Facetas


El mundo detrás de Ada Echenique

Ada me espera ansiosa en un café-bar de la Plaza Benkos Biohó. “Esta es una tarde importante para mí”, me dice. ¿Y cómo no?, si por unas horas me ha abierto su corazón y el libro de su vida. Quienes la conocen, saben que Ada Mercedes Echenique Soto es una de las periodistas veteranas de Cartagena. Saben de su amor por la radio, de su nobleza, de su activismo por el gremio periodístico y de los años que lleva siendo una voz de aliento que susurra consejos a las internas de la Cárcel de San Diego. A lo mejor, quienes la conocen, no saben mucho más que eso.

“Eso es para hombres”
Y comienza por contarme su infancia... “Era la penúltima de nueve hermanos varones, la única mujer, así que ya te imaginarás, mi mamá y ellos me cuidaban mucho, como a una monja. Aprendí a bailar a los 16 años, me cronometraban el tiempo para ir y venir del colegio y para poder ir a una fiesta era mínimo con tres de mis hermanos”. Aun así, conoció a su primer novio, que se convirtió en el padre de sus hijos. Ada creció en una casona, en el Playón Grande, al pie del Castillo San Felipe, escuchando noticias en un radio Philips de su papá y llenando crucigramas para aprender a leer.

Y ríe recordando que alguna vez tomó las limosnas de la iglesia de la Trinidad, de Getsemaní, para regalarle meriendas a sus compañeros del colegio, porque no tenían para comer, y recuerda que “era muy indisciplinada pero también muy inteligente”. Organizaba grupos de teatro, declamaba y cantaba: “A los 16 años participé en un concurso, en la Voz de las Antillas, en la última presentación mi novio me bajó de la tarima, no le gustaba que cantara”.

Tampoco podía ejercer su otra pasión. “No señora, usted no va a ser periodista porque eso es para los hombres y para morirse de hambre. Usted tiene que ser médica”, sentenció María de la Luz Soto, cuando su hija, Ada Mercedes, dijo que deseaba estudiar periodismo. “Era 1977 cuando me gradué del colegio, no pasé el examen de medicina y tampoco pude estudiar periodismo, se podía era en Barranquilla. Me comprometí con mi novio y nacieron mis tres hijos”.

“Ese fue mi grado”
Ella no se rindió. Para llegar a ser periodista, Ada emprendió el camino empírico. Tocó muchas puertas porque “quería hacer periodismo deportivo, pero me decían que eso era para hombres”. Un día se le presentó a Campo Elías Terán y fue quien la escuchó, grabó una prueba y gustó. Algunos primeros reportes salieron al aire, luego eso quedó en standby.

Un curso en el Sena, que nada tenía que ver con periodismo, fue el que le abrió las puertas o los micrófonos, más bien. “Comencé a organizar grupos con los estudiantes para hacer diferentes actividades. En 1988 me llamaron de la dirección del Sena porque, por mi liderazgo, me habían escogido para un proyecto para formar líderes, durante 4 años viajé a varias ciudades. Cuando terminé, quedé lista para ejercer de monitora de programas de formación. Casualmente me tocó ser monitora de un curso de actualización periodística. Ahí conocí a Carlos Cataño, Germán Danilo Hernández y Alfredo Fabro, y otros que eran la crema y nata del periodismo de Cartagena. Recuerdo, que Fabro -ahora es gran amigo mío- se quejaba, decía que yo no podía estar ahí, porque no era periodista, pero yo era monitora del curso, mas no periodista. Ahí pude leer boletines, me dijeron que tenía buena voz”.

Fue el mismo Fabro quien la llamó después para Punto Noticias Cinco, un programa de Radio Bucaneros. “Eso me ayudó porque era de corte político, me dio un bagaje muy grande, pero mi mamá seguía diciendo que eso no daba plata. Entonces, yo hacía otras cosas, era promotora de Yanbal. Después estuve en la Voz de la Victoria y en CN Noticias, ese todavía existe”.

Y los ojos de Ada se iluminan, me habla del día en que se “graduó” en el Centro de Convenciones. “Recibí un premio distrital de periodismo, en el gobierno de Paniza, por un trabajo que hicimos: ‘Heroínas de la Supervivencia’. Para mí fue como graduarme de la universidad”.

Meses difíciles
Ada interrumpe su narración y se acomoda en su silla para contarme otra parte de su historia. Me dice que uno de los momentos más difíciles de su vida fue cuando estuvo  encerrada por circunstancias adversas, lo que describe como: “una experiencia dolorosa que me sirvió para conocer el alto grado de amistad, de aprecio y solidaridad de mis colegas y de muchas personas. Esa experiencia adversa fortaleció mis lazos familiares y me sirvió para trascender como ser humano. También me ayudó a reafirmar mi compromiso para seguir trabajando por el bienestar de la población carcelaria”.

Le enseñó a ser más fuerte. Ada ha sido la jefe de prensa de la Cárcel de San Diego por muchos años, pero más allá de eso, es una voz consejera para las detenidas, gestiona actividades con las que sigue ayudando a las internas, como a aquella mexicana, Paula Álvarez, a quien ayudó a reencontrarse con su madre.

Una líder

Hoy, Ada está orgullosa porque a sus 59 años se graduó de una especialización. Ya se había profesionalizado, en la Universidad Los Libertadores, en 2007. Ahora hace parte de los Periodistas Asociados de Bolívar y es miembro fundador de la Federación Colombiana de Periodistas.

“Fui a conferencias en El Salvador y Caracas. En Bruselas (Bélgica), estuve en la primera conferencia de género de mujeres periodistas. Soy representante de prensa en el Consejo de Género ante la Federación Internacional de Prensa, hoy soy un enlace de la federación para mediar en la protección a periodistas amenazados. Nosotros, los periodistas, mientras visibilizamos todos los problemas que tiene una sociedad entera, invisibilizamos nuestros propios problemas, no porque queramos, sino por el afán del día a día”.

Al fondo suena la Canción de las simples cosas. Y Ada canta porque aún tiene el sueño de grabar un disco. Y esa canción, en particular, le recuerda a su mamá, fallecida hace dos años: “Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón // Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida // Y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas...”.

Y en cierta forma creo que Ada se parece un poco a su madre. Solo un poco.
- ¿Te hubiera gustado que tus hijos fueran periodistas?, le pregunto.
- “No, porque es un oficio muy sacrificado, muy luchado”, responde.
- Pero, entonces, ¿le hubieras hecho caso a tu madre?
- No, si yo volviera a nacer yo sería periodista otra vez.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS