Emprendedor y perfeccionista. Ese es Rubén Duque, un estilista paisa que llegó hace diez años a Cartagena solo con “maletas” de conocimiento y hoy es propietario de uno de los salones de belleza más importantes de la ciudad.
Su carisma, pasión y destreza lo han convertido en un referente del mundo de la belleza en la Heorica, así como su peluquería, que montó junto a su compañero de trabajo Fernando Pérez, donde maquillan y preparan modelos.
Por sus manos han pasado personalidades mundiales como Hillary Clinton, en su visita durante la VI Cumbre de las Américas; la actriz Susan Sarandon, invitada especial de la versión 56 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci); Clive Owen, príncipes, reinas de belleza, entre otros personajes destacados.
Hace unos días, tuvo el privilegio de trabajar para el multimillonario estadounidense Dennis R. Washington y conoció el lujoso yate Atessa IV, que estuvo atracado por 40 días en el Muelle de La Bodeguita y que los cartageneros y turistas solo pudieron apreciar desde afuera.
“Lisa Greenberg (presidente de la compañía Pacific Bound Yachts), quien se encargó de mirar lugares o temas que pudieran interesarle a él (a Washington), me contactó a través de otra persona. Vinieron cinco parejas. A las señoras básicamente las peiné y maquillé, dos de los señores se cortaron el cabello y el señor Washington se arregló las uñas con mi manicurista”, narró Duque.
Para él, trabajar en este lugar fue todo un acontecimiento y contó detalles de lo que fue testigo durante los tres días que estuvo a bordo de la embarcación.
“El yate está equipado con peluquería, spa, sala de maquillaje. Cuentan con masajistas todo el tiempo pero nunca habían usado la zona de la peluquería y querían tener el servicio de un peluquero, de una manicurista y de una niña que hiciera facial, pero bilingües. Pasábamos todo el día en el yate, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche. También tenían una profesora de yoga que era de la ciudad. Los invitados eran muy amables. Es una embarcación espectacular, los detalles del barco son impecables, muy lujosos y tiene muchas esculturas de Botero. Todos se fueron muy complacidos con Cartagena y con la promesa de que quieren regresar”, añadió.
Cuenta que gracias a su trabajo y el de su equipo, Phyllis, esposa de Dennis Washington, le propuso trabajo e ir a recorrer el mundo con ella. “No es fácil. Sus colaboradores están a bordo del Atessa por nueve meses y descansan tres. Estar todo ese tiempo lejos de la familia no es fácil. Sería una experiencia muy interesante pero uno con el estilo de vida lo duda mucho”.
¿Cuál es tu especialidad?
- He hecho muchos seminarios en diferentes partes del mundo porque uno siempre se tiene que estar actualizando en cuanto a belleza, maquillaje, peinado. Soy estilista pero me he especializado en varias áreas. Hago colorimetría, hice especialización en peinados, maquillaje y en cortes. Soy multifacético en ese aspecto. Aquí en la peluquería también somos fuertes en novias.
¿Cómo empezaste en este negocio?
- Mi compañero de trabajo, Fernando Pérez, es cartagenero. Él ya tenía una peluquería pequeña en el Centro y me presentó a varias personas. Fue un proceso largo y de mucho trabajo. Empezamos en un local muy pequeño en Bocagrande, una amiga lo tenía rentado para su spa y me dio un espacio. Solo tenía un lavacabezas y una silla de peluquería. Amo mucho mi trabajo y di todo de mí, así que la gente empezó a llegar y a recomendarme. Después de cuatro meses mi amiga se fue para Bogotá y tomamos todo el local y luego, como a los seis meses, ya no cabíamos y nos mudamos para una casa grande. Fue de mucho trabajo todo el tiempo. El proceso fue muy interesante porque la gente me acogió de manera especial y fuimos creciendo de la mano de la gente y empezamos a trabajar con grandes hoteles de la ciudad.
¿Cuál es la clave para atender a personas tan importantes y famosas?
- Cuando nos toca atender a personajes tan importantes hay mucha adrenalina al principio, muchos nervios porque son personalidades mundiales que vienen con unos protocolos de atención. Siempre he procurado tener buenos productos, que sean marcas muy reconocidas en el mercado para que ellos sientan más confianza. Por otro lado uno debe llegar con muy buena actitud y saber escuchar qué es lo que quieren, pero hay que olvidarse por un momento que son personajes muy importantes porque si no... los nervios no te van a dejar.
¿Cómo es Rubén Duque?
- Soy súper tranquilo, me gusta mucho escuchar y creo que para tener éxito en esta profesión se debe saber escuchar... A veces, cuando las clientas consiguen cita con un peluquero reconocido piensan que les están haciendo un favor y se sienten afortunadas, pero no, es todo lo contrario, nosotros somos los afortunados de que la gente venga a nosotros. No hay que imponer lo que uno quiera, la clave está en un trabajo en conjunto, escuchar lo que la gente quiere, pero al mismo tiempo analizar y según lo que ellas quieran decirle lo que es posible o no. Soy de los que analiza a las clientas para ver si quedaron satisfechas, porque eso se nota. Si toca hacer de nuevo el trabajo se hace, porque lo importante es que ellas estén a gusto y se vayan contentas con nuestro trabajo.
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