Una ardillita ‘privada’ yace en el asiento de una moto, electrocutada, mientras un hombre trata de reanimarla.
El sujeto agarra una de las patitas del animal como diciéndole “vas a estar bien”, mientras que con el índice de su otra mano le da masajes en el pecho.
Los curiosos lo rodean y ríen, porque aunque están preocupados por el animalito, nunca se imaginaron esa escena. ¿Será que la ardillita revivirá?
De un momento a otro el pequeño animal se estremece y en una jerga cartagenera se escucha: “¡Está volviendo, está volviendo la ardilla! Ya espepitó los ojos”.
El héroe de la escena se llama Emerson Salcedo D´Andrey, un cartagenero que trabaja con el IDER, quien toda su vida ha vivido en el barrio Chipre y cuyo amor por los animales lo ha vuelto popular gracias a ese video donde aparece salvando a esa ardilla.
En estos días, donde lamentablemente en las redes sociales se vuelven más virales los clips de asesinatos, retos tontos o injusticias, Emerson logró sacarles una sonrisa de agradecimiento a millones de personas.
Después de subirlo a su cuenta de Facebook, cientos de personas empezaron a compartirlo y en menos de un día la escena ya le estaba dando la vuelta a México.
Tanta fue la acogida que una empresa lo contactó buscando hacer el clip viral en más países del mundo.
El video ha sido compartido por National Geographic, el Daily Mail, de Europa, y varios sitios norteamericanos de noticias llamativas. Hace poco, lo entrevistaron del canal Telemundo.
“Cuando quise ver ya estaba en México, después pasó a Estados Unidos y a Europa”, comenta Emerson.
Dice que procedió a salvar al animalito y le pidió a su hijo que grabara, como una forma jocosa de mostrar los resultados de un curso de primer respondiente que había recibido días antes.
“Creo que dio resultado”, ríe.
Desde niño, creció rodeado de animales y dice que no hay cosa peor que quitarles la libertad. Con el video, quiso mostrarles a sus hijos y a los curiosos que incluso el animal más pequeño merece amor y atención.
“Nunca me esperé que llegara tan lejos esto”, admite.
Hace poco más de un mes que sucedió este inesperado rescate y aún le escriben decenas de personas de todas partes.
Tiene cientos de solicitudes nuevas de amistad y su nombre sigue acaparando titulares.
Pero, ¿cómo fue que pasó todo?
¿Una ardilla con mala suerte?
“Fue una experiencia curiosa. Después de venir de hacer mi ruta de monitoreo vi unas ardillas en el árbol de la casa y observé que estaban comiendo. Una de ellas pasó por el cable y la otra le siguió.
“Mi hijo me dijo que la que pasó de último tocó el cable eléctrico. Recibió una descarga, cayó.
“Un albañil la tomó. Yo bajé, se la quité, la puse encima de mi moto y le empecé a hacer el RCP”, narra.
Aunque no sabía si iba a funcionar o no, Emerson pensó rápido. Midió más o menos a qué altura estaba el corazón del animalito y con un dedo empezó a darle masajes en el pecho, buscando reanimarlo.
Su hijo tomó el celular y empezó a grabar. Emerson había recibido un curso de RCP hacía poco y el video quería subirlo para que su profesor, que ahora está en Estados Unidos, lo viera.
“Había visto casos donde las personas reciben descargas eléctricas fuertes y necesitan de ese procedimiento. Me acordé de eso enseguida”.
Después de reanimarla, la ardilla volvió a desmayarse así que Emerson la cubrió con el suéter de su hijo y esperó hasta que pudiera caminar de nuevo.
Minutos después, la liberó en el árbol donde la esperaba su compañero. Es hembra, por cierto.
“La gente me envía muchas bendiciones y yo las recibo con mucho cariño. Esa es la mejor recompensa”, dice agradecido.
En su barrio, Chipre, es común la presencia de esta especie roedora. Dice que a veces hasta 10 animalitos se reúnen en los árboles, por eso les ha tomado cariño. Sus hijos, incluso, anhelaban poder tocarlas algún día.
Sobre Emerson
Emerson trabaja en el Instituto de Deporte y Recreación, IDER, como monitor, supervisando un programa misional donde impacta en la salud de las personas a través del ejercicio.
Es apasionado por el saxofón y padre de Elías Alfonso, de 15 años; Emerson David, de 14; Emyi y Esly Salcedo Arce, de 17 años. Vive con su esposa Yina Arce en el barrio Chipre, hasta donde últimamente han llegado varios medios para entrevistarlo.
Emerson quiere aprovechar este boom para adelantar un proyecto de sensibilización por los animales.
“Se trata de un proyecto social educativo para sensibilizar a los niños en la protección de los seres vivos que están en la naturaleza y que merecen convivir con la humanidad. La idea es organizar visitas guiadas y lúdicas al Parque del Centenario para hacer conciencia viva y activa de reconocimiento a las ardillas y otras especies en su hábitat”, explica.
Hasta el momento, tiene un grupo de amigos que lo quieren apoyar en la labor y espera que sea posible el auspicio de entidades públicas o privadas para lograr que sea sostenible el proyecto.
Como decimos los costeños: ¡Buena esa Emerson!
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