebés y ya Carolina puede definir perfectamente el carácter de sus hijos. Juan Diego es muy tierno y físicamente se parece a su papá, mientras que Moris Jr. tiene rasgos de ella y se identifica por tener un temperamento más fuerte.
Siempre visten igual y ya empiezan a interactuar entre ellos, entonces Carolina les habla, ante todo a Moris Jr. a quien le indica que debe ser más tolerante y ante todo amar a su hermano, es un niño muy inteligente. Por su parte Juan Diego con su ternura hace el equilibrio.
Ya duermen casi toda la noche, pero ella permanece pendiente, aunque tiene una nana que le colabora al máximo, no pierde un segundo que pueda estar al lado de sus hijos.
Es la vivencia más intensa que puede tener una madre, dos hijos al tiempo, es muy bello verlos crecer e ir estableciendo su futuro, ya los tiene en estimulación temprana porque ella es consciente que están preparando niños para un mundo más avanzado.
La rutina diaria de Carolina incluye desde la levantada de los bebés, hasta el paseo por las tardes y la llegada a casa que lleva consigo el baño y posterior tetero antes de ir a la cama, ella lo define como toda una ceremonia en la cual la ayuda la nana.
Juan Diego y Moris Jr. nacieron cercanos al día de la Madre, han sido el mejor regalo que ella y su familia pudieron recibir, este año la celebración será en casa y con mucha emoción, siguen siendo el regalo del cielo y ya cumplen su primer año.
El tema de crecer más la familia no se toca aún, Carolina siente que el deseo de una niña está pendiente, piensan que primero van a disfrutar esta experiencia que además de fascinante es intensa.
Sabe que tiene que darle espacio a la mamá, pero también a la esposa, por eso sigue siendo la reina de Moris y tan bella como en sus tiempos de reinado y pasarela, se cuida mucho toda la semana y sólo peca con una hamburguesa los domingos, claro, acompañada por él.
Aún no sabe cómo será la celebración que le tienen preparada los hombres de su casa para el Día de la Madre, pero tiene claro que habrá mucha emoción, pues hace un año llegaron sus mellizos a cambiar para bien, la vida de todos.
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