Decir visceral significa que es capaz de darlo todo, como arriesgar su vida en la aventura de escribir novelas. El filipino Miguel Syjuco (Manila, 1976), fue una de las figuras proverbiales del Hay Festival de Cartagena en 2011.
Su novela Ilustrado está siendo publicada a 15 idiomas. Ha logrado ser protagonista de su propia novela como personaje de ficción, pero qué curioso, su otro personaje de ficción que se llama Crispín Salvador ahora tiene más vida que el mismo Miguel Syjuco, porque en Wikipedia aparece ya como si hubiera existido antes que Miguel Syjuco lo imaginara y lo impusiera como una criatura de carne y hueso. Ese juego de espejos es una de los recursos heredados de Miguel de Cervantes de Saavedra. También García Márquez es personaje en Cien años de soledad, y los manuscritos de Melquíades son la vida que ha ocurrido y va a acontecer, como en La Biblia. Alguno de los lectores de esa novela se preguntará como Sancho Panza si habrá una mejor vida en la segunda parte de la novela. Miguel Syjuco ha emprendido esta hazaña de jugar con los espejos de su identidad como ciudadano para contar la historia de su país y para encontrar en el espejo algo más que su rostro tímido de seminarista aplicado y revelar los dramas y contradicciones de su conciencia. Qué curioso cuando dice que hace unos años él no lograba verse profundamente en el espejo.
La actitud de Syjuco es de una honestidad implacable. En la crítica que hace a la corrupción de su país, dirige su mirada a los los políticos. Ese cuestionamiento afectó a su padre polìtico, quien no le dirige la palabra. “Mi padre quería que yo fuera político, yo pude asumir la curul de mi padre, y me convertiría en un ser amargado. Le dije a mi padre que escribir era mi acto político. Acompañé a mi padre en viajes electorales, recorrimos el país, en las zonas urbanas y rurales, y descubrí la hipocrecía de la política y las heridas profundas de Filipinas y supe que los políticos son una clase de ladrones. El 90% de las riquezas controladas por un 10% y el 70% de la población por debajo de la línea de la pobreza. Así que “Ilustrado” es el papel de la élite y el poder de la corrupción que es el mayor problema que tiene Filipinas. Somos un país con 90 millones de personas, de las cuales tenemos 12 millones de filipinos dispersos por el mundo, es decir, la población de Suecia”.
"Quise crear un libro que reflejara la forma en que percibimos la
realidad contemporánea. Nuestra percepción del mundo se da hoy a través de fuentes dispares y fragmentadas -Internet, noticias, blogs, libros, artículos, mensajes de texto, conversaciones casuales, etc. La novela, como género, puede y debe evolucionar y empujar sus propios límites. No creo que haya logrado que Ilustrado sea revolucionaria en forma o en estructura, pero solo porque me he quedado corto como escritor. Al fin y al cabo, es mi primera novela", ha confesado.
Para él “La literatura es una gran conversación con edades distintas, límites y fronteras”, dijo en su diálogo con la editora Beatriz de Moura, perpleja y conmovida por la bella y profunda trama de su libro. “La literatura no es para un reducido grupo de personas. La literatura nos puede conectar con el mundo, para conocernos, comprendernos, entendernos. El libro no existe en el vacío. Tiene reflejos del mundo que vivimos hoy. Soy un autor serio pero me gusta divertirme. En mi novela hay ciento cincuenta años de historia de Filipinas, entre 1850 a 2002”. Ha confesado que no es una novela autobiográfica aunque él aparezca involucrado como personaje en la novela con nombre propio: Miguel Syjuco. El viaje que emprende el personaje en la novela es “un viaje metafórico para esclarecer el asesinato o suicidio del escritor Crispín Salvador, cuyos manuscritos son una investigación sobre la corrupción en Filipinas.
“Creo que uno entra a una novela convencido de la historia que le están contando. Escogí esa forma para contar la historia de mi país en un espacio tan corto. Aparezco en la novela porque para mí escribir es un acto de honestidad. Me veo allí con mis penas, mis temores, mis debilidades. Tengo compasión por ese joven. Un poco de lástima”
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Miguel Syjuco es Licenciado en literatura inglesa por la Universidad Ateneo de Manila, cursó un máster de Bellas Artes en la Columbia University (Nueva York) y está realizando un doctorado en la University of Adelaide (Australia). Redactor y editor de la revista Gazzete de Montreal, donde reside, había escrito y publicado poesía y narraciones breves, cuando en 2008 el manuscrito de su primera novela, Ilustrado, ganó el Man Asian Literary Prize, así como el Palanca Awards, el más prestigioso galardón de las letras filipinas. Aclamada unánimemente por la crítica –«vertiginosa y ambiciosa» (Publishers Weekly), «impresionante, convincente de principio a fin.
Su autor, a diferencia de Crispin, tal vez gane algún día el Premio Nobel» (The Guardian)–, Ilustrado es una deslumbrante obra que sorprende, conmueve y divierte, mientras introduce a los lectores con humor y lapidaria lucidez en la realidad de un archipiélago relegado «al aislamiento y el exotismo», que tras la lectura de esta novela se sitúa en el centro mismo de la mejor literatura contemporánea.
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