La música champeta y la de reguetón se mezclaban al unísono en el ambiente de la Calle Principal de Nelson Mandela.
El grupo de jóvenes que departía, entre tragos y recocha, en una esquina cerca del centro de salud C.A.P del barrio, no se percató de los sicarios que se acercaban en moto, con el sigilo que los caracteriza para tomar por sorpresa a sus víctimas. No había duda de la mortal misión:venían por alguien que hacía parte de aquel grupo de jóvenes y ese alguien era Jorge Luis Angulo Gaviria, de 20 años.
Eran las nueve de la noche de un viernes medianamente tranquilo en Mandela, debido a un par de chaparrones que hizo que muchos festejos terminaran temprano y otros lugares cerraran.
De repente como salida de la nada, ahí estaba la moto frente a ellos. Cuando los matones lo vieron, Angulo trató de ponerse de pie, pero el sicario sacó su arma y le disparó dos veces directo a la espalda.
No contento con su macabro encargo, el asesino le propinó dos disparos más, uno en el pecho y otro en la cabeza.
Otros dos disparos hicieron blanco en el abdomen de Javier Herrera, otro de los jóvenes del grupo y amigo de Jorge Luis, quien permanece en la Clínica Madre Bernarda, bajo atención médica.
Tras comprobar que Angulo yacía muerto, los sicarios huyeron sin rumbo conocido, como siempre lo hacen y sin que nadie sepa sus identidades.
“Malos pasos”
Las versiones son de Rafael Angulo Urango, padre de la víctima. El progenitor reconoció que su hijo “andaba en malos pasos y vinculado a una pandilla”, pero lamentó con dolor de padre la crueldad del asesinato. Como presintiendo y resignado a que su hijo no tendría un futuro mejor ya que “nunca cogió consejo”, pidió a las autoridades investigar el hecho, y mayores controles al fenómeno del pandillismo en Mandela.
El padre de la víctima reveló que su hijo había salido hace un año de un centro de menores en Barranquilla, en donde permaneció detenido por hurto y por porte de un arma hechiza tipo changón. Sin embargo, algunos rumores del barrio señalan que Angulo estaba detenido por presunto homicidio.
El joven asesinado vivía solo, pero dejó un bebé de apenas un mes de nacido.
Se desconoce si se trata de un ajuste de cuentas relacionado con lo que la gente comenta o de otros hechos delictivos en los que presuntamente habría participado este joven. No hubo versiones de los otros muchachos que se encontraban con Angulo Gaviria.
Autoridades investigan
Las autoridades investigan los móviles de este nuevo hecho delictivo que deja al descubierto la dura realidad del barrio Nelson Mandela y alrededores, signados por el pandillismo y el sicariato.
Algunos líderes de Nelson Mandela piden a las autoridades que adelanten un Plan Integral de Seguridad para Nelson Mandela y todos sus sectores, ya que presienten que nuevamente la violencia se recrudecerá en este barrio del suroccidente de Cartagena. La Policía aún investiga y busca a los sicarios que acabaron con la vida del joven Jorge Luis en Nelson Mandela.
Las pandillas de Mandela
El barrio Nelson Mandela afronta dificultades por el fenómeno del pandillismo desde hace muchos años.
En el sector El Roble, por ejemplo, los residentes viven angustiados por los sorpresivos enfrentamientos entre las pandillas de ‘Las Vegas’ y ‘La Sierrita’.
Otros sectores afrontan el mismo problema. Muchas de las viviendas a lo largo de la calle Las Brisas pasan con las ventanas y puertas destrozadas.
Comentarios ()