Se estima que cerca del 12% de la población colombiana podría tener síntomas de asma, una de las principales enfermedades no transmisibles en el mundo. Según expertos, esta cifra viene en aumento en los últimos años, especialmente en la población pediátrica.
Los principales síntomas del asma son las sibilancias (o silbido en el pecho), dificultad respiratoria, opresión torácica y tos, los cuales se asocian a la limitación variable al flujo aéreo, es decir, dificultad para expulsar el aire de los pulmones, debido a que la patología inflama y estrecha las vías respiratorias.
Según algunos médicos, los síntomas pueden desencadenar despertares nocturnos, cansancio diurno, disminución de la actividad y ausentismo escolar y laboral.
En el mundo y en Colombia, el asma es una problemática y una prioridad de salud pública. En el país, el 51% de las atenciones en salud (consultas médicas, urgencias y hospitalizaciones), causadas por Enfermedades Crónicas Respiratorias de las vías inferiores, se atribuyen a esta patología.
De igual manera, el subdiagnóstico del asma es variable dependiendo del grupo de edad que se estudie. Por ejemplo, en la población mayor de 40 años en nuestro país alcanza casi el 70%, y se estima que es del 79% en las personas de 64 o más años.
La doctora Lina Parra, Asesora Médica de GSK, afirma que “se conoce que hay oportunidades en la mejora en el diagnóstico correcto y oportuno de la población con síntomas de esta enfermedad. Diagnosticar correctamente ayudaría a brindar un control adecuado a los pacientes según su condición médica”.
Cuando el asma no se maneja de forma adecuada representa un aumento de los costos para el sistema de salud colombiano y la disminución de la calidad de vida de las personas que la padecen. En el último año, el 70.3% de los pacientes consultaron urgencias debido a síntomas de asma, de estos, el 62.6 % lo hicieron entre 1 y 4 veces en un mismo año.
Se calcula que la patología fue la responsable del 10.9% de las hospitalizaciones en el país, y que el 47.9% de los pacientes perdieran días de trabajo o colegio.
Aunque el asma es una enfermedad crónica, con un diagnóstico y tratamiento adecuados, se puede lograr un buen control. Por esto, “la educación del paciente es clave para lograr un manejo de la enfermedad y tener una buena calidad de vida. Asimismo, es fundamental consultar al médico en caso de presentar síntomas y seguir estrictamente sus recomendaciones”, comentó la doctora Parra.
Se reconocen como los principales desencadenantes de los síntomas de asma a los alérgenos presentes dentro y fuera de las viviendas, como ácaros del polvo doméstico que se encuentran en las ropas de cama, las alfombras y los muebles, la contaminación del aire o caspa de los animales de compañía, polen o moho, el humo del tabaco, irritantes químicos en el lugar de trabajo, la contaminación atmosférica y otros desencadenantes del asma, como el aire frío, las emociones fuertes (miedo, ira) o el ejercicio físico.
Comentarios ()