En un área rural en las afueras del municipio de Necoclí, en el departamento de Antioquia, Claudia González Hoyos y Jorge Luis García Vertel vivían su idilio.
Residían en una casa cuya mitad estaba construida en material y el resto era de madera. Los lugareños percibían la vida de la pareja como la de una familia normal, pero en realidad algo oscuro se escondía detrás de esa presunta fachada de candidez y amor.
Mientras que la pareja se encargaba de los quehaceres del hogar y todo lo que implica la vida en familia, estaría al mismo tiempo a cargo de una estructura de la peligrosa banda criminal ‘Clan del Golfo’, con injerencia delictiva en los municipios de El Carmen de Bolívar, Magangué, Zambrano y San Jacinto. Como en el hogar, él se encargaría de dirigir todos los planes, pero ella, presuntamente, era quien estaba a cargo de recibir y manejar todos los dineros productos de extorsiones a ganaderos, comerciantes y dueños y administradores de empresas de transporte fluvial.
Las indagaciones del Gaula de la Policía de Bolívar dejan ver que Luis era conocido por el alias de ‘el Buda’. Además de las extorsiones, también los investigan por varios homicidios selectivos.
Pero, cómo hicieron para detectar a ‘el Buda’ y a su pareja y para descubrir que se escondían en Necoclí. Conozca cómo trabajó un grupo élite, agentes encubiertos e infiltrados del Gaula de la Policía de Bolívar y de la Armada, que bajo la dirección del fiscal primero especializado, Pedro Díaz Pacheco, de la Fiscalía Seccional Bolívar, llegaron hasta los aposentos de estas dos personas y las atraparon.
Protegidos por un tirador de alta precisión
La investigación contra la estructura criminal comenzó hace varios meses, tras las denuncias de extorsiones en varios municipios de Bolívar.
Efectivos del Gaula de la Policía de Bolívar empezaron a indagar y con fuentes humanas lograron detectar la presencia en esta zona del país de la estructura criminal ‘Juan de Dios Úsuga’, al servicio del ‘Clan del Golfo’.
Las indagaciones dejaron ver que los miembros de la banda exigían aportes económicos periódicos a sus víctimas en El Carmen, San Jacinto, Magangué y Zambrano y para infundirles terror, las amenazaban de muerte o les recordaban homicidios que se atribuían bajo la modalidad de sicariato.
“No escogían a sus víctimas al azar. Era todo un proceso. Las estudiaban bien y luego que escogían empezaban a llamarlas para amenazarlas”, indicó un investigador.
Los miembros del Gaula Bolívar empezaron a trabajar con la recolección de información por medio de fuentes humanas y poco a poco empezaron a identificar a los presuntos miembros de la banda criminal, a la que relacionan con varios homicidios selectivos.
Además de ‘el Buda’ y su mujer, identificaron a Luis Carlos Viloria Guzmán, alias ‘Pokemón’, como el presunto jefe de sicarios de la estructura, mientras que Dairo Charri Méndez sería quien coordinaba a quienes cobraban extorsiones.
Así mismo, identificaron a Ditter Rendón Aguilar, presunto cobrador. La misma labor la tendrían Leiman Sierra Jiménez, alias ‘el Flaco’, y Johnnatan Rendón Rodríguez, alias ‘JJ’, mientras que Víctor Camaño Tapias y Rodrigo Romero Villadiego, conocidos por los alias de ‘el Visco’ y ‘la Perra’, se encargarían de cobrar y también de perpetrar sicariatos.
La labor de los asesinatos selectivos por parte del grupo también habría estado a cargo de Luis Rivera Novoa, alias ´Lucho’; Sergio Padrón David, ‘el Paisa’, José Meléndez Pereira, ‘Bola Ocho’; Féliz García Martínez, ‘el Mecánico’; y José Piña Macarén, alias ‘Casimiro’.
Con los presuntos miembros de la banda identificados, los miembros del Gaula de la Policía de Bolívar empezaron a trabajar de la mano del fiscal primero especializado de la Fiscalía Seccional Bolívar.
Con la debida autorización, empezaron a interceptar líneas telefónicas de los presuntos delincuentes. Pero el trabajo fue más allá, pues miembros del Gaula empezaron a trabajar como agentes encubiertos en las zonas afectadas. Incluso, hubo uno que realizó una peligrosa labor. Actuó como agente infiltrado en la organización delictiva.
Con el trabajo del funcionario, fueron muchas las respuestas que obtuvieron los investigadores y recolectaron gran material probatorio.
Pero el “pez grande” no estaba en Bolívar. El presunto cabecilla de la banda era Jorge Luis García y estaba en Necoclí. Por ello, varios investigadores se turnaron para hacer inteligencia en esa zona, utilizando, además, agentes encubiertos.
“Detectamos que vivía en una casa en una zona rural, pero no podíamos llegar hasta ese punto exacto de inmediato para no arriesgar la misión. Teníamos las características del lugar y de la casa, que nos habían proporcionado fuentes”, indicó un investigador.
Pero gracias a las arduas labores y a la paciencia, lograron detectar los movimientos de ‘el Buda’ y su rutina.
Fue así como hace unas semanas un equipo de investigadores decidió dar el golpe. Un equipo llegó a Necoclí dispuesto a capturar al hombre y a su mujer.
En área boscosa, tres miembros del Gaula de la Policía de Bolívar, dos del Gaula de la Armada y uno del Gaula del Ejército Nacional, descendieron de un helicóptero. Toda la acción fue coordinada por el mayor John Jairo Romero Gómez, comandante del Gaula en Bolívar.
El grupo iba protegido por un Tirador de Alta Precisión (TAP), que estaba retraso y que vigilaba desde puntos altos para dar de baja a cualquier amenaza.
Durante varias horas, los funcionarios caminaron entre árboles y maleza, hasta que llegaron a la casa de ‘el Buda’.
Por fortuna, en los alrededores ni la entrada del lugar encontraron resistencia y pudieron ingresar con facilidad a la vivienda. Fue entonces cuando lograron el objetivo: atrapar a ‘el Buda’ y a su compañera.
De manera simultánea, en El Carmen de Bolívar, San Jacinto y Magangué atraparon a las otras doce personas, en medio de allanamientos.
Fueron presentados ante un juez de garantías, que los aseguró por los delitos de extorsión agravada y concierto para delinquir. Los procesados fueron asegurados con medida intramural. La mayoría (9), fueron internados en la Cárcel de Ternera en Cartagena, otro en Magangué, mientras que la mujer de ‘el Buda’ fue enviada a la cárcel para mujeres de San Diego, en Cartagena.
Con historial criminal
Varios de los asegurados tienen historia criminal. Ditter Rendón tiene dos antecedentes por el delito de concierto para delinquir, mientras que Félix García tiene uno por homicidio, tras un proceso que data del año 2016.
José Alfredo Piña, notificado en la cárcel en la que está internado y desde donde haría llamadas extorsivas para la banda, tiene un antecedente por homicidio y cuatro investigaciones por concierto para delinquir. Así mismo, José Meléndez Pereira tiene antecedentes por concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de las fuerzas armadas.
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