Eran las 10:30 de la mañana del sábado, cuando la madre de Deimer Varón Baquero recibió una llamada a su celular. Era él quien llamaba, mientras estaba de servicio como soldado regular del Ejército en El Carmen del Darién, Chocó. “Mamá”, dijo el joven de 23 años, pero luego la llamada se cortó y Deimer no volvió a marcarle.
La mujer se puso ansiosa, empezó a presentir que algo malo pasaba y llamó al número del que Deimer le marcó, pero no obtuvo respuesta. Solo unos minutos después, a las 11 a. m., un funcionario del Ejército la llamó y le dijo que el joven estaba muerto y que tenía una herida de bala en la cabeza. Aunque le indicaron que se trató de un suicidio, la mujer, que vive en el sector Mirador de Cartagena, cree que se trataría de un homicidio.
“Deimer era un joven alegre que no sufría de depresión o enfermedades. Vivía aquí en Cartagena y el 12 de mayo de 2016 se fue a prestar el servicio. En enero nos dijo que un comandante y un jefe se la tenían montada, que tenía problemas con ellos. El sábado me llamaron para decirme que estaba muerto y que se trataba de un suicidio, pero no creemos eso. Tiene una herida en la cabeza y nos dicen que la bala le entró por atrás de la cabeza y le salió por delante. Nadie podría dispararse así con un fusil, además a corta distancia”, relató la madre del militar, quien piensa tomar acciones legales.
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