La de Kellys Zapateiro Guzmán parece una historia sacada de una película de horror. Tenía 28 años cuando el 11 de julio de 2014 una vecina llamada Josefa Cardona fue por ella a su casa, en el barrio El Libertador, y le dijo que la llevaría a una fundación para que le hicieran gratis unos exámenes por sus ocho meses de embarazo.
Las indagaciones de las autoridades, lideradas por el fiscal primero especializado, Pedro Díaz Pacheco, con apoyo de la Sijín de la Policía Metropolitana, dejaron ver que Josefa se la llevó con engaños a Bazurto. Allá le dio un jugo y cuando la embarazada se empezó a sentir mal, la llevó a la Clínica Maternidad Rafael Calvo. Cuando le pidieron la identidad de la embarazada, Josefa dio su nombre, suplantando a Kellys.
Luego, la llevó hasta la estación de Policía en Manzanillo del Mar. Allí, el compañero sentimental de Josefa, el entonces patrullero Andrés Díaz Zabaleta, era el comandante encargado.
Todo indica que a Kellys la tuvieron allí hasta la madrugada del día siguiente y, cerca de las 2 a. m., entre Andrés y Josefa, la llevaron al kiosco que está junto a la estación y con una cuchilla en hoja le sacaron al bebé que llevaba en el vientre. Luego, al parecer, la mataron de un balazo en la cabeza.
El cuerpo fue descuartizado y el cráneo escondido. Los otros restos fueron incinerados en una hoguera cerca del kiosco.
Esa madrugada Josefa llevó a la Maternidad Rafael Calvo al hijo de Kellys diciendo que era suyo y que había dado a luz en vía pública, pero ante la desaparición de Kellys, sospecharon de ella.
El 12 de julio de 2014, fueron otros uniformados que estaban en la estación de Manzanillo quienes vieron que un perro jugaba con una mano. Era la mano de Kellys y ello se demostró.
Josefa quedó al descubierto y días después fue capturada y enviada a la cárcel. Andrés huyó a Venezuela, pero lo deportaron a Colombia y fue enviado a la cárcel.
El 30 de agosto de 2016, tras un largo proceso, ambos fueron condenados por el juez Segundo Penal del Circuito Especializado a la máxima pena: 60 años de cárcel.
Dicha condena fue apelada por los defensores de Díaz y Josefa. Estos pidieron que los procesados fueran absueltos porque consideran que las pruebas no eran suficientes. Y que en caso de que el Tribunal no lo considerara así, que se les diera una pena más baja.
Ese recurso fue resuelto hace unas semanas por la magistrada Patricia Corrales, que hace parte de la Sala Penal del Tribunal Superior de Cartagena, quien confirmó los 60 años de cárcel para Josefa y Andrés. Las siguientes fueron las conclusiones de esa decisión y también mostramos apartes de la investigación:
-"Los reparos esgrimidos por los recurrentes fueron infundados, dado que sí existían pruebas que acreditaran la perpetración del homicidio para el caso de Díaz Zabaleta, existió un concurso de delitos entre el reato contra la vida y la desaparición forzada. Se encontraba plenamente demostrada la existencia del sujeto pasivo del secuestro, las causales agravantes de las penas impuestas sí fueron demostradas, con base en los elementos de convicción obrantes en plenario y las sanciones impuestas deben ser las más altas”. Es decir, 60 años de cárcel.
-"Se desconoce la hora en que se acabó con la vida de Kellys Zapateiro, sin embargo, la tesis más plausible es que ocurrió entre la 1 y 2 a. m. del 12 de julio de 2014, probablemente con el arma de fuego que portaba Díaz Zabaleta, con un solo disparo”. Un investigador de la Sijín dijo que aplicó un reactivo para identificar sangre alrededor del bohío donde mataron a Kellys. “De esa reactivación iba recolectando manchas de sangre que me iban orientando un arrastre, huellas de arrastre hasta donde procesé el hallazgo de unos restos óseos”.
-"De ese entendimiento, el único que pudo disparar el arma, por hallarse allí, por estar motivado para ello, porque no se encontraba dentro de las instalaciones, sino afuera, y por conocer la técnica, fue Díaz Zabaleta. Siendo razonable deducir que el motivo por el cual accionó el artefacto fue acabar con la vida de Kellys, luego de que, como se explicará, la despojaran de su bebé, mediante un procedimiento de cesárea rudimentario”.
-"Elementos tales como descuartizar y calcinar el cadáver de Kellys, como una acción que, en palabras del médico cirujano Olmo Navarro, se podía entender con miras a destruir el cuerpo, y el ocultamiento de los documentos de Kellys, como lo hizo Cardona Ortega, son indicadores de que, además de querer asesinarla, los encartados pretendían desaparecerla”. “Andrés fue en busca de la colchoneta sobre la cual cremaría el cadáver de Kellys, seguramente con el fin de que el cuerpo se incinerara mucho más rápido al contacto con el material espumoso”.
-Los encartados desaparecieron y le dieron muerte a la señora Kelly Zapateiro Guzmán para, posteriormente, secuestrar al niño que la misma tenía en su vientre”, dado que “todas las pruebas aportadas al juicio, apuntan a la responsabilidad conjunta de los procesados” pues “sin lugar a dudas este plan criminal fue ideado por ambos”.
-"En la parte interior del bohío -de la estación de Manzanillo- donde se halló una vainilla había mucha sangre, había sangre por todas partes del bohío, trataron de limpiarla, pero de todas maneras quedó el manchón, por eso se trató con BlueStar, de la parte de atrás del bohío había un camino como si hubieran arrastrado algo hasta dónde estaba la ceniza de la candela”. “Hubo hallazgos en el costado de la estación, en un bohío, donde se encontraron una vainilla y varios elementos impregnados de sangre. En una fogata hallaron huesos.
-"En el lugar, se encontraron, además del miembro superior, otros elementos, a saber, “un pico, una barra, un machete, una pala, unos restos óseos, un recorte de revista que al final describía Elion Yireth, un recorte de colchoneta, un recorte de un vestido”, así como “una vainilla color dorada percudida... una hoja de cuchilla minora [y] su contenedor, guantes de color blanco y observé y procesé la recolección de unas manchas de color rojo para estudio.”.
-"Andrés pidió permiso la madrugada del 12 de julio en la Policía. Mintió, pues dijo que le dieran permiso para irse porque su esposa Josefa acababa de dar a luz. Esto dijo un policía que sirvió como testigo en el juicio. “El compañero (Díaz Zabaleta) le pide permiso al teniente comandante del distrito de la estación para que le dé permiso, que la esposa acabó de dar a luz”, lo cual provino “del distrito metropolitano de Cartagena entre las 3:30 y 4:30 de la mañana”.
-"Un policía dijo lo siguiente al encontrarse con Andrés la madrugada del 12 de julio de 2014. “Iba “saliendo a la puerta, veo que el compañero (Díaz) viene de un kiosko que está al lado de la estación”. Informó que su compañero estaba vestido con “una chaqueta oscura no perteneciente a la Policía Nacional, lo único que le veía era el pantalón y una chaqueta... con las mangas extendidas”. Se veía “nervioso.., muy sudoroso, el pantalón también cuando él se gira”.
-"Tras la desaparición de Kellys, el marido de Josefa (que no era Andrés), encontró un bolso de la embarazada en su casa y lo entregó. Esto quedó referenciado por un policía. “Estando en las instalaciones de la sección criminal”, una persona que se identificó como compañero permanente de Josefa Ortega, les hizo entrega, “mediante diligencia de entrevista rendida a otro funcionario judicial, unos elementos, a saber, un bolso femenino, el cual contenía en el interior varias fotografías, documentos, carnet, ecografías a nombre de Kellys”.
-“El daño creado fue intenso dado que ambas conductas provocaron el resultado penalmente prohibido, esto es, matar al otro y privar de la libertad. Concretamente, el Homicidio de Kelly, además de los eventuales perjuicios materiales, generó una afrenta moral irreparable desde el punto de vista cuantitativo, tanto para la madre de la occisa, como para su hijo, quien crecerá sin el acompañamiento de su progenitora. A su vez, en lo que atañe al Secuestro el sujeto principalmente damnificado fue un menor de edad, peor aún, un recién nacido”.
-Esto dijo la madre de kellys a Josefa cuando fue a verla a la Maternidad Rafael Calvo, el 12 de julio de 2014, tras la desaparición de Kellys. “Yo entré donde Josefa, Josefa ¿Dónde está mi hija? Ella cuando me vio a mí, se puso a temblar, me dijo “no...” ella dijo “yo la dejé en Albornoz”, -no Josefa, tú le dijiste a Yeimi que la habías llevado a Pasacaballos, ahora que en Albornoz, y yo en Albornoz vivo y todo el mundo conoce a Kellys y a mí, ¿Dónde está mi hija?- “No, no, no yo no sé”, entonces... se alteró inmediatamente”.
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