Rodolfo Vega Llamas, el papá de Miss Universo

HEIDI LLANES
CARTAGENA, COLOMBIA
29 de Octubre de 2015 06:59 pm
  • Rodolfo Vega, Laura Dieppa, Paulina Vega, Valeria Vega y Juan Pablo Vega. // CORTESÍA

  • Paulina y su padre, el médico cardiólogo Rodolfo Vega Llamas. // CORTESÍA

Desde el pasado mes de enero, el cardiólogo cartagenero Rodolfo Vega Llamas “perdió” su nombre, ahora para todos es “el papá de Miss Universo”, título que lo llena de orgullo, porque además de ser el padre de Paulina, esa joven que se ha destacado en todo lo que emprende, un país completo lo saluda con cariño y hasta agradecimiento.

Se le siente la felicidad en cada palabra, pero también la satisfacción del deber cumplido, pues junto a su esposa y sus hijos, fue el apoyo fundamental para que Paulina Vega llegara a tan alta dignidad en el más importante certamen de belleza.

Es el jefe de un hogar numeroso, algo que también lo llena de orgullo, pues junto a su esposa Laura Dieppa y el trabajo diario, lograron sacar adelante ocho hijos, donde están “los míos, los tuyos, los nuestros”. Rodolfo llegó con tres, Laura con dos y juntos son los padres de tres jóvenes más, donde Paulina es la mayor.

Hoy miran como los valores fueron fundamentales para la formación de sus hijos, la mayoría profesionales y algunos ya casados, pero todos unidos en una familia especial que se apoyan en decisiones tan trascendentales como el reinado de Paulina.

Al hablar precisamente de ella, Rodolfo indica que desde pequeña mostró cualidades muy marcadas, dueña de un gran sentido del humor y se destacaba en artes y liderazgo, sin descuidar la parte académica.

El compromiso con su hija

La rutina familiar cambió un poco pues cuando alguien los reconoce, inmediatamente se acercan a saludar y hasta agradecer por el desempeño de Paulina, primero en el Concurso Nacional de Belleza y actualmente en Miss Universo.

Rodolfo cuenta que en una oportunidad, él y su esposa Laura debieron tomar un taxi, cuando el conductor los vio, se extendió en amabilidad, palabras de regocijo y decidió no cobrarles la carrera, aduciendo que ellos con su bella hija le habían traído alegría al país.

Desde la participación de Paulina en Cartagena, a su padre se le vio atento, sin interrumpir los compromisos con el concurso, se mantenía distante, pero presente, sabía el compromiso de su hija y en parte también de él.

En Miss Universo no fue diferente, advierte que cuando Paulina entró en este proceso, él estaba completamente seguro que ella ganaría, muy aparte de su condición de papá, pero conocía de su inteligencia emocional, la cual sabe manejar en todos los instantes de su vida.

De otra parte no dudó de las capacidades intelectuales de su hija, pues él se encargó de gran parte de su preparación. Siempre le dijo “mujeres bellas hay muchas, pero si una es bella e inteligente, es doblemente hermosa” y la entrenó para demostrar esas cualidades y sobresalir.

Afirma que cada una de las 88 participantes en Miss Universo eran realmente bellas, pero en su hija hacía cada día la afirmación de que todo lo leído y aprendido, saliera a encumbrar aún más su belleza física.

Rodolfo fue un preparador permanente para Paulina, junto a su esposa han sido los mayores pilares de sus hijos en cada una de sus iniciativas y cuando su niña decidió concursar, ellos también tomaron las riendas del compromiso.

Indica que para todos sus hijos han estado allí, los dos menores son equitadores y también han encontrado en sus padres el soporte para desempeñar ese deporte tan exigente. Rodolfo y Laura están atentos a los entrenamientos y requerimientos del mismo.

Siente que cada uno de ellos ha entendido el mensaje de responsabilidad y con Paulina fue muy estricto una vez empezó la preparación para Miss Universo. Los ejercicios, la dieta y los estudios, fueron primordiales para cumplir con el compromiso que había adquirido y que se traducía en representar a todo un país.

Al ganar el concurso de Señorita Atlántico le decía “Pau, te ganaste la medalla de bronce”, una vez obtuvo la corona de Señorita Colombia le aclaró que esa era la de plata y que la preparación debía ser ardua para alcanzar la de oro, lo mejor de todo, afirma, es que la ganó.

Un estudio permanente

Si bien muchas reinas optan por personas dedicadas al oficio de esa preparación en actualidad para enfrentarse a medios y el temido jurado, Paulina encontró esa ayuda en casa, justo en su padre, quien organizó todo un compendio de temas que sabía importantes para detallar en cada compromiso del concurso.

Recuerda que el pasado 31 de diciembre no fue para celebrar, a la media noche estaban estudiando, le aclaró que muchos fines de año vendrían y que esta oportunidad de participar era única, por lo que tenía que llegar bien preparada.

Rodolfo elaboró para su niña un cuestionario con temas del mundo, tratando la paz, economía europea, todo sobre Colombia y sus regiones, Estados Unidos por igual, las inmigraciones, literatura, la problemática económica, desnutrición, enfermedades y todo lo que se podía enfocar como actualidad, en una rutina organizada, lo cual se vio reflejado en cada actuación de la reina.

La cultura no es ajena a Rodolfo Vega y su familia, su padre, el cartagenero Gastón Vega, fue uno de los pocos cantantes de ópera que tuvo el país, algo que también marcó a Paulina al mantener contacto con este tipo de música.

La función de Laura, su mamá, fue acompañarla a todos los compromisos y hablarle permanente en inglés, pues sabían que la práctica era indispensable para hacer un excelente papel y brillar con luz propia en Miss Universo.

El trabajo de este médico cardiólogo se intensificó, duplicó su tiempo para atender pacientes y acompañar a su hija, pues la presencia de sus padres fue fundamental al momento de pisar el escenario.

Fue un proceso diario, indica Rodolfo, al tiempo que advierte que el compromiso y madurez de su hija se manifestó siempre, teniendo en cuenta su corta edad y que la responsabilidad nunca faltó. Hoy siente un inmenso orgullo, el objetivo se cumplió y algo muy importante, afirma que Paulina sabe para dónde va.