Es una lancera cultural que nació en una casa de músicos en Ciénaga de Oro, y cumplió por estos días, treinta y cinco años de vida cultural en Cartagena de Indias.
Vino a Cartagena, hace cuarenta y siete años, y se vinculó a la vida cultural de la ciudad, desde distintos frentes. Es Mildred Figueroa, gestora y artista, egresada d Bellas Artes de Cartagena, quien en los últimos años dirigió el Teatro Adolfo Mejía. Fue directora de la Escuela de Bellas Artes, Jefe de la División de Cultura y Lancera de la Independencia.
¿Qué es lo que privilegia de la vida cultural de Cartagena?
- Cartagena es un centro diverso de las artes, que se expresa en la danza tradicional, folclórica y contemporánea. Las artes escénicas, la música en sus múltiples manifestaciones y formatos, las letras, y por otro lado, las disciplinas intelectuales,la investigación histórica, etc. Mi experiencia en los últimos dos años en el Teatro Adolfo Mejía me permitió una interlocución con los artistas locales y nacionales, como gestora y creadora. Cartagena tiene eventos de relevancia internacional, como el Cartagena Festival Internacional de Música, el Hay Festival de Cartagena, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), el Festival Brass, el Festival de Poesía, las Fiestas de la Independencia, entre otros.
¿De qué manera participa la ciudad en estos eventos internacionales?
- La ciudad ha ido haciendo propios los eventos internacionales como el de música y literatura. El festival de cine que es el más antiguo del continete, ha irradiado formación e indirectamente ha impulsado el nacimiento de nuevos cineastas. La agenda local es muy activa y se integra ala agenda del mundo en Cartagena.
¿Qué fue lo mejor de dirigir el Teatro Adolfo Mejía?
-Hacer visible el trabajo de muchos artistas que vienen creando su obra personal en las artes, en la música, en el teatro, y en la danza. Ninguna gestión cultural sostenible es fácil y encontrar aliados locales, nacionales e internacionales, tampoco es fácil. Desde que asumimos la dirección del teatro, lo empezamos a llamar Joya arquitectónica y templo de las artes. Esa fue nuestro eslogan. El año 2016 fue un año complicado para el teatro que requería de un nuevo aire central y encarar problemas físicos de mantenimiento. En 2017 se superaron muchos problemas, pero aún hay que seguir resolviendo otros en 2018. A lo largo del año que acaba de pasar se desarrollaron 293 eventos en 351 días. Promoví 42 tertulias culturales sobre distintos aspectos de la cultura regional. Hubiera querido impulsar más al sector escénico, pero el teatro no es autónomo, debiera ser una corporación independiente que gestione recursos. El teatro depende del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena , entidad que maneja todos los recursos del teatro. Si uno mira a los otros teatros como el Teatro Colón de Bogotá, dependen del Ministerio de Cultura y de los Amigos del Teatro. En alguna oportunidad se propuso esta idea de consolidar la Asociación de Amigos del Teatro Adolfo Mejía.
¿Cuál puede ser la propuesta para que el Teatro Adolfo Mejía sea un templo sostenible?
-Que sea independiente. Hay instituciones en la ciudad que empezaron a emprender un vuelo autónomo cuando dejaron de depender, como es el caso del Museo Histórico de Cartagena. El Teatro Adolfo Mejía puede tener aliados en el sector privado y público y aliados con los teatros del resto del país y el mundo. Nosotros no podíamos utilizar todo el teatro sino el vestíbulo porque no era sostenible tener el aire acondicionado encendido. Hacer las tertulias allí no costaba casi nada. El artista de hoy no completa su misión si no gestiona. Depender de los limitados recursos afecta el quehacer público de la cultura. Sin embargo, se demostró en 2017 que la alianza con la empresa privada y entidades públicas puede general eventos de integración cultural, como el que propuso Boris García con el espectáculo Sabrosura, financiado por la Fundación Mamonal en su primera presentación, y el apoyo de la Gobernación de Bolívar en el segundo espectáculo. Esta propuesta de espectáculo surgido en el Festival de las Artes Escénicas que dirigían Chica Morales y Gloria Triana, se amplió y complementó con nuevos ingredientes escénicos, musicales, dancísticos. Lo ideal es que el teatro tenga siempre espectáculos musicales, teatrales y dancísticos que mostrar a propios como a visitantes. Creo que lo público debe desafiar un sistema paquidérmico que hace cada vez más lentos los procesos en la cultura. Se requiere más agilidad para llevar a buen término los procesos e iniciativas.
¿Qué iniciativas culturales destaca en Cartagena?
-Destaco el impacto que ha tenido Leer el Caribe, que es un resultado interinstitucional, entre el IPCC, Banco de la República, Observatorio del Caribe, la red de Educadores del Distrito de Cartagena, entre otros. Destaco el trabajo colectivo de las Fiestas de Independencia de Cartagena que están en el umbral de ser declaradas Patrimonio Cultural de la Nación.
¿Qué sigue para usted al entregar la dirección del Teatro Adolfo Mejía?
- Seguir trabajando en proyectos individuales y colectivos en la cultura. Acompañaré a Boris García en este nuevo momento que vive como cantautor, actor y productor musical, descubierto por Jorge Alí Triana. Volveré a mi trabajo plástico individual. Acompañaré a mi esposo a la reapertura del suplemento La Plaza, periodismo cultural local, forjado desde las crónicas y los perfiles. Un nuevo medio cultural impreso y virtual.
Epílogo
Mildred Figuera dice que nunca está satisfecho con la tarea cumplida. Todo el día desde temprano, su casa fue el Teatro Adolfo Mejía. Siempre hay cosas pendientes en la vida cultural. Ahora, junto a sus tres hijos Boris, Larissa y Eduardo y sus cuatro nietos: Santiago, Avril, Fiorella y Martin, ella templa el lienzo guardado de sus nuevas creaciones. Su casa es una suma de los años recorridos, junto al arte, el folclor y la música. El lienzo en blanco espera que se deslice el arco iris.
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