Gracias a Carlos Vives, Cartagena tuvo una noche “fantástica”

  • Dionisio Vélez Trujillo, alcalde de Cartagena, junto al cantante samario Carlos Vives.

    Dionisio Vélez Trujillo, alcalde de Cartagena, junto al cantante samario Carlos Vives. //

  • Dionisio Vélez Trujillo, alcalde de Cartagena, junto al cantante samario Carlos Vives.
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La sorpresa musical de la noche de elección de la Reina de la Independencia corrió por cuenta del samario Carlos Vives.

Tan pronto los presentadores lo anunciaron, los casi 10 mil cartageneros que asistieron al espectáculo estallaron en júbilo.

Vives cantó cuatro canciones, tres de su repertorio, entre ellas “La fantástica”, el himno de las Festividades de Independencia 2013, que fue coreado a toda garganta por el público y bailado en la tarima por el alcalde Dionisio Vélez. También entonó a dúo con Cenelia Alcázar el tema “Noches de Cartagena”.

El cantante recibió un homenaje de los cartageneros y el Alcalde lo declaró hijo adoptivo de la ciudad. Previo a su presentación, Vives concedió una rueda de prensa y anunció que con el ejecutivo distrital se estudia la posibilidad de que se grabe un video con el tema “La fantástica”, el cual sirva de promoción de Cartagena en el exterior.

La nómina de artistas de la noche la completaron la agrupación Los Heroicos (con Boris García, Petrona Martínez, Cenelia Alcázar y Mayté); el vallenato de Ivan Ovalle, La orquesta la San Luisera de Cuba y la agrupación de música urbana The Queens, que acompañó a las candidatas en su coreografía y en su desfile en traje de baño.

POCO PÚBLICO

Causó sorpresa que con la nómina de artistas que tenía el espectáculo, los tendidos habilitados en la Plaza de Toros no se colmaran como en viejos tiempos. Todo parece indicar que la no promoción de la actuación de Vives (que solo se conoció en algunos medios en la noche del sábado) impidió que más público llegara al coso taurino.

Adicionalmente, hubo quejas por la poca disponibilidad de manillas de acceso, pues solo se distribuyó entre comitivas y el público en general, interesado en asistir, no encontró forma de obtener una manilla de ingreso y con pesar los tendidos quedaron con mucho espacio sin ocuparse, cuando el espectáculo era para llenar la plaza hasta las banderas.