Revista dominical


A Graciela Salgado no se la puede llevar el diablo

ALFREDO VANÍN

14 de octubre de 2012 12:01 AM

Las calles polvorientas de San Basilio de Palenque sienten a una mujer menuda y de edad indefinida, que de pronto rompe a cantar un bullerengue en el que clama “que me lleva el diablo”, desde el andén de su casa construida sobre las ruinas de otra, señal del paso de varias generaciones.
Se llama Graciela Salgado y no tiene edad porque tiene encima la eternidad de los ancestros y porque en ese momento va rumbo a un lumbalú, y lo mejor es sentirse alegre antes de despedir durante nueve noches a los muertos.
Graciela fue la única mujer nacida de sus padres Manuel Salgado (Batata) y María de la Luz Valdés, y conduce ahora el grupo Las Alegres Ambulancias. Ella es continuadora de la llamada “dinastía de los Batata”, que han llevado los ritmos caribes y especialmente el canto y rito mortuorio del lumbalú tan lejos como le alcanza la memoria a una mujer que, mientras no está cantando, tiene el aire solitario de las matronas que le han ganado todas las suertes a la vida, individual y colectivamente.
Heredera de históricas palenqueras, ha sostenido sobre sus espaldas la despedida de los muertos y el jolgorio de las fiestas, en una cultura donde la muerte no significa el final, sino el retorno a los ancestros, y donde no se llora por la pérdida que experimentan los occidentales ante la muerte, sino para prestarle llanto al que se fue y música para que su tránsito no tenga tropiezos y abandone totalmente el mundo de este lado de acá de manera tranquila.
Muchas de las composiciones que tocan y cantan Las Alegres Ambulancia son obra de Graciela Salgado, entre ellas, Makako mata el Toro (chalupa), He le le Valdés (bullerengue), Tres golpes (bullerengue), Pájaro de la mar (Fandango), y demuestran la riqueza artística de esta mujer que no solo es compositora, sino también “la única que puede cantar y a la vez tocar un tambor que la cubre por entero”.
Así la definieron los cronistas cartageneros que se estremecieron, en una noche inolvidable del año 2007 en la Plaza de la Aduana, con las voces de Graciela Salgado y Dolores Salinas (autora de Esa maldita vieja), interpretando sus canciones. En esa velada no faltó el lumbalú tradicional Chimancongo, cantado en lengua palenquera y en castellano del Caribe, con los remeneos de Graciela, su puesta en escena de actriz natural, y los coros picantes y sabrosos, en canciones donde se muestra la desenvoltura de las mujeres palenqueras, sin pelos en la lengua y sin amarres en la cintura para el baile.
San Basilio de Palenque fue declarado Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco, hace ya dos años, debido a toda su tradición de hombres y mujeres rebeldes y luchadores, por su lengua única en el mundo de origen bantú con base hispánica –hablada especialmente por los mayores y los niños–, por sus estructuras sociales de cuagros, por sus tradiciones de vida y de ritos mortuorios, por sus prácticas productivas que poco a poco han ido cediendo a economías más globales.
Pero lo que nunca va a ceder es esa fuerza de huracán de Graciela Salgado para ir juntando gente (jende lumgumbe) mientras va arrollando por la calle y se le van uniendo los tamboreros con el toque de los parches, incitados por ella para que acompañen su voz.
Su falda se vuelve traviesa en sus manos sin que importe el paso de los años, y las vecinas saludan o se unen al paso polvoriento y descalzo de Graciela, a la que tampoco se la llevará el diablo porque el diablo jamás ha podido con los grandes músicos y menos con las mujeres como Graciela, que, incluso, fueron capaces, en la tradición oral afrocolombiana, de descubrir la edad de él, pero él jamás pudo descifrar la de ellas.
Las Alegres Ambulancias en el mundo y Graciela Salgado en solitario son una obra maestra, un legado que proseguirá pese a los desastres que puedan traer las enfermedades y las luchas cotidianas. Para eso, Graciela tiene las protecciones de los orishas, los recortes de prensa enmarcados en las paredes de su casa, y la energía cultural suficiente para depositar en las jóvenes la magia de su voz y de su cuerpo.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS