Hay grasas buenas y grasas malas; es indispensable que aprenda a seleccionar este nutriente para que no se prive de sus aportes positivos ni caiga en el consumo de esas grasas que perjudican a su organismo.
A la hora de consumir grasas, elija las saludables: aceite de oliva, aguacate, aceites vegetales, nueces y sus mantequillas, además de los derivados de estas mismas.
Estas grasas son capaces de proteger a su corazón, arterias, cerebro, piel, uñas y hasta cabello.
“Las grasas son la base de las células y son las que permiten que ellas se peguen y pueden llevar a cabo su proceso. Además proporcionan energía, calor corporal y ayudan a absorber otras vitaminas”, explicó el cardiólogo, Álvaro Ruiz.
Tenga en cuenta que todas las grasas contienen casi el mismo número de calorías, por lo cual hasta las más saludables deben consumirse con poca frecuencia y de forma moderada. Recuerde que no se debe llegar a extremos.
Buenas y malas
Según investigaciones de expertos publicadas en el libro “La dieta de la Clínica Mayo”, las mejores opciones son las grasas mono y poliinsaturadas, y las que se deben evitar son las trans.
Lo ideal es que busque productos con poca grasa o sin grasas saturadas y sea usted mismo el que adicione las verdaderamente saludables.
“Las monoinsaturadas se encuentran en aceites de oliva, canola y cacahuate; también en la mayoría de las nueces y en los aguacates; las poliinsaturadas están en otros aceites vegetales como los de cártamo, maíz, girasol, soya, ajonjolí y semilla de algodón”, cita la publicación.
“Las grasas saturadas (que deben tener bajo consumo) se encuentran en los alimentos de origen animal: carnes, aves, manteca, yema de huevo y productos lácteos enteros (incluidos mantequilla y queso). También está la manteca de cacao y los aceites de coco, de palma y de otros productos tropicales, que se usan en muchos complementos para café, galletas, panes y otros alimentos procesados”, añade.
Para los expertos de la Clínica Mayo, las grasas trans- también llamadas aceites vegetales hidrogenados- se encuentran en las grasas vegetales sólidas como margarina en barra, manteca vegetal y comidas preparadas con estas (algunas galletas saladas y dulces, postres, pays y otros productos horneados, al igual que muchos dulces y papas fritas).
Así que, que todavía no sabe el tipo de grasas que está consumiendo, revise la alacena de su cocina y su nevera, identifique las fuentes de grasas animales (cremas y mantequillas) y las grasas trans (mantecas, alimentos fritos o que contengan aceite vegetal parcialmente hidrogenado), deshágase de ellas y reemplácelas por aceite de oliva, canola u otros aceites vegetales y pasta para untar tipo mantequilla libre de grasa trans. Siempre que use grasa, mídala en cucharaditas.
Consejos para elegirlas bien
- Revise las etiquetas de la comida, compare los productos semejantes y y elija el que menos grasa tenga y calorías.
- Prefiera los productos preparados con grasas mono y poliinsaturadas, antes que los que contienen saturadas y trans.
- Elija leche, yogur, cremas, quesos y demás lácteos con bajo contenido de grasa o descremados.
- Cocine con técnicas de poca grasa; pruebe asar, hornear, cocer al vapor o escalfar. Un sartén antiadherente de buena calidad puede permitirle cocinar los alimentos sin usar aceite ni mantequilla.
- Elija carnes con menos cantidad de grasa visible y córtele la grasa de las orillas; si es pollo, retírele la piel antes de cocinarlo.
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