Sucesos


La angustia y el dolor que dejaron las explosiones en Mamonal

Dicen que en ocasiones, el corazón suele descifrar lo desconocido, entender mensajes codificados. Y eso parece ser lo que le ocurrió a Lenis Vergara, familiar de uno de los seis obreros que perecieron en medio de las explosiones que ocurrieron en los astilleros Astivik y Cotecmar, en la zona industrial de Mamonal. (Lea aquí:Video: Tres explosiones sacuden zona industrial de Mamonal) 

Lenis cuenta que ayer, a las 10:29 de la mañana, estaba en su casa, en el barrio Villa Rosa, un sector de invasión que está en las colinas de Villa Barraza. De repente, sintió una fuerte explosión que estremeció varios elementos de su hogar. De hecho, habitantes de El Campestre, Vista Hermosa y Arroz Barato, y sectores alrededor aseveran que dicho impacto causó averías a sus viviendas: techos levantados y vidrios rotos. La explosión había ocurrido en una barcaza en el astillero Cotecmar.

Lenis aún no asimilaba qué pasaba, cuando casi de inmediato otras dos explosiones, esta vez con menor intensidad, se escucharon. Habían ocurrido en una barcaza en Astivik, y se cree que todo habría sido por accidentes laborales.

“Yo estaba a un lado de la barcaza cuando ocurrió la primera explosión. Me salvé porque estaba detrás de una columna, y por eso la onda explosiva no me alcanzó”, relató un obrero de Astivik. “Estaba en un barco y vi cuando la barcaza explotó. Vi volar varios tubos con la explosión”, dijo otro obrero. (Lea aquí: Fuerte explosión en Astivik en Mamonal)

Lenis salió de su casa y a lo lejos pudo ver cómo dos columnas de humo negro se alzaban, hacia el sector de la vía de Mamonal. Rápidamente, se regó el rumor de que la explosión había sido en los dos astilleros mencionados.

Vergara estaba con el alma en las manos, su corazón le decía que algo malo pasaba. Su esposo, Luis Gabriel Cervantes Yepes, trabajaba en Astivik. Por eso, llamó a un amigo que es supervisor en ese astillero. “Me dijo que había ocurrido una explosión, pero que no sabía dónde estaba Luis”, explicó Lenis. Esta le avisó lo que ocurría a una hermana de su esposo, se alistó rápidamente y se fue a Astivik.

Allí se encontró con un tumulto en las afueras. Gente que lloraba y gritaba. Con angustia, le pedían a los funcionarios que estaban en la entrada de la empresa que les dieran razón de sus parientes.

Las ambulancias entraban y salían, las sirenas no paraban de sonar. Al lugar también llegaban carrotanques del Cuerpo de Bomberos de Cartagena y ambulancias de la Armada Nacional, la Cruz Roja y de la ESE. Era un caos y los trabajadores de Astivik, desde adentro, se pegaban a las rejas para informarle a conocidos y familiares lo que había ocurrido. También para tranquilizarlos.

Lenis se colaba entre la muchedumbre y no paraba de llorar. Veía las escenas de otros trabajadores encontrándose con sus familias. Quería ver a su marido, pero los minutos pasaban y no había razón del hombre de 38 años.

A las 11 de la mañana, solo media hora después de las explosiones iniciales, ocurrió otra en Astivik. Los gritos no se hicieron esperar y la angustia fue mayor. Lenis lloraba con más fuerza mientras gritaba que la dejaran entrar al lugar y que le dijeran qué le había pasado a su marido.

Los trabajadores que estaban dentro de la empresa, dispersos en los jardines, fueron movidos a un lugar alejado de la barcaza que ardía en llamas pese a las acciones de los Bomberos, mientras que la conflagración en Cotecmar ya había sido controlada.

Luego de muchos intentos, Lenis logró hablar con una supervisora de la empresa. Le preguntó sobre la situación de su marido, pero la funcionaria no pudo decirle nada.

Solo empezó a llorar. Aunque no le dijo una sola palabra, Lenis entendió el mensaje y por eso lloró con más fuerza, supo desde ese momento que había perdido a su compañero. Sus familiares debieron sostenerla, quería tirarse al piso. Luis Cervantes fue el obrero que murió en Astivik y otros dos salieron heridos.

En Cotecmar, murieron cinco personas y otras 16 quedaron heridas. Un bombero también resultó lesionado, y aún no se esclarece en qué empresa estaban otros cuatro heridos. (Lea aquí: Asciende número de muertos por explosiones en Mamonal)

El Sena lamentó la muerte del aprendiz Carlos Alfredo Castro Ledesma, quien tenía 22 años. “El joven se formaba como técnico en el programa de soldadura en platina en los procesos SMAW y GMAW, en el centro Internacional, Náutico, Fluvial y Portuario.

Estaba en su etapa práctica en la empresa Cotecmar, dedicada a la construcción y reparación de buques. Las directivas de la entidad esperan que finalicen pronto las investigaciones de las causas de la explosión, así mismo ratifica su compromiso con la familia del aprendiz, que recibe acompañamiento y apoyo psicosocial por parte del equipo de Bienestar al Aprendiz”, señaló el Sena.

Entre los heridos están 22 contratistas y un bombero afectado por la onda explosiva. Activamos alerta amarilla para todas las clínicas y hospitales por la situación, y se respondió adecuadamente, igual con los operativos de rescate y para apagar el incendio. Hay tres personas con quemaduras grandes -una de ellas con el 80 por ciento del cuerpo quemado-.

El equipo de médicos las está valorando y estamos esperando el informe de ellos para decidir si se mandan a unidades de quemados fuera de la ciudad. Tenemos separadas las camas para las tres personas en Barranquilla”, indicó Adriana Meza, alcaldesa encargada. El obrero que tiene el 80 por ciento de su cuerpo quemado es Lener Bohórquez González. Está en la Clínica El Bosque.

(Lea aquí: Descartan atentado en explosiones de empresas en Mamonal)

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