Aunque ya han pasado varios días, la ciudad de Magangué aún no se repone del incidente en el que perdió la vida Jesús Alberto Benítez Figueroa, un prestamista, quien murió acuchillado por su propio socio.
Las autoridades señalan como autor del crimen a Jesús Duván Cardeño Barrios, quien era amigo y socio de Benítez Figueroa: tenían un negocio de préstamo de dinero en la modalidad del llamado “cobradiario”.
El cuerpo de Benítez Figueroa fue hallado, en avanzado estado de descomposición y con varias heridas de cuchillo, el pasado lunes 9 de octubre, a las 3 de la tarde, flotando en el río Magdalena, a la altura del sector El bajo Manhattan.
Después del hallazgo, se supo que durante la madrugada del sábado 7 de octubre Benítez Figueroa y su socio estuvieron ingiriendo licor en un establecimiento nocturno, de donde salieron hacia el Parque Santander.
En este último sitio iniciaron una discusión que pasó a las agresiones físicas, hasta el punto de que Cardeño Barrios se armó con un cuchillo e hirió varias veces a Benítez Figueroa. Seguidamente, lo llevó a los predios del río y lo lanzó a las aguas.
Benítez y Cardeño eran vecinos. Por eso, al día siguiente la familia le preguntó por el socio y él respondió que lo había dejado comiendo fritos en el Parque Santander.
Ese mismo sábado, Cardeño tomó la moto de Benítez y la llevó a la vecina localidad de Santa Fe, le cambió la placa y se la entregó a un joven para que la trabajara en el mototaxismo.
El domingo, al ver que Benítez no aparecía, los familiares, en compañía de agentes de la Policía, fueron a la casa de Cardeño, pero ya este había arreglado maletas para salir de la ciudad.
Lograron alcanzarlo cuando se disponía a embarcarse en una lancha. Ahí mismo dio otra versión de los hechos: dijo que, peleando con Benítez en la orilla del río, lo empujó y cayó a las aguas. Al ver que no sabía nadar, trató de salvarlo, pero no pudo.
El lunes alguien dio aviso de la aparición del cadáver de Benítez, mientras Cardeño contaba, en los estrados judiciales, la verdadera historia del crimen.
Fue llevado a los juzgados bajo un fuerte dispositivo de seguridad, ya que la multitud que apreciaba a Benítez intentó lincharlo.
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