Sucesos


Doble crimen en Corditráficos habría sido causado por una ira incontenible

Sería una ira incontenible que guardaba Diego Fernando Valencia Ovando, la que habría provocado una historia de horror dentro de la oficina de la empresa Corditráficos, en El Bosque.

Allí, el 22 de mayo pasado, hallaron muertos al administrador del negocio, Jorge Alonso Botero, y a  Elizabeth Quintana Acuña, quien hacía el aseo ocasionalmente en el sitio.

El responsable del hecho provocó un incendio para despistar a las autoridades, pero la conflagración fue sofocada rápidamente y los cuerpos los rescataron, dejando al descubierto la crueldad con la que las víctimas fueron asesinadas.

Los resultados de indagaciones realizadas por peritos forenses de Medicina Legal, indican que a Jorge le dieron 27 cuchilladas. Pero la sevicia fue mucha, pues ocurrió lo que los expertos reconocen como “muerte sobre muerte”. Ello porque se descubrió que Jorge recibió tres cuchilladas en el cuello que le significaron la muerte. Las otras 24 cuchilladas que recibió fueron el resultado de un ataque lleno de odio e ira desmedida.

En cuanto a Elizabeth, el caso es aún más complejo, pues, pese a los estudios que le han hecho a su cadáver, aún no se ha determina cuántas cuchilladas recibió. Parece que fueron más de las que le dieron a Jorge.

El doble crimen conmocionó a la ciudad y efectivos de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cartagena, liderados por la Fiscal 33 Seccional, de la Fiscalía Seccional Bolívar, empezaron con las pesquisas.

Realizaron entrevistas a trabajadores de la empresa y vecinos de la zona. Fue así como descubrieron que en la oficina, el día del hecho, habían visto a Diego Fernando.

Pero, ¿quién era este hombre misterioso?
Los miembros de la Sijín descubrieron que Diego hacía mandados a trabajadores de la oficina de Corditráficos. Les ayudaba en lo que podía y se había ganado la confianza de todos. Pero tres meses antes del doble crimen, hubo un robo en la empresa. Las sospechas se cernieron sobre él. Por ello, se tomó la decisión de no dejarlo entrar más a la oficina. Ello, concluyen los investigadores, puedo haber causado un sentimiento de odio y resentimiento en Diego.

Pero quién era este hombre y cuáles eran sus antecedentes. Para descubrirlo, los investigadores de la Sijín empezaron a remover su pasado, haciendo un perfil criminal.

Lograron identificar plenamente al hombre y descubrieron que el delito de homicidio no le era extraño. Ya había pagado una condena por ese delito.

Antecedentes de ira
Dicho asesinato ocurrió el primero de enero de 2010, también en el barrio El Bosque. “Se inspeccionó ese proceso y un testigo del hecho indicó que la víctima estaba tomando y en ese momento llegó Diego. No se sabe por qué, pero Diego se quedó mirando al camionero. Se lo quedó mirando fijamente por un rato y esto le llamó la atención al camionero, que fue a preguntarle que qué era lo que pasaba. Discutieron y entonces Diego sacó un cuchillo y le dio dos cuchilladas en el pecho y le causó la muerte”, indicó una fuente judicial.

Tras el hecho, alias ‘Diego’ fue capturado y presentado en audiencia. Un juez lo envió a la cárcel y, por las pruebas en su contra, terminó aceptando la culpa e hizo un preacuerdo con la Fiscalía. Por aceptar su culpa le dieron 8 años de cárcel. Pagó 5 y por eso en el año 2015 salió a la calle luego de que le dieran libertad condicional. Antes de la condena por homicidio, ya tenía otra por un caso de violencia intrafamiliar. En todos sus líos con la justicia, su ira estaba de por medio.

La reconstrucción del doble crimen
Con el perfil del sospechoso del doble crimen, los miembros de la Sijín empezaron a trabajar propiamente en la escena del crimen, de la mano de la Fiscal Seccional 33.

Se conoció que el 22 de mayo, Jorge Alonso Botero, de 62 años, llegó a trabajar temprano, como de costumbre. A mediodía, a la oficina de la empresa transportadora llegó Elizabeth, de 54 años.

En el lugar estaban solo los dos, porque el resto del personal había salido a almorzar. Poco después de la una de la tarde, vecinos vieron salir humo de la oficina.

Llegaron a la entrada y partieron la puerta, encontrando tendida en el pasillo a Elizabeth, mientras que Jorge Alonso yacía muerto en su oficina.

El fuego empezaba a abrazar toda la oficina y los vecinos sacaron los dos cuerpos a la terraza. Luego llegaron policías y Bomberos, que apagaron rápidamente las llamas.

El responsable quiso simular un incendio, pero las heridas de las víctimas delataban el horror. Los investigadores de la Sijín llegaron al lugar y realizaron una inspección técnica.

“Fue muy difícil recolectar elementos materiales probatorios porque todo quedó ahumado y muchas cosas quemadas. Además, el agua que echaron para apagar el fuego borró muchas huellas. Lo que dice el informe de los Bomberos es que el incendio comenzó en una oficina. Prendieron fuego debajo de un escritorio y el computador todo en uno que guardaba los registros de las cámaras de seguridad internas, se lo habían robado. Seguimos inspeccionando y llegamos a otra de las oficinas (a la número 3), y allí encontramos un computador todo quemado, al que le había caído hasta agua. Nos lo llevamos y este terminó siendo determinante, pues pese a todo, el disco duro estaba en buenas condiciones y este guardaba todos los registros de video de las cámaras de seguridad externas de la empresa”, explicó el investigador de la Sijín.

Los videos rescatados del DVR dejaron ver que el día del hecho, a las 12:15 p. m., los trabajadores de la empresa salieron a almorzar y que dentro quedaron Jorge y Elizabeth.

Solo unos minutos después, entre 12:30 y 12:40 p. m., en los videos se observa cuando Diego, según los análisis videográficos de expertos, llega a la entrada principal de la empresa, que da con la Transversal 54. Regresó pese a que le habían advertido que no lo querían en ese lugar hacía tres meses atrás.

En el video se ve cargando unas cajas. Entra a la empresa, deja una caja, sale y vuelve a ingresar. Las cámaras dejaron ver que mientras este entraba, Elizabeth hacía sus labores en el patio. Allí mismo llegó Jorge Alonso y luego entró a las oficinas con Elizabeth.

Luego de diez minutos, un video deja ver cuando Diego sale al patio de la empresa. Se cree que en ese lapso habría cometido el doble crimen.
El hombre empieza a sacar unas cosas. Sacó un computador y en una bolsa llevaba tres palas grandes (en la empresa había cinco).

Luego, entra otra vez y saca unas llaves. Se cree que se las quitó al cuerpo de Jorge, pues era este quien siempre permanecía con estas llaves.
Con ellas abrió el portón del patio, que da con la Transversal 52, la cual se conecta con la avenida Crisanto Luque. A la 1:01 p. m., una cámara de un negocio vecino registró su salida por ese lugar, llevando las bolsas con las palas y el computador.

Una cámara cercana del circuito de televisión de la Policía, que está en la rotonda de la avenida Crisanto Luque (a unos metros del puente peatonal), captó cuando Diego sale por el portón trasero de Corditráficos y camina. Llega a la rotonda de la Crisanto Luque y allí se detiene. Vestía una chaqueta oscura y un jean claro.

Otra cámara del sector lo capta. “Por sus gestos se ve que está desesperado. Se coge la cabeza, camina de un lado a otro. Empieza a parar motos, a meter la mano. Hasta que un mototaxista que vestía un suéter naranja lo recoge. Se van por la Crisanto Luque, con dirección a Bazurto. Varias cámaras lo captan en ese recorrido, hasta que se detienen del lado de El Bosque, frente a la entrada de Bruselas”, relató el mismo funcionario.

Las indagaciones indican que Diego bajó allí y entró a un negocio. Los investigadores constataron que allí dejó el computador para que le prestaran dinero para pagar al mototaxista.

Se marchó caminando con las palas. Se quitó su chaqueta y la llevaba en la mano, como quedó registrado en cámaras de seguridad del sector. Una hora después, regresó al negocio (como lo registraron las cámaras de este). Pagó el dinero que debía y se llevó el computador.

Con todos los elementos probatorios recolectados, la Fiscal Seccional 33 consiguió una orden de captura por el delito de homicidio contra Diego Valencia Ovando. Es decir, solo 20 días después del doble crimen.

Al hombre le hacían seguimiento y al día siguiente lo capturaron en inmediaciones del sector Las Estibas, en El Bosque. Lo llevaron ante un juez de Garantías y la Fiscal Seccional 33 le imputó los delitos de homicidio agravado, incendio y hurto. El procesado no aceptó cargos, pero, considerando los videos expuestos en la diligencia y los demás elementos materiales, el juez lo aseguró con medida intramural y por ello fue enviado a la Cárcel de Ternera.

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