Facetas


Magali, la canadiense de corazón costeño

Nuevamente llega el 25 de febrero y las calles de la ‘Arenosa’ se llenan de color, brillo y magia con la variedad de disfraces que engalanan el tradicional desfile de la Batalla de Flores. La gente, escondida detrás de la maicena que va y viene, admira el espectáculo, mientras toma su cerveza y baila al son que cada carroza les toque.

Allí estaba ella, Magali Cuvillier, una joven de piel blanca, cabello rubio, delgada y hermosos ojos azules. Algunos la admiraban por su belleza y otros no comprendían por qué la chica no paraba de observar los movimientos de caderas y cruce de pies, que caracterizan al Carnaval de Barranquilla. Y fue ahí donde pudieron más las ganas de Magali de unirse al baile que las miradas horrorizadas del público, que esperaba atento ver una simple danza “tesa” y sin swing de una extranjera aficionada.

“Are you ready?... Ay, ay, mamá, mamá; ay, ay, mamá, mamá; está espelucá, está espelucá”. Se escuchó el coro de “La espelucá’’ de Twister, la gente se amontonó, los aplausos llegaron y la sorpresa inundó a los observadores. Era Magali, la canadiense, “tirando pase champetúo”, tan perfecto como una costeña en acción. El público emocionado gritaba, pero ella sin distracción alguna solo seguía su baile y deslumbraba con su enorme sonrisa. Desde ese día se convirtió en barranquillera- canadiense o mejor dicho “QuilleraNadiense”.

¿De dónde salió?
La canadiense Magali Cuvillier es catalogada como una costeña más desde que llegó a tierras colombianas. Era enero de 2014 y ella comenzó a ser tendencia en las redes por su baile.

La rubia comenzó su aventura y se apropió tanto de la cultura costeña que ahora no solo habla español “golpeao”, sino que baila como una experta al ritmo de champeta y salsa. Pero eso no es todo, la joven de 25 años canta la “yuca” de Diomedes Díaz con la misma emoción con la que un día llegó y se enamoró de la capital del Atlántico.

Nació en Morin-Heights, un pueblo cercano a la provincia de Quebec, en Canadá. Es la mayor de tres hermanos, quienes, también son viajeros y aventureros desde muy pequeños. Creció rodeada de música, baile y alegría.
“Crecí en el bosque, en un pueblo con poca gente, donde a pesar de tener televisores preferíamos estar en la calle, bailar y divertirnos. Es por eso que hoy paso mi vida sin interesarme por el celular y el internet. Prefiero viajar, conocer y tirarme unos pasos”, contó entre risas Magali.

Sus padres son una mezcla de francés, alemán e indígena. Su madre, una canadiense con ascendencia indígena de piel oscura y pelo negro. Su padre, un francés-alemán, llegó a Canadá desde niño y le gustó tanto el lugar que se quedó haciendo su vida. Ambos son viajeros y de mente abierta.

En sus viajes por el mundo, de todas las ciudades que ha visitado, la mejor ha sido “La Arenosa”. El calor de su gente, la forma de hablar, el Atlético Junior, la comida y su salsa, la enamoraron.

“Llegué y conocí muchas ciudades de Colombia (Santa Marta, Cartagena, Medellín, Bogotá), todo me gustó. Pero cuando pisé Barranquilla y fui a sus Carnavales, me hipnoticé no solo por la ciudad sino por uno de sus ciudadanos. Me casé y aunque ya no estoy con esa persona, gracias a él siento entusiasmo y amor por esa ciudad. Estoy orgullosa de Colombia en general”, aseguró la canadiense.

Fue tanto su amor por la ciudad, que la acogió por 3 años, que hoy desde su natal Canadá extraña el jolgorio y el clima de Barranquilla. Participa en cada bailada colombiana que organizan en su país. Es la primera a la hora de hablar de 'baile, salsa y champeta'.

“Voy cada domingo a un bar en Montreal donde toca un grupo de salsa. ¡Uyy qué rico! Yo sé que la gente en Colombia me ve como champetera, y sí, me encanta este género, pero realmente lo que me fascina es la salsa, no podría vivir sin ella”, dice con entusiasmo.

¡Bailar siempre me ha gustado!
A la “QuilleraNadiense” siempre le ha llamado la atención la danza, pero solo cuando viajó a Sudamérica se interesó por varios ritmos, especialmente por la salsa. Aprovechaba cada evento para aprender. Al llegar a Barranquilla se dio cuenta que se bailaba la salsa de forma sencilla pero con algo más: pasión y amor. Fue ahí cuando perfeccionó su swing.

“Simplemente me quedé viendo cómo la gente se movía y me gustó. Después conocí la champeta. Por lo que cada vez que iba a una fiesta me quedaba observando e intentando. No tomé nunca clases, me acercaba a la persona que estuviera bailando, le seguía los pasos y así pasábamos toda la noche”, aseguró la joven.

¿Y si hablamos de vallenato?
“No hemos hablado de vallenato”, gritó emocionada Magali en la entrevista. Para sorpresa de todos, a la “QuilleraNadiense” no solo le gusta bailar champeta y salsa, también tiene un gusto enorme por el vallenato. Cantar, sentir e imaginar sus letras es lo que mejor aprendió a hacer. ¡Con mucho gusssssto!

“Cuando llegué a la Costa, no me gustaba este género, pero después de varios meses aprendí a escuchar las letras, a vivir lo que se dice en ellas, todo lo que tiene que ver con el amor, el drama, las relaciones, en fin, muchas cosas bonitas. Cuando empecé a sentirlo, fue cuando comencé a quererlo”, afirma.

Para ella este ritmo le ayudó a conocer un poco más de la cultura costeña. Le llena el corazón, le enseña mucho y le recuerda momentos vividos. “Se me salen las lágrimas”, dijo entre risas.

¡Mira que bien canta!

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¿Qué más te gusta?
Además del baile y la gente, lo que la atrapó en estas tierras colombianas fue el ‘acento’. “Ajá”, “nojoda”, “mi llave”, “píllala” y “qué vaina linda”, son sus expresiones favoritas.

Me gusta la gente de la Costa por su alegría, porque son trabajadores y porque me hacen sentir como en casa, pero no me gusta el machismo de algunos hombres, ¡Son muy celosos!

¡Vienen más videos!
Su fuerte no es la tecnología pero, al parecer, con los videos le ha ido muy bien, no solo por el sabor de sus bailes sino por su improvisada edición y sin ayuda.

“Nadie me ayuda con mis videos, me encanta aprender las cosas yo sola, me gusta mucho. Yo soy quien graba los videos y los edito. Es una pasión que me disfruto”, explica. 

¡Para Quilla!
Fueron 5 minutos de sorpresa al enterarse de que gracias a los videos y a la acogida que ha tenido en las redes, el próximo 17 de febrero Barranquilla tendrá otra vez a su “QuilleraNadiense”.

“Me voy a disfrutar y a gozar mis carnavales por tres semanas. Gracias a mis seguidores. ¡Que se prepare La Arenosa!”, finalizó Magali con risas y gritando emocionada. Eufórica… al fin y al cabo, su corazón es costeño.

 

Ya estaaaa @juandacaribeshow #mariacristinalacancion #juniordebarranquilla #olympicaestereo921 #quilleranadiense #barranquilla #carnavales

Un vídeo publicado por Magali Cuvillier (@maga11cuvillier) el

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