¿Suplicó? ¿Hubo testigos? ¿Qué hizo para merecer la muerte? Las preguntas están, por ahora, sin respuestas.
Una estela de sangre, un cadáver bocabajo y cerca una gorra, hacían parte de la escena del crimen que encontró la Policía, ayer en la tarde, en la vereda Membrillal, jurisdicción del corregimiento de Pasacaballos.
En la trocha que conduce a la Cantera, algunos residentes de la zona hallaron el cuerpo y dieron aviso a los uniformados del cuadrante.
Eran las 4 de la tarde y aunque algunos pensaron que el homicidio acababa de suceder, la sangre seca indicaba que el hombre llevaba varias horas allí, sin vida.
La víctima tenía heridas de bala y llevaba tenis azules, jean oscuro y suéter claro. Se cree que esta personas fue llevada a esa zona de la ciudad por sus verdugos, para poder asesinarlo.
Sin embargo, los investigadores no descartaron que la historia fuera distinta y que a este hombre lo hayan matado en otro lado, para luego dejar su cuerpo en Membrillal, con el fin de entorpecer todas las indagaciones.
“La verdad, por acá no se ha escuchado nada extraño”, mencionó un residente de la zona.
Funcionarios de la Sijín llegaron al lugar para la inspección técnica del cadáver y dieron la identidad de la víctima.
Su nombre era Julián Armando Mejía Berrío, de 35 años, pero en esa vereda dijeron que no lo conocían.
El cadáver de Julián Armando Mejía fue ingresado a la morgue de Medicina Legal, pasadas las 6 de la tarde de ayer. Los lugareños dijeron que no se las hacía familiar el rostro del occiso. El caso está en manos de investigadores de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cartagena, quienes buscan a los parientes de la víctima para empezar a rastrear su historia y cuáles son los móviles de este asesinato.
Comentarios ()