“Dios me guarde y me cuide a mis hijas, las amo hijitas”. Ese fue el comentario que Judith Romero Fernández hizo a una foto publicada en Facebook por su hija Jasmín Álvarez Romero, en la que esta última aparece con su hermana mayor, Jasneli.
Y todo parece indicar que las peticiones y oraciones de Judith han hecho efecto, pues, afortunadamente, sus hijas sobrevivieron a sendas tragedias. Hace unos años, Jasneli iba a bordo de una camioneta que se estrelló en la avenida Pedro de Heredia, en inmediaciones del estadio Jaime Morón. Dos personas murieron y Jasneli resultó herida de gravedad, pero luego de varias semanas internada en un centro médico pudo sobreponerse.
La semana pasada, la mala hora volvió a tocar a la familia. Jasmín, de 24 años, desapareció el sábado luego de abordar un taxi en el sector de La Castellana y el domingo en la mañana la hallaron inconsciente en un sector enmontado, a un lado del Anillo Vial, frente a la entrada de Pontezuela.
Tenía golpes severos y su estado era muy delicado, por lo que fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica San José de Torices, donde estaba hasta ayer. Se conoció que su estado es estable y que debido a una contusión en la cabeza permanece sedada. “Ella no ha reaccionado, lo único que podemos decir es que está sedada. La investigación está en manos de la Fiscalía”, indicó una familiar.
Muchos comentan que es un milagro que la estudiante de salud ocupacional esté con vida, pues la agresión que sufrió fue brutal. Tiene golpes por todos lados y, al parecer, también le amarraron las manos. La mandíbula la tiene fracturada.
Habría deambulado por Pontezuela
El sábado, luego de ver que Jasmín no aparecía, sus parientes denunciaron el hecho y empezaron a buscarla. Se descubrió que ese mismo día, a las 3:45 de la madrugada, la estudiante salió en estado de alicoramiento de la discoteca Green Moon, en el sector de La Castellana. Iba hacia su casa en Crespo. Un amigo la embarcó en un taxi y anotó las placas del vehículo. Javier Méndez, tío de Jasmín, dice que tras conseguir las placas del taxi, contactaron al conductor de dicho vehículo y este reconoció que recogió a la joven y que luego la dejó en el CAI de Crespo.
Sin embargo, las autoridades constataron que en el CAI no hay reporte de dicha eventualidad, lo que deja sin bases la versión del taxista.
Las horas pasaban y la angustia crecía. Los familiares de la joven difundieron carteles y una foto de esta en redes sociales, con teléfonos para que aquel que la viera, avisara.
Se dice que gracias a dicho aviso, una residente de Pontezuela llamó al teléfono que aparecía en el anuncio e indicó que habría visto a Jasmín deambulando por una vía de esa población, al parecer, bajo efectos de escopolamina.
Familiares de la joven llegaron a Pontezuela y una niña de 11 años habría confirmado que vio a Jasmín, dando descripciones exactas de la ropa que vestía: “llevaba unos zapatos rojos y un capri”, indicó la menor.
La búsqueda se intensificó en la zona, pero solo hasta la mañana del domingo la tragedia de la joven de 24 años salió a flote. Se dice que dos jóvenes que pasaban en bicicletas por un sector enmontado que está junto al Anillo Vial, vieron varias tejas de color blanco, apiladas. Uno de ellos notó que de allí sobresalía cabello y al revisar descubrió que Jasmín estaba bajo las tejas.
Eran las 10:15 a. m. del domingo y la joven tenía signos de deshidratación y quemaduras que habría sufrido con el contacto de las láminas, que se calentaron con el sol. Tenía múltiples golpes, entre ellos uno severo en la cabeza.
Se cree que su agresor la habría dado por muerta y por eso la escondió entre las tejas, sería algo premeditado. “Los médicos dicen que si Jasmín hubiese pasado un día más en ese sector donde la encontraron, se habría muerto”, dijo un allegado de la familia.
Aún no está claro si la joven fue víctima de una agresión sexual, si se trató de un ataque directo o del accionar de un atracador. Eso lo investigan las autoridades. Este medio conoció que, luego de dar su versión ante las autoridades, el taxista regresó a su hogar. Investigan si tuvo algo que ver con la agresión. Mientras tanto, son muchas las dudas que aún quedan por resolver en el caso de Jasmín Álvarez Romero.
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