Frank Solano es un arquitecto guajiro especialista en Diseño y Movilidad urbana, que terminó “porque a todo lo digo que sí”, en los medios de comunicación. Empezó a la par con su trabajo en oficinas privadas y en el sector público, en el que prestó servicios en la administración del alcalde Luis Pérez, quien le encargó un plan de expansión urbana para Medellín, ciudad en la que vivió 29 años.
Con su acento de Distracción, Guajira, que no ha perdido a pesar de la cantidad de años fuera de su tierra, y su espontaneidad para contar historias, es hoy uno de los personajes favoritos de “La red”, del Canal Caracol.
Este programa que para el “no es de chismes, sino de humor basado en la vida ajena”, le ha permitido mostrarle al país lo que ha hecho durante muchos años en la radio nacional: divertir y hacerle amena las mañanas o tardes a los colombianos.
No le queda difícil, siempre tiene una anécdota divertida que contar y uno de sus famosos dichos que le ponen punto final a cualquier discusión.
Frank estuvo hace pocos días en Cartagena, como invitado a Ixel Moda, en donde no paró de posar para fotos y selfies.
¿Cómo un arquitecto llega a la televisión?
-Bueno la televisión nacional no era mi objetivo, yo estaba tranquilo, feliz con lo que estaba y estoy haciendo en la radio, no es que ahora no esté feliz, sigo feliz, pero pensé mucho antes de decir que sí, hasta que un día me dije 'si del cielo te caen limones, vuélate por un tequila'.
¿Y a La Red cómo llegaste?
-Iván Lalinde decía que se nutría de los chismes que yo contaba en la radio, para su programa que se llamaba algo así como Cerca de las Estrellas, con Lina Marulanda, en Caracol, después del noticiero. Así que conocía mi trabajo. Cuando le proponen que diseñe un programa, me llama y me dice que me quería para que integrara un programa con Carlos Vargas, Carlos Giraldo, Diva Jesurum, el punto es que nos juntan pero la idea de hacer el programa La Red es de Iván Lalinde, y ahí terminé, para mí no hay tema malo.
¿Bueno y cómo se consiguen tantos chismes?
- Llegan, a veces no hay ni que buscarlos, te mandan por Whatsapp, te mandan fotografías y con esos celulares, ahora es muy fácil.
¿Hacen daño los programas de chismes?
-La Red ni siquiera es un programa de chismes, es de humor basado en la vida ajena. Si te pones a ver La Red, sueltas carcajadas, uno se ríe de las barbaridades que alcanzamos a decir, si yo, que lo hago y lo grabo, cuando me pongo a verlo me muero de la risa.
¿Tienen libretos?
-No, tenemos un listado de cosas, los temas que se van a tratar, pero nadie nos dice que palabras usar, nada de eso.
¿Cómo es el ambiente entre los presentadores?
- Bueno, por ejemplo, a veces se la montamos a Mary Méndez, porque da papaya, pero a ella nadie le saca la rabia, ella tiene ese aparato dañado, vive en una sola risa y a nadie se toma en serio; Carlitos Vargas ni cuenta se da que uno se lo está gozando, así que el no es ningún problema porque vive feliz, en un cuento propio donde los demás le importan cinco centavos; A Carlos Giraldo su madurez no le permite siquiera un disgusto; y a Ronald Mayorga, que se disgusta de vez en cuando, le toca aguantar solo porque nadie le para bolas.
¿Es un ambiente feliz, como se ve en el programa?
-Todo el tiempo vivimos de fiesta, no se si al productor Wilber Correa le produzcamos una gastritis, porque a nosotros nadie nos pone problemas.
¿Han causado molestias sus comentarios en el programa?
-Hay gente que se molesta, quizá por la forma de burlarnos, porque todo lo que decimos es confirmado, y cada vez se le merma a cierto tipo de chismes, somos muy exquisitos al escoger que chismes se dicen porque hay chismes que no le interesan a nadie, y hay unos muy dañinos.
¿Vayamos a tu vida personal, cuándo saliste de Distracción?
- Estaba estudiando y en La Guajira se revolucionó la cosa con la marimba, los cultivos de marihuana y en un acto de inteligencia, muy característico de mi padre, se dijo ‘si estos muchachos jóvenes hacen dinero fácil, los perdemos’, así que nos fuimos para Medellín.
¿Hasta que año estudiaste en Distracción?
-Estudiaba en Fonseca porque en Distracción, en ese entonces, no había colegio. Tenía que viajar como diez o quince minutos para llegar. En Fonseca estudié hasta cuarto de bachillerato. En Medellín hice los dos años finales, entré a la Universidad, estudié arquitectura y me quedé 29 años.
¿Cómo empezó tu vida laboral?
-En Medellín trabajé en oficinas privadas, y en la parte pública desarrollé el proyecto Pajarito, un plan de expansión urbana durante la Alcaldía de Luis Pérez, luego estudié diseño y movilidad urbana y también trabajaba en los medios.
¿Y en los medios cómo empezaste?
-Estudiando Arquitectura entré a los medios, me llamó Bernardo Tobón Martínez, de Todelar, en Medellín, empecé con un programa de música brasileña que se transmitía los sábados, se llamaba “Visa Brasil”, yo acababa de llegar de allá así que estaba encantado con ese país y su cultura. A los tres meses pasé a un programa diario “El costurero”, empezaba a las ocho de la mañana y terminaba a las once, y seguía con la arquitectura, tenía una oficina a una cuadra de la emisora y así manejaba mi tiempo. Después pasé a Múnera Eastman Radio a hacer el programa “Solo para mujeres” y en Teleantioquia trabajé en Teleantioquia con estilo.
Y de ahí saliste para Bogotá....
-Me llamaron de Caracol Radio, necesitaban una persona que cubriera sociales, chismes y artistas para un programa, querían que le metiera esos ingredientes, yo no tenía ni idea pero como a todo le digo que sí, acepté, me dediqué a la sección “El mirón de la Ventana”, en Hola Buenos Días. Como a Caracol lo oye todo el mundo, Iván Lalinde me escuchaba y me llamó para La red, cuando surgió la idea de hacer este programa.
Pero sigues en Radio...
-Si, en Caracol dirijo el programa de entretenimiento de las tardes, La Ventana.
¿Y en qué quedó la arquitectura?
-Nunca la he dejado pero ya no se hace con los mismos fines, ni con los mismos propósitos, ahora se le ayuda a los amigos a hacer casas, a arreglarlas... gratiniano.
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