Desde la invención del internet y la llegada de las redes sociales, se ha empezado a difundir tanta información, que no sabemos qué es lo cierto y qué no.
Si a través de una cadena de WhatsApp llega un mensaje que dice: “¡Alerta! En las botellas de agua Miquito están encontrando partes de un cadáver. Envíalo a tus contactos para que no compren por estos días agua Miquito”, es muy probable que dentro de una semana, las ventas de agua Miquito se vayan a pique. Es una cadena viral que posiblemente compartirán nuestros abuelos, primos, tíos, vecinos, y de la que, seguramente escucharemos hablar cuando vayamos a hacer el mandando en la tienda. Y el chisme, que es más exagerado a medida que pasan los minutos, sería algo así: “¿Ya oyó señora Nuris?, que un man como que cayó a una embotelladora de agua Miquito y esa agua está y que contaminada y viene hasta con pedazos de uñas y to’a vaina”.
El año pasado, por ejemplo, Alpina tuvo que emitir un comunicado porque una cadena de WhatsApp se viralizó, acusando a sus productos de estar contaminados con salmonella. Esto, supuestamente confirmado por el “Ministerio de Salud”.
“Estamos siendo víctimas de una campaña de desprestigio en WhatsApp que contiene información absolutamente falsa y malintencionada”, dijo entonces la empresa.
Pese a que inmediatamente, algunos usuarios supieron que se trataba de una noticia falsa que buscaba llegar al mayor público posible, hizo el daño que se pretendía. Muchos la replicaron, sin buscarla en Google, sin buscarla en los medios de comunicación de su ciudad, sin refutarla en ningún lado.
¿Por qué nos pasa?
Un artículo publicado este año por el investigador Enrique Dans, Profesor de Sistemas de Información en IE Business School, señala que el problema de las noticias falsas está en la ‘educación’, algo en lo que, según él, hemos avanzado poquísimo desde hace algunos años.
“Vivimos en una sociedad en la que muchísimas personas aceptan como verdad absoluta cualquier cosa que vean escrita en una pantalla, que toman como norma de fe el primer resultado de un buscador, o que creen a pies juntillas lo que ven compartido en una red social o en un trending topic”, afirma. "La educación, desde los niveles más elementales, debería apoyarse no en libros de texto, sino en el desarrollo de la capacidad de búsqueda y cualificación de información en la red".
Y es que, tanto a adolescentes como adultos deberían enseñarnos a usar las redes sociales.
En Colombia, solo en Facebook han empezado a regular la producción de noticias falsas desde abril de este año, con la ‘Herramienta verificación de terceros’. Así, se verificarán datos de algunas noticias para decidir si son veraces o no. Si se llega a determinar que un artículo es falso, Facebook ‘disminuirá’ su alcance en la sección de noticias.
“Esta herramienta leerá el contenido que los usuarios reporten como falso o que el algoritmo entienda como falsos y lo que harán estos dos grupos es acceder a la lista y revisar contenido por contenido para revisar si es falso, parodia, dudoso y más”, explicó entonces en entrevista con Pulzo la gerente de Alianzas Estratégicas de Facebook en Colombia, María Elisa Botero.
“Disminuir el enlace” hace referencia a bajar a 0% la audiencia que ese enlace podría tener en la red social, alterando su algoritmo, con el fin de que nadie lo pueda ver.
¿Cómo reconocer las noticias falsas?
En su momento, la noticia de Alpina fue analizada por los medios de comunicación del país, que contactaron a la misma empresa.
Pero nadie está exento, ni siquiera los medios de comunicación, cuando de replicar contenidos se trata, y esta es la conclusión a la que llega el periodista y experto en periodismo digital, Mauricio Jaramillo Marín, quien afirma que “para evitar caer en hoax, bulos, o noticias falsas, se debe siempre contrastar la información”.
Gracias al auge de este tipo de fake news en todos lados, Mauricio se ha visto en la necesidad de aconsejar a la comunidad frente a este tema.
“Hay noticias que pueden afectar a una persona, pueden afectar su moral. Digamos que si acusan a Cristiano Ronaldo de racismo, lo afecta a él, y tiene la posibilidad de pronunciarse y se acabó el problema. Pero si a usted le hablan de noticias falsas en el área de la salud, puede llegar a ocurrir una tragedia”.
Pese a que en ocasiones es difícil descubrir si una noticia es falsa o no, el experto dice que hay noticias que fácilmente se pueden corroborar.
Él recomienda:
- Googlear (escribir en Google) las palabras clave para ver si la misma noticia está publicada en otro sitio.
- Si hay pocos resultados, es casi la confirmación de que es un ‘bulo’. Una noticia con tanta trascendencia no podría haber pasado inadvertida para la mayoría.
- Si hay muchos resultados, quiere decir que sí fue una noticia muy difundida, y entonces es más probable que sea real, aunque también puede tratarse de un bulo, que se haya difundido en medios serios.
- Si aún quedan dudas, buscar las mismas palabras en Google y agregar una más: “falso”.
Si aún con todo esto a usted le quedan dudas, solo el tiempo dirá si la noticia que busca es cierta o falsa.
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La Gartner Inc. es una empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información con sede en Stamford, Connecticut, Estados Unidos.
Según sus predicciones tecnológicas para 2018 y años posteriores, “para el 2020, la creación de contenido falso, impulsado por la inteligencia artificial (IA), superará la capacidad para detectarlo.
La realidad falsa es un medio digital manipulado para representar eventos que nunca ocurrieron o que no ocurrieron en la forma en que se presentan. Actualmente, la inteligencia artificial puede categorizar con éxito imágenes y humanos a gran velocidad. Aunque IA también tiene la mejor posibilidad de detectar y combatir la realidad falsificada, también ha aumentado la capacidad de crearla. Lamentablemente, la capacidad de detectar está rezagada con respecto a la capacidad de crear”, presagian.
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