Expresiones como “los mejores placeres de la vida bajo los efectos de la marihuana son inolvidables” o “cuando consumo marihuana tengo una gran conexión en la intimidad con mi pareja que seguro sin esta hierba sería muy difícil de lograr”, se escuchan con más frecuencia entre los jóvenes. Es usual también que recomienden el uso de alcohol y drogas, momentos previos al acto sexual, ya que les atribuyen un efecto milagroso: un mejor desempeño en la cama.
Sin embargo, especialistas y expertos en el área de la sexología y la sicología explican que el consumo elevado de estas sustancias y el cigarrillo son altamente perjudiciales a largo plazo en el desempeño sexual tanto de hombres como mujeres.
¿Pero cuáles son las consecuencias reales que tienen el alcohol, el cigarrillo, la marihuana y la cocaína en la intimidad? Expertos consultados por El País resuelven estos interrogantes.
Cigarrillo
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en Cali el 14 % de sus habitantes consume tabaco, la mayoría de ellos, hombres. Con este hábito le hacen daño a distintas partes de su cuerpo, entre ellas al sistema reproductor.
Los especialistas coinciden en que el cigarrillo tiene un nivel de consumo muy alto debido a que es aceptado socialmente, y por esto pareciera ser un enemigo del sexo inofensivo. Pero la realidad es otra.
El cigarrillo es un enemigo de cuidado pues “un joven que fuma no ve sus efectos inmediatos en la disfunción eréctil, pero más adelante le costará mucho lograr una erección. Y en cuanto a las mujeres se les dificultará demasiado lograr una buena lubricación para poder tener una buena relación sexual”, tal como explica la sexóloga Adriana Medina.
La disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo adecuadamente firme como para tener una relación sexual satisfactoria, y fumar cigarrillo afecta el flujo sanguíneo en las venas y las arterias de los testículos, disminuyendo así la producción y la calidad de los espermas. Además, genera anormalidades en las hormonas, impidiendo producir cantidad suficiente de testosterona, hormona que juega un papel importante en la sexualidad masculina y la reproducción, afectando factores como la función sexual, reproductiva, la masa muscular y el crecimiento de cabello.
La mujer que fuma, además, tiene el doble de riesgo de abortar que una mujer que no lo hace.
Alcohol
El alcohol tiene la inmerecida fama de ser un poderoso excitante sexual. Las investigaciones llevadas a cabo por médicos especialistas han comprobado que, tanto en el hombre como en la mujer, sus efectos son negativos.
“Inicialmente cuando hay ingesta de licor se produce un estado de euforia que puede favorecer la autoconfianza y la relación sexual, sin embargo, con dosis más altas de licor se produce un estado de depresión y de inconsciencia impidiendo el deseo sexual y la relación debido a que el cuerpo está intoxicado”, afirma el toxicólogo Maurix Rojas.
Hay casos como los de Juliana Otálora en los que la euforia producida por la ingesta de licor le trajo problemas con su pareja, pues al momento de tener relaciones sexuales, la autoconfianza de su cónyuge llegaba al extremo de llegar al maltrato físico y verbal, situación que con el pasar del tiempo se convirtió en el detonante principal para terminar con su relación.
“Cuando el alcohol se consume frecuentemente, el hígado pierde la capacidad de sintetizarlo y este empieza a circular por todo el cuerpo, ahí es cuando la persona comienza a estar en estado de embriaguez, debido a que llega alcohol al cerebro”, comenta el doctor José Pablo Saffon.
Asimismo, resalta que cuando una persona se embriaga con frecuencia se produce bajo deseo sexual, asociado con la depresión, riesgo de disfunción eréctil y cambios hormonales. En la mujer, incluso ingerido con moderación, dificulta la respuesta orgásmica.
La psicóloga Adriana Medina afirma que un caso muy común por la ingesta de licor es la falta de erección, lo cual dificulta la penetración, y es posible que tal acontecimiento sea vivido como un fracaso por el hombre que la ha experimentado, lo marque psicológicamente y comience a desarrollar sentimientos de ansiedad asociados al encuentro sexual, que pueden alargar por muchos años este trastorno.
Heroína
La heroína parece generar múltiples trastornos sexuales y es utilizada por los adictos como sustitutivo a veces de la propia actividad sexual. En el hombre provoca alteración en el interés sexual, fracaso eréctil y retraso en la eyaculación. En la mujer es frecuente la alteración en el interés sexual, el incremento de infecciones y el déficit nutricional.
Cabe resaltar que la combinación de la heroína con otras drogas afectan en un corto plazo de tiempo no solo la sexualidad sino la salud en general.
El doctor José Pablo Saffon, de Boston Medical Group, advierte que “los efectos de estas drogas son a largo plazo, pues en el corto plazo generan euforia y un mayor disfrute de la sexualidad, y con el uso de la heroína las personas prefieren experimentar múltiples orgasmos, pues esta sustancia satura receptoes en el cerebro los cuales están asociados a la sensación de euforia.
Además, agregó el especialista, que esta sensación se concentra en gran parte del cerebro y no en los genitales.
Cocaína
Los estudios realizados por especialistas, indican que la cocaína es una sustancia estimulante a la hora de tener relaciones sexuales, pero, en dosis elevadas y a largo plazo pueden provocar daños en la sexualidad del hombre, ya que se le hace complejo llegar al orgasmo debido a que poco a poco este pierde sensibilidad. Además, a largo plazo hace daño a los órganos reproductores y puede generarse infertilidad tanto en hombres como en mujeres.
“La cocaína es un estimulante del sistema nervioso central y como tal genera efectos de euforia y autoconfianza, además, puede estimular o generar placer en las relaciones sexuales”, señala el toxicólogo Maurix Rojas.
Sin embargo, la cocaína como sustancia psicoactiva “tiene un efecto negativo en el desempeño sexual de las personas, tanto en hombres como en mujeres, porque van perdiendo el deseo”, indicó la sexóloga Adriana Medina.
De igual manera señaló que la cocaína en un consumo a largo plazo hace que el cuerpo pierda sensibilidad y por lo tanto sea más difícil llegar al nivel de excitación sin consumir la droga, volviendo a la persona dependiente de esta.
En las mujeres el consumo de la sustancia genera alteraciones hormonales que podrían inducir una galactorrea, es decir, un aumento en las secreciones mamarias sin que estén en embarazo.
Sobre una práctica de ciertos hombres que aplican cocaína en el pene debido a que esta funciona como anestésico y produciría un retardo en la eyaculación, el doctor Maurix Rojas aclara que esto trae problemas como el priapismo, una eyaculación prolongada que puede generar daños al sistema reproductor del paciente.
Marihuana
Los diferentes químicos que actúan en el cuerpo al consumir marihuana afectan de igual manera que el cigarrillo la función del sistema vascular.
Al consumir marihuana se genera “un efecto muy importante sobre la fertilidad de los hombres y mujeres.
En el hombre los estudios han mostrado que afecta el ADN de los espermatozoides y los hace que sean inviables, favoreciendo el riesgo de que haya anomalías cromosómicas en el embrión. En las mujeres, afecta el contenido de ADN del óvulo, también puede generar contracciones del útero, generando abortos espontáneos”, manifestó el doctor José Pablo Saffon, fundador y gerente general para Colombia y Perú de Boston Medical Group.
La marihuana como enemiga del sexo se encarga de asaltar las hormonas de muchas maneras, y por supuesto, lo hace también con la testosterona.
Un estudio concluyó que le podría tomar hasta 24 horas a la testosterona recuperarse, y llegar a un valor saludable para nuestro organismo. Todo esto varía según la cantidad consumida y la edad del consumidor. Cuanto más edad, mayor es el tiempo que toma recuperarse.
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