Un estudio de la Universidad Nacional evidencia una debilidad en atención médica que afecta al 55% de las personas con artritis en Colombia. El análisis involucró a 635 personas quienes padecen esta patología en el país y quienes reportan dificultades para acceder a una adecuada atención médica.
La profesora Olga Janeth Gómez, de la Facultad de Enfermería de la institución educativa, adelantó un análisis cuantitativo con personas que compartieron su experiencia de vivir con la enfermedad, desarrollo en el que encontró que el 87% de la prevalencia de la enfermedad se presenta en mujeres.
Uno de los datos alarmantes que evidenció la tesis de doctorado es que el 55% de los afectados presenta dificultades con su seguridad social, y de ellos, el 21% se siente inconforme por la cantidad de trámites requeridos para autorizaciones de procedimientos, citas médicas, terapias y medicamentos.
Además, deja ver el documento que solo el 1% tiene acceso a medicamentos biológicos de alta tecnología para retrasar el daño articular.
Aclara Gómez que el estudio se apoyó en un modelo teórico que determina las variables que muestran causales de calidad, además de un trabajo de campo de seis meses en el que la investigadora entrevistó a los pacientes que asistían a controles de reumatología, en su mayoría de manera particular, “debido a la escasa atención que brindan las entidades prestadoras de salud (EPS)”.
“El seguimiento en el país a las personas con artritis es hecho, en muchas ocasiones, por especialidades diferentes a la reumatología, sin tener en cuenta el alto riesgo de discapacidad y la complejidad de su tratamiento”, expresó la profesional.
En opinión de la especialista después de diagnosticada la artritis, "Si no se recibe atención apropiada durante el primer año, la progresión del daño óseo es muy alta".
Cabe mencionar que el 51% de la muestra estudiada corresponde a personas que se encuentran en un rango de entre 36 y 59 años, quienes han visto su etapa productiva y laboral afectada y de ellos, el 20% son pacientes pensionados, un factor que debe profundizarse para determinar las causas.
En su situación los pacientes califican como positivo el apoyo de sus familias, aspecto importante en un contexto en el que por el dolor el 35% de las personas evaluadas permanecen sentadas o acostadas, y el 37% presentan dificultades en sus destrezas manuales.
Para ellos, el dolor, calificado en un rango de percepción que va de 0 a 10, se ubica entre 8 y 9, mientras que el 26% ha presentado episodios de depresión y ansiedad, que disminuyen la calidad de vida.
El trabajo se enfoca en la calidad de vida y la atención en salud que perciben quienes padecen esta patología, una enfermedad autoinmune, sistémica, degenerativa y progresiva, que pasa por periodos de aumento transitorio de la gravedad, de síntomas que inflaman las articulaciones, causan fatiga y afectación sistémica.
Considerando que esta enfermedad no tiene cura, Gómez busca retrasar los signos de daño articular, y explica que el nivel de vida de estas personas se ve alterado por aspectos de afectación física, capacidad de dolor y situación económica.
Sin embargo, afirma que el impacto psicosocial de la patología ha sido poco estudiado.
Según la investigadora, los resultados confirman los datos encontrados en la literatura, que indican que en Latinoamérica se ha subestimado el impacto que tiene la artritis, pues tradicionalmente se ha considerado una enfermedad de origen común y no se revela lo incapacitante que puede llegar a ser.
“Los tiempos de espera para las diferentes citas especializadas y el poco acceso al reumatólogo empeoran el estado de salud de los pacientes”, dice la profesora, al comentar que no les brindan oportunidades para mejorar su calidad de vida en términos de nutrición, actividad física, psicología y reducción de dolor con alternativas no farmacológicas.
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