El tranvía de Cartagena

Al finalizar el siglo XIX Colombia debatiéndose en la inestabilidad política buscaba su consolidación como una sociedad moderna. Las regiones procuraban salir adelante,  sin mucho sentido de unidad nacional, e incorporar a su desarrollo los inventos que eran corrientes en otros países. Así el país se comunicó mediante el telégrafo, se regularizó la navegación a vapor por el río Magdalena, se instalaron plantas telefónicas y de energía eléctrica. En cuestión de movilidad, aparecen los trenes, que son llevados a lomo de mula desde el litoral hasta el interior del país, y los tranvías que se convierten en los primeros  medios de transporte masivo urbano.  Para esas épocas Cartagena en medio de grandes dificultades económicas era superada por la pujanza de Barranquilla que le había arrebatado la primacía como puerto y principal ciudad del caribe colombiano. Más no todo eran penurias, tímidamente se asoma al desarrollo con el montaje de su primer sistema de energía eléctrica, la construcción del ferrocarril que la integraba al río Magdalena y un tranvía que conectaba el Centro Histórico con El Cabrero, el primer barrio residencial que se desarrollado por fuera de las murallas, como una extensión de la ciudad hasta entonces confinada intramuros. En imágenes fotográficas de esas calendas se aprecia que se trataba de un rudimentario carro o vagón tirado por mulas que seguía la carrilera bordeando los baluartes de San Pedro Mártir y San Lucas para penetrar a El Cabrero por su Calle Real. Por la escasa población de entonces y el reducido número de casas del barrio extramuros debía ser un servicio prácticamente exclusivo para pocas personas, lo que a su vez tuvo que convertirlo en un medio poco rentable y muy frágil económicamente, además de lento y limitado en su servicio. Lo percibo como una novedad  más que como un verdadero servicio. Al adentrarse el siglo XX, y con él los automóviles, al tranvía le surge una competencia imbatible que lo llevó a su final. No cuento con información que permita precisar hasta qué fecha prestó servicios, más los relatos históricos dejan de mencionarlo y desaparece de los registros fotográficos. Con los adelantos del nuevo siglo el sistema de transporte público no evoluciona a los tranvías eléctricos, como en Bogotá o Medellín y otras ciudades del interior; se establecen los buses de servicio urbano o “chivas” que realizaban recorridos un poco más prolongados hacia los barrios de El Espinal, Pie del Cerro, Pie de la Popa y Manga nuevos desarrollos con una mayor población a servir, si bien no muy numerosa pues la mayoría de los habitantes de la ciudad se concentraba en los barrios de El Centro. La Plaza de Los Coches es una de las estaciones terminales, al igual que el frente del mercado de Getsemaní, con otro punto de recogida de pasajeros en el Parque de El Centenario, frente a la estación del tren. Con la existencia del tranvía se puede desmentir la popular canción que erróneamente dice: “Cartagena, Cartagena tiene tren, pero no tiene tranvía…;”

Fundación Fototeca Histórica