La herencia musical está implícita en la vida de Carlos Palmet, pero la pasión es más fuerte, lo ha llevado lejos y lo mantiene ligado a la carrera de reconocidos artistas, para quienes la batería de este cartagenero se impone en sus éxitos.
Es nieto del gran guitarrista y bolerista Sofronín Martínez Heredia, de allí esa vena artística, también la humildad que se aprecia en sus acciones y el amor por su familia y su tierra, aun cuando hace muchos años salió de ella para triunfar con lo que mejor sabe hacer, música.
Carlos Palmet recuerda su infancia, dice que transcurrió muy tranquila, estudió primaria y parte del bachillerato en el Colegio Salesiano, al tiempo estudiaba teoría musical y recibía clases de batería en Bellas Artes con el baterista salvadoreño Oscar Cruz, gran amigo y compañero por muchos años de trabajo en La Quemada de su abuelo Sofronín.
Para entonces vivía en Turbaco y todos los días viajaba a Cartagena para ir a al colegio y a las clases de música, dentro de los muchos recuerdos que se vienen a su mente están, caminar por las callecitas del centro, y los innumerables conciertos y fiestas de la ciudad a los que lo llevaba su tío Luis Fernando Martínez.
A los 14 años de edad deja Cartagena, se traslada a Barranquilla con mis padres Manuel Palmet y Cecilia Martínez y Andrea, su única hermana. Tras culminar el bachillerato, emprende camino a Bogotá, donde formó gran parte de los que es su carrera musical actualmente y conoció a quien es su esposa Ámbar Márquez.
Marcando la diferencia
Definitivamente la batería acompaña los sueños de Carlos. En 2008, 2009 y 2013 tuvo la oportunidad de grabar participando como baterista e ingeniero de grabación en producciones que estuvieron nominadas a los Latin Grammys. Y ha trabajado como baterista y percusionista con artistas como Fonseca, Jorge Villamizar, Fanny Lu, Locos por Juana, La Línea Band, Cabas, Paulina Rubio, Luis Fonsi, Fonseca, Reik, Aleks Syntek, Pernett and the Caribbean Ravers, Santiago Cruz, Peter Manjarres, Wilfran Castillo, Armando Manzanero, Karoll Márquez y muchos más, así como también ha tenido la dicha de tocar en muchos países, presentarse en festivales, eventos y premios.
Todo esto y más ha ayudado a Carlos Palmet a formarse como artista, porque el esfuerzo es su bandera, quiere que se le reconozca por su buen trabajo y el mismo se encamina a muchas cosas que están por venir.
Con gratitud y amor este cartagenero ciudadano del mundo recuerda a su abuelo Sofronín, para quien la música y la familia fueron su motor de vida. Ahora lo siente como un ángel que lo guía desde el cielo y para él van muchos pensamientos antes de tomar una decisión.
Rememora sus bohemias con amigos, también cuando lo acompañaba por el centro de Cartagena, todos lo saludaban, y él les contestaba con su sonrisa particular, eso lo llena de orgullo, saber que su abuelo fue alguien muy querido en la ciudad.
Por él aprendió a amar y respetar la música, algo que lo entristece es no tenerlo físicamente, para que vea lo que ha hecho, los logros, disfrutarlos a plenitud y seguir aprendiendo de alguien que tenía tanto valor como artista y como persona.
Carlos y su batería están en el trabajo de muchos artistas, en ese momento procura dar lo mejor de sí, de apoyar con una propuesta diferente y sentirse bien con lo que hace. Cree que todo es un regalo de Dios.
Desde 2010 está radicado en Miami con su esposa, allá empezó una nueva vida, tiene un estudio de grabación en casa, el cual está enfocado a la grabación de batería y percusión a distancia. “Es una manera de tener un espacio donde practicar y grabar diferentes estilos de música desde mi hogar”, agrega.
Actualmente empezó una gira de dos meses por Estados Unidos y Canadá, con el artista colombiano JBalvin, quien estará acompañando a Enrique Iglesias y Pitbull. También trabaja con Fonseca, Jorge Villamizar, La Línea Band y Locos por Juana. Confiesa que todos estos artistas son pieza clave para su desarrollo como músico y muestra agradecimiento por la oportunidad que me han dado.
Amando toda la música
Carlos Palmet no muestra preferencia por un género específico, ni se considera un músico encasillado en un solo ritmo. Respeta todos los géneros musicales, y de cada uno toma algo que le sirva para expandir su musicalidad a la hora de tocar, siempre está actualizándose con las nuevas propuestas.
Ha hecho música para los artistas más sonados del momento, un verdadero reto, pero sabe y está seguro que le habría gustado trabajar con su abuelo Sofronín, “eso sería un gran honor”, advierte.
Carlos aspira a seguir haciendo música toda su vida, quiere que su estudio de grabación sea reconocido por lo que ofrece y en lo personal, después de siete años de feliz matrimonio, sueña con ser padre y todo lo que Dios le dé, compartirlo con su familia.
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