Amor verdadero fluye en cada una de las palabras de una pareja que resulta bastante especial para los colombianos, Fabiola Posada y Nelson Polanía, “La Gorda” y “Polilla” de Sábados Felices.
En ese programa precisamente se conocieron y allí comenzó una relación que completará 12 años el próximo 28 de octubre, cuando luego de una bella amistad y un enamoramiento mutuo que ninguno se atrevía a expresar, por fin Nelson dio el primer paso con un beso aprovechando que Fabiola lo llevaba en su vehículo y se había detenido en un semáforo.
Desde entonces no sólo los sábados tienen felicidad, también el resto de días de la semana y del año, en especial cuando nació su hijo Nelson David, quien ya tiene nueve años. La convivencia según indica este hombre enamorado ha sido perfecta, comparten desde el trabajo hasta el hogar y un hijo que los acompaña todo el tiempo, además de llenarlos de orgullo, porque si bien no pinta para humorista, tiene una inteligencia notable.
“Polilla” indica en medio de chiste que él veía a la “Gorda” en el programa desde cuando estaba niño y en la actualidad es su vida, la madre de su hijo, pero ante todo, la persona que ama y adora. Nelson es bogotano y antes de ingresar a la televisión era docente, pues es licenciado en español, inglés y literatura.
A Sábados Felices llegó concursando y luego de triunfar reiteradamente, se integró al elenco. Dice que son pocas las cosas que no comparten y una de ellas, la más obvia, es la afición por el deporte, ya que él hace mucho ejercicio y se cuida y la “Gorda” sólo va al gimnasio a comprar unas empanadas muy deliciosas que venden allá.
El humor tiene mucho que aportar a esta relación y eso, sumado a la madurez, le impregna un matiz que la hace diferente, es-pecial. La versión de Fabiola De una manera muy similar a la de su esposo, Fabiola Posada, “La Gorda”, también expresa todo su amor con palabras, al tiempo que recuerda el día de la final, donde él ganó su espacio en Sábados Felices, luego que ella le deseara mucha suerte antes de salir a escena.
La amistad surgió de una forma muy especial, para entonces ella vivía el doloroso proceso de sepa-ración del primer matrimonio y en medio de la comprensión que “Polilla” le profesaba, nació el amor. Confiesa que verlo le elevaba la autoestima y hacía que se le iluminara el rostro, al tiempo que se animaba a arreglarse para que la viera más bonita. Fue un cortejo emocionante y que tal como él lo comenta, se selló con un beso mientras esperaban el cambio del semáforo.
Fabiola dice que son una pareja que vive bien gracias al amor y al humor. Le ponen amor a la carrera de comediantes y le agregan mucho humor a su co-tidianidad. En noviembre pasado Fabiola sufrió un paro cardio respiratorio y Nelson no se desprendió de la clínica temiendo el peor desenlace, aunque nunca le dijo nada a ella, los allegados le contaron cuanto sufrió en silencio, por el temor de perder a su “Gorda”.
Hace tres meses Fa-biola se sometió a un bypass gástrico para erradicar la diabetes y siente que Dios le dio otra oportunidad de vida. Ha bajado unos kilos, que es lo único que su esposo no acepta, porque dice con sinceridad, que la ama gorda. Dice que actualmente está en 98 kilos, pero debe llegar a 85, lo que garantiza su sobrepeso, no sólo porque no quiere dejar de ser ella, sino porque su matrimonio se puede acabar, lo mismo que el trabajo.
Ahora está más feliz y viviendo a mil, prueba de ello es que siempre quiso tener un tatuaje y no se decidía, actualmente esgrime con orgullo uno en el hombro. Fabiola nació en Santa Marta y hoy precisamente cumple 47 años, mientras que “Polilla” tiene 38. Dice que en esa y todas las diferencias es que se fundamenta su amor, porque ella es gorda, él es flaco, ella es costeña y él cachaco, ella fue política y él, toda la vida ha sido honrado.
La experiencia de la Gorda en la política fue muy productiva para ambos, por el acercamiento a la comunidad, pero a la vez entendieron que como comediante se pueden hacer más cosas por el país que como político. El amor en esta pareja se concentra en su casa, el pequeño refugio, que comparten con Nelson David y Juan Sebastián, uno de los hijos mayores de Fabiola.
Alejandra, quien ya tiene 24 años, ya no vive con ellos, pero le ha dado dos nietos, Samuel y Emilia, la bebé que acaba de llegar. Fabiola es comunicadora social, especializada en Políticas públicas y recuerda que en una oportu-nidad pasó por los estudios de grabación y tras la emoción de poder ver a todas esas estrellas del humor juntas, llegó y quedó con un papel extra, desde entonces ya han pasado 23 años.
Advierte que si de poner su vida en una balanza se trata, allí va a encontrar más felicidad que tristezas y la primera, siempre ligada a su “costalito de huesos”, como suele llamar a “Polilla”, mientras que él le dice “bolita de estrías y celulitis”. El humor la atrapó, fue edil y después concejal de Bogotá, un trabajo valioso, pero regresó a Sábados Felices, porque quiere morir arrugada de reír, mas no de llorar.
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